14.

6K 490 111
                                    

Capítulo largo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo largo. Y editado.

!

Matías y Enzo llevaban ya un rato despiertos. Cada uno sobre su cama, charlando sobre cualquier cosa, y con una pereza extrema.

Ambos tenían un dolor de cabeza impresionante, pero cuando leyeron la noticia en el grupo de WhatsApp del trabajo, fue como darles un martillazo extra. Su plan para hoy era invitar a los chicos a la habitación, y pasar toda la tarde viendo algo.

Pero el trabajo no espera solo por una resaca de borrachera.

—Maldita sea. —Matías se retuerce sobre su cama haciendo un berrinche.

Y Enzo se burla de él, quisiera hacer lo mismo, en cuanto despertaron, ya todos tenían indicaciones por cumplir para hoy mismo.

Matías era uno de los que tenía los minutos contados para estar presente en el set, y Enzo, bueno, él tenía mejores noticias.

Vio como su amigo se levantó disparado de la cama para darse un baño y revivir un poco. Extraño, Matías en otro caso se habría ido como estaba, pero ahora se preocupaba, pues podía encontrarse con Lía por ahí, y no quería verse mal.

—... ¿Qué tenés que hacer vos? —pregunta Mati secándose el cabello— Te veo re tranquilito.

Ammm. Nada, más tarde iré al set a una prueba de vestuario, pero nada más.—miente.

Enzo se abofetea mentalmente, ¿Qué está pasando con su boca últimamente? ¿Por qué era más rápida que su mente? ¿Por qué había estado mintiendo con cosas tan simples? Quizás por no verse mal, por no verse entrometido, no lo sabía. Pero no fue capaz de decirle a su amigo que iría a la habitación de Lía, simplemente a hacer medidas para comenzar a trabajar con su vestuario principal.

—Una suerte boludo, yo me tengo que ir ya. —avisa tomando su cartera—. Nos vemos a la noche, te quiero.

Lo escucha gritar desde la puerta, y una vez más no alcanza a decirle que lo quiere también.

El día sigue su curso naturalmente, debe admitir que durante ratos, Enzo se detenía a meditar en sí a Matías le molestaría que Lía y él hayan tenido ese tipo de interacciones. No tendría porqué, no había pasado nada, no se le pasó la mano, no hizo nada con alguna mala intención. Entonces, ¿Por qué no solo lo decía? Seguro era porqué si Matías algún día venía a contarle que hizo lo mismo con alguna chica que le gustase, le partiría la cara.

Pero no era el caso, Lía solo era una chica linda, sexy, encantadora, y claro, si la situación fuera distinta, Enzo no lo hubiera dudado ni un segundo, y presiente que ella tampoco, por la forma en que lo mira. Pero nada más, no era un mal amigo.

La situación es como es, y lo tiene claro, así que sí, si se lo piensa antes de siquiera decir palabras que pudieran malinterpretarse, según él.

Cepillaba su cabello húmedo después de una larga ducha donde pensó en todo eso, solo iba un piso arriba, pero tenía que mejorar la cara de muerto que tenía gracias a la borrachera de un día anterior.

El dolor de cabeza había disminuido, pero en serio excedieron tanto anoche, que Esteban le contó que Juan seguía ebrio, y eran las 4PM.

No sabía que tenía que hacer, ni siquiera quedó con Lía para poder ir a su habitación o algo por el estilo, y ella tampoco lo buscó. A lo que suponía, hacer medidas y coser llevaban tiempo, así que para las 7PM, justo cuando bajó el sol, salió de su habitación para ir a trabajar.

.

Lía estaba tronándose los dedos, literalmente.

Daba vueltas por su habitación revisando que todo estuviera en orden, y pidiendo a Dios que ojalá Enzo tardara mucho en llegar, está ansiosa, no podía entender como sin estar presente, lograba ponerla tan de nervios solo de pensarlo.

La sala estaba ya preparada con las cosas que necesitaría para empezar a trabajar, solo era cuestión de esperar. Y mientras lo hacía, tomó su celular para responder algunos mensajes que Matías le había dejado. Sonrió como tonta viendo la pantalla, no podía creer lo lindo que era, antes de dormir no podía sacarse de la cabeza cada una de esas escenas de la noche anterior. No podía no pensar en Matías haciéndola reír, haciéndola bailar sin vergüenza, nadando juntos, sosteniéndola para que supuestamente pudiera estar en la piscina, respirar cerca de su rostro, sentir su cuerpo junto al suyo, ¿Cómo iba a poder dejar de pensar algo así?

Pues la noticia de tener a Enzo en su habitación, llevaron su mente a otros pensamientos muy fácilmente.

Matías le contó en esos mensajes que estaba en el set, y que tenía intenciones de invitarla a cenar, si salía temprano de ahí. Cualquier persona coherente, empezaría al menos a sospechar de el chico a este punto, pero Lía no lo hacía, en verdad seguía creyendo que solo estaba siendo amable con ella, que simplemente era alguien lindo y gracioso por naturaleza, y sí, lo era. Pero Matías ya tenía claro algo, la chica le gustaba.

Y aunque no estaba apresurado a nada, tenía todo a su favor para conocerla, y saber si algo podría pasar después.

La puerta siendo golpeada la sacó de su trance, Enzo había llegado, y respirando hondo para no ponerse nerviosa caminó hasta ahí para recibirlo.

Abre, un aroma a perfume de hombre inunda su nariz y casi la marea, pero tan pronto lo distingue, puede notar como hasta su olor es muy varonil.

—¿Vamos a hacerlo aquí? —es su primera pregunta, probablemente su primera de muchas.

Lía suelta un suspiro.

¿Siempre tienes que preguntarlo así?

Voltea a verlo subiendo la vista, y lanzando esa mirada que ella no sabe lo mucho que le gusta a Enzo, responde...

—Si quieres llévame a tu habitación. -en cuanto la escucha, él suelta una risita, y cierra los ojos dejando caer su cabeza.

—Touché, Lía. —dice con una voz ronca haciendo que todos los nervios que había podido estar controlando hasta ahora, salgan disparados. Esa voz es tan profunda en sus oídos, que aunque Enzo tiene una sonrisa en el rostro, le trasmite algo que no puede descifrar— ¿Me vas a dejar pasar, o acá me vas a quitar la ropa ?

Touché, Enzo.

.
.
.
.
.
.

JOB | Enzo Vogrincic, Matías RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora