- Cortejo -

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Alastor estaba rodeado de un montón de papeles, información por todos lados y él tratando de hacer un programa para su radio. Tenía que hacer algo fabuloso, que llamara la atención para que Charlie tuviera nuevos demonios que quisieran la redención.

Había llegado pensando en encontrar molestas almas que torturar por el resto de la eternidad y ver a la hija del rey caer llorando al suelo por cada fracaso, pero... al final terminó tomando cierto cariño. Charlie era como una niña ilusionada con un dulce, y Vaggie era de esas jovencitas que querían ser rebeldes pero, dentro de su alma, era buena, y eso lo intrigaba de cierta manera.

Uno de los papeles se deslizó de su escritorio al suelo, Alastor se iba agachando para recoger el papel él mismo, cuando de repente otra mano tomó los papeles por él. Alastor levantó la vista para encontrarse con la sonrisa del gobernante del Inframundo.

- Oh, su... majestad - Alastor entrecerró los ojos, mirando al rey que le sonreía de manera sospechosa.

- ¡Toma, se te cayeron! - Alastor tomó los papeles de la mano del rey y los ubicó en su lugar en el escritorio.

- ¿Bueno? - Alastor no entendía qué era lo que estaba pasando, ¿por qué el rey lo miraba nervioso con una sonrisa que no desaparecía? En él era normal, pero en el resto de la gente le parecía raro.

- Oh, sí... yo, toma - Alastor no pudo ver qué era lo que le habían dado porque su visión se puso completamente roja. Cuando levantó la vista, ya no estaba el gobernante con él. Miró sus manos, había rosas de sangre en sus manos, hermosas.

- ¿Esto es...? - Alastor miraba a los lados buscando una respuesta.

- Es un cortejo, Lucifer está enamorado de ti, jefe - Husk apareció a su lado bebiendo una botella de alcohol.

- El chico malo quiere al jefe - Niffty comenzó a babear, y Alastor miró con una sonrisa nerviosa las flores. ¿Pensó que se llevaban mal? De todas formas, tenía que dejar claro que esto no funcionaría; no le gustaban mucho los alfas, además no se encontraba realmente interesado en encontrar una pareja romántica.

- Bueno, no importa - Alastor comenzó a arreglar sus papeles, no quería que nada se le pasara y con todo muy bien organizado, bajo caminando con una tranquilidad extrema y cuando llegó al final de las escaleras, todos se quedaron mirando. Charlie tenía una sonrisa nerviosa que la delataba como si fuera un poco de agua, se podía ver todo reflejado en su rostro, así que todos sabían de esta situación.

- Qué agradable es que una criatura tan hermosa como tú nos acompañe en esta velada - Lucifer apareció al final de la escalera cuando Alastor comenzó a bajar, al final le ofreció la mano para que bajara. Alastor bajó el último escalón y con su mano movió la mano de Lucifer a otro lado; él no necesitaba una pareja, además Lucifer alguna vez fue un ángel.

- Mañana comienza el programa de radio - alastor informó a Charlie, que dio pequeños saltitos.

- ¡Tal vez así consigamos algunos nuevos residentes que crean que la redención es la opción para algo! - Charlie le dio un gran abrazo a Alastor mientras el demonio de la radio le dio un par de palmaditas en la cabeza para que la chica se calmara.

- Haré un poco de propaganda para el hotel, esto es algo de lo mejor que he hecho en una buena cantidad de años - Alastor miró a Vaggie, que asintió satisfecha de que Alastor se tomara en serio ayudar a que Charlie cumpliera su sueño.

- Bueno, yo me preguntaba - Alastor miró a los ojos al regente del infierno, que cada vez se acercaba más a él - Si habría posibilidad de que me llevaras al programa de la radio contigo, tal vez que el rey del Inframundo ayudara en la situación atraería a mucha más gente - Lucifer le sonrió.

- Bueno, eso no será posible - Alastor miró a Charlie.

- ¿Por qué? - Preguntó la chica de inmediato.

- Bueno, después de mi trabajo tengo una pequeña reunión con viejos conocidos y realmente me gustaría arreglarme y verme bien frente a ellos - Alastor se arregló un poco la corbata.

- Eso no es problema tampoco, puedo acompañarte, tendrás mucha mejor impresión con el rey del infierno a tu lado, el señor infernal siempre ayuda a todos a ganar - Lucifer se pasó una mano por la cara confiado, que informal, no le gustaba para nada.

- Bueno, Lucifer, te diré algo, cortejo rechazado - Alastor tuvo un tic en el ojo.

- ¿¡Lo sabía!? - Vaggie miró a Alastor.

- Estas cosas son realmente obvias, querida - Lucifer ya no tenía una sonrisa en la cara, en su lugar su mirada se había oscurecido cuando la mano de su hija se puso en su hombro. No le gustaba esta situación, pero ella no tenía el poder de influir en nada en las decisiones de sus amigos.

- Bueno - Todos miraron a Lucifer que ahora tenía una sonrisa mucho más grande de lo que era antes.

- ¿Qué? - Husk miró molesto al rey, Alastor era su jefe, y le molestaba tener que hacer trabajo de más por un alfa acosador.

- No voy a dejar de cortejarte hasta que demos un paso adelante y dejes de mirarme como la peor cosa del mundo solo porque alguna vez fui ángel. Si en ese momento deciden que no soy lo suficientemente bueno, entonces me iré y te dejaré de molestar para siempre, nunca más me verás en tu vida - Lucifer miró con una sonrisa al demonio de la radio, que se dio la vuelta molesto y comenzó a caminar directamente a la salida.

- Voy saliendo a una de mis reuniones, Charlie. Aprovecha para hablar con tu padre y dejarle las cosas claras. No me interesa absolutamente ningún alfa, y él no es la excepción - Alastor salió del hotel para escuchar los ruidos infernales que se provocarán dentro. No esperaban esa reacción. Todos esperan que cuando un alfa se pone a cortejar a un Omega, el Omega diga de inmediato que sí, que les pertenece, pero no es así como funciona el mundo.

El principe se enamoró. ¡DAM!¡BITCH! [OMEGAVERSE][TERMINADA][Corregido]Where stories live. Discover now