18.

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Al final no pudieron ir más allá.

Y Lía no volvió a ver a Enzo.

Esa noche salió tan apresurada de la habitación, que incluso olvidó varios de sus utensilios, pues a Enzo lo llamaron. Y en cuanto escuchó a Matías por el teléfono, casi le ruega para que se fuera en ese mismo instante.

No podía explicarle, no podía decirle que no debía besarla, así que simplemente la sacó de ahí. Y después le lanzó por la ventana a Matías el buzo que le había pedido para irse a cenar.

Cena a la cuál Lía fue invitada, pero simplemente eligió no ir, y pasar en su habitación el resto de la noche, pensando en lo que había ocurrido. Era la única sin culpa, ella ni siquiera estaba enterada de que a Matías le gustaba, así que realmente solo pensaba en Enzo, y en lo mucho que le gustó besarlo.

Él nunca fue alguien que se enganchara, a nada, era incluso bastante insensible a veces. Pero en cuanto Lía salió del cuarto, no pasó ni un minuto para que su amigo le viniera a la mente, si solo lo hubiera pensado antes, quizás ahora no tendría ese sentimiento de culpa.

Más aún al ser consciente de que no estaba ni un poco arrepentido de lo que hizo. Disfrutó tanto besarla, que si le preguntan si lo volvería a hacer, su repuesta sería un rotundo:

Sí.

Esa probadita, solo lo dejó con las ganas multiplicadas al no poder satisfacerse como quería, y sentir esas ganas insaciables de subir y hacerle todo lo que tenía en mente, lo hacía sentir peor. Por su amigo, sí, porque sabía que Lía no lo rechazaría si Enzo se lo proponía.

Y por su pene, que se quedó tan erecto como hace mucho no lo estaba.

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Los días fluyen con tranquilidad, Lía se preguntaba por qué no lo veía por el jardín, o en la piscina, ni siquiera junto a sus amigos, parecía como si se hubiera esfumado.

Mantuvo platicas simples, y no tan simples con Matías durante días y noche, el chico llegó alguna vez con comida para simplemente charlar, y la invitó a más de una reunión con los chicos. Las primeras veces dijo que no, con la excusa de que tenía que trabajar, pero la realidad era que aún no sabía como reaccionar si se topaba con Enzo.

Decidió que era hora de salir de ese pensamiento que la tuvo atrapada durante días.

Matías estaba frente a ella.

Pidiendo que salieran a cenar esa misma noche, prometiendo que se divertiría, y que si hacía falta, él la ayudaría con su trabajo al regresar.

—¿Entonces qué decís? —pregunta entusiasmado por la respuesta, pues después de lo que Lía dijera, dependía lo que podía estar por suceder.

Matías tomó esos días para pensar, y cuando se dio cuenta de que Lía le atraía cada vez más, supo que era hora de confesar lo que sentía. Lo haría como se lo dijo Fran, sin esperar respuesta alguna, solo para saber si existía la posibilidad de comenzar a conocerse mejor, o si podía llegar existir.

Pero Esteban le aseguró tanto que Lía también estaba interesado en él, que iba tan confiado como nunca. Esa mirada tan linda que la chica siempre le lanzaba, le reforzó la idea de que ella igual tenía algo por decir. Ojalá sí.

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OMG, a prepararse para mucho contenido con Mati jeje al fin 👏👏

JOB | Enzo Vogrincic, Matías RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora