25.

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El aura que Lía transmitía al ambiente era muy distinguida, la suavidad con la que hablaba, sus movimientos delicados, lo dulce que era a la hora de hacer lo que fuera, era la principal característica que envolvía a Enzo en una burbuja que no le permitía pensar en algo más. En nadie más.

También, por un lado muy opuesto, le encantaba la forma en la que su presencia podía romper toda esa tranquilidad y paz que Lía parecía tener, pues frente a él, la chica luchaba en todo momento por no verse nerviosa, y eso la volvía muy torpe con todo lo que hacía o decía. Enzo se preguntaba si sería era bueno o malo, pues ahora alcanzaba a ver de reojo como las manos de Lía temblaban sobre sus piernas, y eso le dio la idea de que la hacía sentirse ansiosa a un nivel medio extremo.

El silencio en el auto de Enzo era penetrante, y tan incómodo. Incluso para él.

—¿Vas al edificio? —se anima a hablar después de mucho, viendo como Lía traga duro volteándolo a ver—¿O querés que te lleve a alguna otra parte?

Luego de ir a trabajar en uno de los miles de ajustes que tenían que hacer en el vestuario de Enzo, se les había ido casi toda la tarde, una tarde en la que le correspondía descansar, lamentablemente así también le correspondía acoplarse a los horarios de cualquiera de los chicos con los que trabajaba. Eran las 8PM, y a penas estaban regresado a casa, Lía agradecía a Dios a ver salido de ese camerino, pues su corazón estaba ya agotado de latir tan rápido durante tanto tiempo sin parar, lo único que quería era algo de tranquilidad, o estar lejos de Enzo.

Emm... —responde pensando. Sí tenía que llegar a otro lugar, mientras hacía puntadas sobre la ropa de Enzo, leyó un mensaje de Matías, diciéndole que la esperaba en un bar cerca del edificio, junto a sus amigos— ¿Sabes dónde queda este lugar?

La chica toma su teléfono poniendo la pantalla frente al rostro de él, y una vez se percata del semáforo el rojo, voltea a ver. Lo primero que llama su atención es la mano de Lía, y su pulso tembloroso, suelta una risita al verla, y asiente volviendo a acelerar.

— ¿Te llevo ahí? —pregunta mirándola.

Ella asiente, y así Enzo cambia la ruta, encendiendo el estéreo en aleatorio, para amenizar un poco más el viaje, y empezar a disminuir la tensión. Pues tampoco era su intención matarla de nervios con tanto silencio, ni con esas miradas que le lanzaba de pies a cabeza cada que se detenían.

Bajó su ventana dejando entrar el aire fresco de la noche, Lía pudo ver cómo su cabello largo se despeinaba mientras conducía con una sola de sus manos, luciendo increíblemente atractivo, como toda una imagen de revista. Enzo era precioso, tanto, que haciendo algo tan simple como conducir era imposible no notar su belleza.

—... ¿Qué haría una nena como vos en un lugar así? —cuestiona el chico sacándola de sus pensamientos.

Le gustó la forma en que se refirió a ella como una 'nena'.

—¿Una nena cómo yo? ¿A qué te refieres?

—Ya sabés... —entre una risita nerviosa se arma de valor para decir lo obvio, con gusto le diría a Lía lo que quería escuchar—. Así de linda.

Ellos ya se habían medio comido la boca hace no mucho, decirle eso suena como cualquier cosa, pero escucharlo, extrañamente los sonrojó, y al notarlo se burlaron un poco de ellos mismos, sobre todo Enzo, que siendo todo un hombre, no podía entender como le costaba decirle específicamente a Lía un cumplido tan simple como ese. Si hubiera sido cualquier otra chica, seguro hubiera sido distinto, por eso no se entendía su torpeza ante ella.

Habían dos explicaciones, la primera era que Lía es alguien tan atractiva, que lo volvía algo tímido a la hora de alagarla, daba por seguro que la chica ya habría recibido todo tipo de adulaciones, así que decirle algo como eso estaría demás. Y la segunda, era que a Matías le gustaba, y una parte de su cerebro lo frenaba a decirle algo comprometedor. 

Enzo se iba más por la segunda, y en ese momento pensó que ojalá esa parte de su cerebro lo hubieran frenado a besarla.

Vagando en sus pensamientos mientras la veía a los ojos,  llegó a su cabeza que en un caso completamente distinto, se iría por la solución más simple, esa en la que ojalá Matías solo no se hubiera fijado en ella. Así no tendría que contenerse a decir lo que pensaba.

Entre la vergüenza, y la incomodidad que ella sentía en todo momento al estar junto a Enzo, a Lía le pareció algo tierno escucharlo decir eso, y le lanzó una sonrisita que a él, lo derritió.

—... ¿Vas con Matías?

La pregunta le llega a Lía muy, muy, muy de repente.

Matías.

Increíble como de ser su pensamiento la mayor parte del tiempo, al estar frente a Enzo Lía lo olvidaba por completo.

—Sí, sí.  Voy con Mati. —asiente mirando a otro lado, y viendo a Enzo imitar el gesto.

Ese nombre Enzo lo sintió como una especie de tabú entre ellos, lo era. Y no podía entender en que momento su mejor amigo se volvió eso.

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Pfff mil años después regresé, ya algunas saben un poquito porque me tardé tanto en actualizar.

Pero otras de las razones, es que sigo buscando la forma en que no odien tanto a la protagonista JAHAJHJAJDH Pero bueno, capaz y está bien hacerlas sufrir un poquito, ojalá esto no les caiga como spoiler, pero en fin, que os guste el cap, y las actualizaciones regresan con las misma fluidez de siempreee. 

JOB | Enzo Vogrincic, Matías RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora