Por vos cambio | Enzo Fernández

chapter six

Últimamente lo que rondaba por  mi cabeza era tal rubia que me había dejado atónito (por no decir, pelotudo embobado). La última vez que la ví fue hace dos noches, Paulo y Rodrigo me habían invitado a cenar nosotros solos, pero cuándo llegué estaban sus mujeres y al rato llegó Lucero.

Era reconocido por mi personalidad de gato, pero últimamente lo único en lo que pensaba era en Lucero, la rubia, la actriz, la modelo, Marchesi, la que interpreta a Isadora Artiñan... Lucero Marchesi, por si no se dieron cuenta.

Sabía que si quería lograr algo con ella, primero debía empezar por cambiar mi fama, por salir y no volver con cualquier mina, por cambiar, básicamente.

Necesitaba ayuda y quién mejor que Julián. Pobre de el, siempre me banca y escucha todas mis historias, en cambio el es más reservado y si me tengo que enterar de algo probablemente no sea por el, por quién me enteré.

Llamé a mi mejor amigo, quién raramente me contestó, le dije que venga y como era normal en nosotros, acepto sin rechistar.

—que onda?— me asusté cuando lo ví entrar a mi casa como si fuera la suya.

—boludo, desde cuándo tenés llave de mi casa?—apoye mi mano sobre mi corazón.

—una vez me la diste no se porqué y como nunca me la volviste a pedir me la quedé— el alza sus hombros.

—la próxima, mínimo toca timbre yo ya me había imaginado que me habían entrado a robar— exageró y el me pega un zape en mi cabeza.

—traje facturas porque tenía una re lija— apoyo la bolsa en la mesa.

—yo tengo el mate— alcé el termo y el mate en mis manos.

—ahora habla, porque se que no me llamaste para boludear noma'— me reí, me conocía como si fuera mi mamá.

—resulta que... Me parece que me estoy enamorando poco a poco de una persona que vos conocés bastante al parecer— lo ví comiendo una factura llena de dulce de leche.

—Enzo Fernández, vos me estás hablando enserio? De enserio te estás enamorando?— no se porque su tono parecía sorprendido.

Porque será no?, nótese mi sarcasmo.

—si boludo, sí— tape mi cara confundido y estresado.

—y se puede saber de quién?.

—vos la conoces, buena onda, hermosa y....

—jodeme que te enamoraste de Lucero— abrí mis ojos, como la descubrió?.

—fa boludo, tan rápido adivinaste?.

—enserio te enamoraste de Lu?—insistió.

—si, boludo, sí, desde que la conocí me da vueltas y vueltas en la cabeza, desde que nos conocimos, cuando hablamos en tu casa, cuando fuimos a merendar y hace poquito fuimos a un bar con ella, ori, Tini y los chicos... En fin cada vez que la veo no se, me dan ganas de cambiar, de dejar mi fama de gato, de poder ser alguien para ella, cambiar para que ella me vea y se interese en mí.

—ah no boludo, porque recién me enteró de esto? Si la conociste hace como 3 semanas a Luci.

—es que hace poco me dí cuenta que eso era lo que sentía, sabía que me parecía una chica hermosa pero no que me estaba enamorando.

—y cuándo te diste cuenta?.

—cuando dejé de quererla tener solo una noche, cuando deseé tenerla conmigo siempre, que no sea una de esas tantas chicas que vienen después de la joda y desaparecen a la mañana.

—ah bueno, como estamos— se burló de mí.

Le iba a responder pero su celular empezó a sonar.

—justo, tu amada— el atendió y yo me acerque para escuchar.

—juli— escuché su voz pero su tono no era tan alegre como el de siempre.

—lu? Que paso? Estas bien?.

—ju, me adelantaron el vuelo a España, se adelantó la grabación de Élite y me voy en cinco días y.. quería verte porque hasta noviembre no nos volvemos a ver— juli me miró.

—eh si, obvio lu, cuando podés?.

—yo estoy libre éstos 5 días, porque tengo todas mis cosas allá así que acá son muy pocas y no me lleva demasiado tiempo armar el bolso, decime vos.

—el lunes te parece?.

—dale, está bien.

—bueno ju, nos vemos pasado mañana.

—dale lu, nos vemos— y cortó.

Ahora que iba a hacer?, ella se iba a España, yo en un mes me iría a Lisboa, son dos destinos muy alejados.

—y ahora que vas a hacer?—me miró Julián.

—no se boludo, dios que bronca—me frustró.

—para mi, háblale, pero decile de hacer algo, pero no le digas que sabes que se va, que te lo diga ella.

—esta bien, mañana le hablo— nos reímos.

Seguimos hablando de varias cosas. Julián era ese tipo de amigos con el que podés confiar que sabés que nunca te va a juzgar, que nunca te va a dejar tirado, siempre te va a escuchar y va a estar para vos.