chapter seven II

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Ya habíamos llegado a los 9 meses mi panza estaba que explota, me dolía cada vez más

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Ya habíamos llegado a los 9 meses mi panza estaba que explota, me dolía cada vez más.

En mi casa estaban Enzo y Julián.
Ellos estaban de vacaciones por decir para mi suerte y mi mejor amigo había decidido venir porque no se quería perder el nacimiento de su ahijada, si el junto con Tini iban a ser los padrinos de Olivia, mientras que Paulo y ori de Benjamin.

—amor, me siento mal— dije mientras me sentaba en mi lugar y tocaba mi pecho.

—amor, tranquila, respira profundo, vos podés— en una de ésas tantas respiraciones agitadas sentí cómo un líquido había salido de mi entrepierna.

—Enzo rompí bolsa, vamos al médico— el saltó de la cama mientras se ponía sus zapatillas.

—tranquila amor, tranquila— el se alistó y luego de agarrar el bolso que habíamos preparado me alzó entre sus brazos saliendo de la habitación.

—Julian! Van a nacer, vamos!— grito Enzo mientras bajamos las escaleras.

Julián salió corriendo de su habitación ya cambiado y se subió en el asiento de conductor mientras que con Enzo nos sentamos atrás.

—tranquila lu, vos podés luchi— me dijo Julián mientras manejaba lo más rápido que podía.

—eso amor, tranquila, vos respira profundo que vos podés sos muy fuerte— el me abrazo sobando mi espalda.

Llegamos al hospital, Julián aviso que traigan una silla mientras Enzo me ayudaba a bajar.

Me metieron en una habitación, me tuve que cambiar y me pusieron unas aparatos para ver la dilatación.

—bueno, todavía no estás completamente dilatada para poder parir así que si en un rato todavía no subiste te voy a dar unos ejercicios para que te dilates— me explico la doctora y se fue.

—estas bien?— Enzo tomo mi mano y yo asentí.

—falta cada vez menos para que nazcan amor, ya los vamos a poder tener a upa—le sonreí y el me mostró sus dientes tambien sonriendo.

—gracias amor, te amo con todo lo que soy, gracias por darme a los dos amores de mi vida, te juro que nunca te voy a defraudar y nunca te voy a dejar sola, ni a vos ni a nuestros bebés— sonreímos y el me besó.

—anda a ver a juli y decile que estoy bien— el asintió y luego de darme un pico se fue.

Miré la habitación, que locura todo lo que había pasado en éstos dos años, si dos años atrás me decían que iba a ser mamá de mellizos con Enzo, me les hubiera reído en la cara, pero ahora, dos años después puedo decir que todo es verdad y que estoy con el amor de mi vida, por tener a dos hijitos hermosos y que tenemos un golden que se llama tomi.

Enzo volvió a entrar a la habitación sonriente.

—a que no sabés quién está ahí afuera— el se volvió a sentar en la silla que estaba a mi lado.

—quien?.

—mis viejos con mis hermanos, ori, paulo, rodri y tini— abrí mi boca sorprendida.

—enserio?— el asintió sonriente y me abrazo.

—todos te mandan muchas fuerzas y te dicen que todo va a salir bien, que tengas paciencia— asentí.

—amor, au... Me duele— siento un dolor muy fuerte en mi vientre y aprieto su mano.

—tranquila amor— el presionó el botón para que venga un médico que al instante entró por la puerta.

—que pasá?— ella me mira— a ver esas dilataciones— se acercó a la computadora— uy, ya estás 9 centímetros dilatada, tenemos que ir a la sala de parto— ella llamó a unos médicos.

Enzo se fue a cambiar con la ropa que le dieron y a mí me llevaron a la sala de parto.

—aca estoy amor— el llegó a mi lado y tomo mi mano— cualquier cosa me apretas a mi, está bien?.

—bueno, ahora tenés que hacer fuerza para llegar a la dilatación que necesitamos y cuando yo te diga empujas dale?— me explico el médico y yo asentí mientras hacía lo que me pedía.

—ya los puedo ver, empuja fuerte— dijo la médica.

—vos podés amor— me dijo Enzo mientras apretaba su mano.

Nació Benjamin y se lo llevaron, seguí con Olivia, hice la mayor fuerza posible y ambos ya estaban en tierra.

Enzo me abrazo, ambos estábamos llorando.

—gracias, gracias, gracias, te amo millones amor de mi vida— el me besó y se tuvo que ir con una médica para cambiar a nuestros bebés.

Me acomodé en la camilla y me volvieron a llevar a la habitación. Dónde me encontré con la imagen más hermosa de toda mi vida. Enzo agachado entre dos cunitas, el me vió y cuando me terminaron de acomodar en mi lugar me pasó a Benjamín.

Yo lloré cómo una loca al verlo, a el y a Enzo con Oli en sus brazos.

—amor, tienen tus ojos— dijo Enzo admirando a Olivia.

—y tienen tu sonrisa— mire a Benja.

Al rato, cuando ya les había dado de amamantar a mis bebés, los acostamos en sus cunitas y ellos se durmieron.

—son re tranquilos— los miré embobada.

—son hermosos— el me miró y me besó— te amo.

— dónde están mis bebés?— entró Julián, con ori y tini atrás.

—sh, boludo, están durmiendo— dijo Enzo y los tres se acercaron a las cunitas.

—ay me muero, son hermosos— dijo ori y se acercó a mi— como estás amiga?.

— re bien, no me dolió tanto, pero igual valió la pena— ella asintió y junto a Tini me abrazaron.

Al rato entraron Rodrigo y Paulo cargados de miles de peluches y globos.

—estos compraron de todo pero no se hicieron cargo— me reí y ellos fueron a ver a los bebés.

Cuando ellos se fueron entraron los papás de Enzo junto a sus hermanos.

—ay me muero, que bellezas— ella vió a los bebés y me vino a abrazar— son hermosos reina.

—yo soy tu hijo ma— dijo Enzo celoso.

Todos alzaron a nuestros hijos que se habían despertado pero que eran tan tranquilos que no habían llorado. Mis hijos eran tan hermosos.

Por vos cambio | Enzo Fernández Where stories live. Discover now