EXTRA

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"Meses antes del epílogo".

N/T: Este extra, lo trajo Dios para ustedes, y les dice que si están pasando por alguna guerra espiritual, recuerden que la victoria está en el nombre del señor.

Miro en la tempestad los pensamientos que se apoderan de mí. Caigo en una burbuja de desesperación en situación de agonía, de la que voy saliendo a medida que siento esa voz que me da aliento, paz, esperanza. 

Mantengo la mente concentrada en lo que dicta el espíritu Santo para mí. 

Repito versículos, al mismo ritmo, en el que los dedos de mis manos danzan en las teclas de mi piano. Creando notas que se mezclan con el suave sonido de mi entorno. La suave lluvia cae, dando suaves toques en la ventana de mi habitación, aromatizando el ambiente con ese olor de arena lluviosa que tanto amo. 

Aunque ese miedo se apodera de mí, le pido fuerzas a Jesús. Hay pensamientos que están llegando con más insistencia y persistencia que antes. Se aferran a la idea de volver a apoderarse de mi vida. 

Quieren separarme de mi padre. 

Han comenzado a atacarme muy discretamente, pero directo a una parte de mí que aún no es lo suficientemente madura como para afrontarla. 

Estoy callada, y quisiera gritar. 

Cuando me levanto, Jesús me limpia las lágrimas y me demuestra que su promesa es mayor que el dolor que estoy pasando.

El grito más fuerte que he escuchado de mi corazón fue cuando mi vida al aceptarlo empeoró en gran manera.

Pero incluso en ese momento pensé: 

No puedo adorar sin él. 

Busco la presencia de Jesús, busco un solo toque en mi corazón. 

Buscó fuerzas en Dios aún en medio de la prueba, en la dificultad y en la oscuridad, porque sé que Dios está conmigo, él sabe que no puedo sin él, y él ve lo que me está costando. 

Mi alma lo anhela mucho más que el aire para mis pulmones. 

Y así es como funciona para mí, él me atrae hacia él, con su amor, paciencia, determinación, fuerzas, palabras, esperanza, salvación y esa voz del espíritu Santo que me dice: "hija, has vuelto. Cuanto té extrañaba". y yo lo llamo porque no puedo respirar sin él. 

Lloro y en medio de mis lágrimas por el dolor de querer recaer, siento un abrazo, un soplo de vida, un soplo de renovación, limpio mis lágrimas, lleno mi lámpara de aceite y sigo buscando almas para Jesús, porque Dios me prometió que todo sería más fácil con él y aunque está doliendo el proceso... Yo decido creerle. 

Porque de nada me vale ganarme al mundo si no tendré la presencia de Dios, considero mi vida un fracaso, si lleno estadios y no tengo la palabra de Dios, sino tengo la verdad y la vida, si mi caminó no es Jesús quién lo guía y su espíritu Santo mi lámpara, entonces estoy completamente perdida, en la satisfacción del mundo y no la de él. 

Por eso lo llamo cuando el enemigo quiere atraparme. 

Yo le digo: 

Ven, Yahweh. 

Ven, Yahweh. 

Quebrarme en la intimidad, me recuerda cuan satisfactorio es para el espíritu desgarrar el alma en la presencia de Jesús. 

Te estoy esperando mi amado. 

Recibo su fidelidad, y se mantiene como si hubiera hecho una promesa inquebrantable conmigo. Es fiel y bondadoso.

UN LLAMADO PARA VOLVER A CREER [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora