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RDA y Polonia siendo amigos pero se molestan y odian mutuamente.

Pol- ¿Qué haces a esta hora en la puerta de mi casa? - Estaba confundido viendo al alemán sentado en una silla justo a lado de la puerta. Era ya muy tarde y solo quería llegar a dormir después de trabajar, pero aquel joven país parecía tener otros planes. Estaba cansado de que siempre llegara a su casa como si no tuviera una misma en su propia capital. - ¿Qué pasa?

RDA- Estoy confundido. - Respondió con el mismo tono despreocupado de siempre mientras sostenía un vaso en su mano.

Pol- Son cerca de la 1 de la mañana, yo soy el confundido.

RDA- ¿Acaso no me esperabas? - Dijo en un tono ofendido mientras llevaba su mano libre a su pecho en forma de indignación.

Pol- No. - Dijo con obviedad, rodando los ojos al ver cómo el contrario pasaba su mano por el cabello por lo "ofensiva" que fue su respuesta. - ¿Por qué mierda te estaría esperando?

RDA- ¡Solo pensé que pensarías "te extraño" cuando llegarás a tu casa y no me vieras aquí! - Grito exaltado alzando sus brazos hacia un polaco que le miraba fastidiado y cruzado de brazos.

Pol- Me viste ayer. - Respondió enojado pero sin gritar para no molestar a sus vecinos.

RDA se sintió tan ofendido que lo único que hizo fue agacharse para terminar recargandose en su mano mientras comenzaba a llorar.

Pol- Detente, Ali, ya para. - Ahora no solo estaba molesto, sentía tanta pena y vergüenza de ver al alemán así en la puerta de su casa.

RDA- Lo siento, Pol.

Ah, si, estaba comenzando a sentirse culpable.

RDA- Solo quiero pasar un maldito rato con mi amigo. - Se reincorporo como si nada dejando ver qué ni siquiera había llorado. - Y siempre me haces sentir mal por eso.

Lo quería correr a patadas de su casa.

Tomó su cabeza con ambas manos ya desesperado por la actitud del menor que era tan terco e insistente.

Pol- Por dios. - Se quejó antes de sentarse el suelo junto a la silla (que desconocía de dónde la había sacado). Cubrió su rostro con ambas manos tratando de pensar que hacer con el tricolor, pero no tardó ni 15 segundos cuando sintió unas caricias en su brazo en un intento de reconfortarlo teniendo el efecto contrario. - No me toques imbécil.

RDA- ¿Por qué me haces sentir mal por querer pasar el rato con mi amigo? - Miraba desde arriba al polaco que solo dejaba ver uno de sus ojos azules grisáceos que parecia atravesarle como una bala. - Es que no lo entiendo.

Pol- ¡Por qué cada que no tienes trabajo vienes a perder el tiempo! - Ya estaba desesperado, solo quería dormir de una vez por todas, pero el imbécil que tenía en frente se lo impedía por razones tan estúpidas.

RDA- ¡Pues lo siento por no tener tantos deberes como tú qué parece esclavo! - Se giró para gritarle moviendo la mano con desesperación frente al rostro del mayor. - ¡¿Sabes que?! ¡No creo que debería de estar siendo maltratado por ti solo por qué te extraño! También debería de querer pasar el rato conmigo.

Pol- Estás ebrio. - Dijo lo obvio por fin quitándose lasanos de la cara y mirar fijamente al alemán.

RDA- Tal vez un poco. - Soltó una carcajada sentándose adecuadamente en la silla mientras el polaco le sonreía. - Pero es miércoles, sabes cómo me pongo los miércoles, lo siento.

Pol- Solo entrenos de una vez a la casa. - Se levantó estirándose para recobrar un poco de energía, por lo menos hasta llegar a su cuarto. - Rumania está en la casa, no se donde dormirás, pero no quiero dejarte ir a tu casa en ese estado.

RDA- Logró ponerse en pie con un poco de dificultad y algunos tambaleos. Gracias, prefiero pasar la noche en tu pocilga antes que en mi casa.

Iba a responder a ese insulto a su hogar temporal, pero el rostro triste del menor le hizo callar.

RDA- Se siente tan sola y fría.

Pol- Vamos, necesitas un té para calentar ese frío que llevas. - Ayudó al de escudo a caminar hasta la puerta con los sollozos acompañándolos en su camino y la preocupación creciendo en su interior al ver unas grietas que logró ver al tomarlo de su suéter.

Todos sabían que Ali había sufrido desde que su padre se murió y desde que lo apartaron de su hermano. Era el más chico de todos los que se reunían en esa casa en Berlín, era casi natural que todos protegieran al alemán, claro, todos tenían su propia manera de hacerlo, a pesar de que algunos tuvieran una relación complicada con él.






























Verga, esto iba a ser chistoso y terminó en otra cosa.

Me base en un tiktok para esto, pero tengo sueño y me da hueva buscarlo

vale madre Where stories live. Discover now