- Calendario -

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Lucifer estaba mirando el calendario de la cocina, marcando los días importantes de su trabajo como regente del infierno, a petición de su hija para saber cuándo estaría ocupado. Tenía que hacer esto, cumplir con todo el tiempo que no había estado para recuperar a su bebé.

Lucifer pasó de mes y marcó en azul un día muy molesto. Tenía una reunión con su padre; tendría que encontrar otra excusa. Siempre había logrado escapar de las reuniones con Dios. Solo diría que había alguna rebelión o algo así. Había conseguido que eones pasaran sin que lo fastidiara demasiado con algunas cartas y mensajes a través del hijo de perra de Adam. Entonces sus ojos se movieron hasta unos días a fin de mes marcados con morado.

¿Manzanita, me dices qué son estos días marcados al final de algunos meses? - Lucifer miró a Charlie, quien estaba haciendo masa de galletas con Vaggie.

-Oh, los rosas son el celo de ángel, el púrpura el de Vaggie y los negros de Alastor - Charlie le dijo como si fuera normal, para ellos lo era, ya llevaban mucho tiempo viviendo así.

Lucifer sonrió y disimuladamente, como un loco, regresó al mes actual. Miró el final del mes; en tan solo unos días, sería el celo del demonio de la radio. Lucifer se mordió el labio y corrió al baño, sus pantalones estaban apretados.

Cuando salió suspirando, tenía un montón de cosas que planear.

Niño araña - Lucifer miró a Angel, que tomaba una taza de té con Niffty - Necesito que me ayudes a hacer una lista de regalos, Alastor entrará en celo y necesito que acepte como mínimo una prenda en su nido, aunque si consigo que acepte más, ya sabes, sería un gran logro - Angel sonrió y soltó una risa, sirvió otra taza de té, y palmeó la silla vacía de al lado.

Bien, comenzamos - Angel sonrió mientras Lucifer sacaba papel y lápiz.

Dios estaba molesto mirando al suelo; había algo que no encajaba. Miró a la ciudad que estaba debajo de su hogar; sus hijos se habían independizado. Quería decir, todos tienen su propio hogar en el cielo, y aunque había levantado el castigo de su estrellita, no habían regresado al regazo de su padre, lo cual era molesto para él. Samael era el único que se atrevió a contradecir la palabra de Dios, pero aun con sus regalos y cartas de disculpas por no haber sido el mejor padre, después de eones lo había aceptado. Samael ni siquiera había contestado a ninguna de sus cartas, mínimo los regalos los había aceptado. Pronto se acercaba su reunión, así que preparó otro regalo, como cada año.

Bajó a la sala de reuniones, esperando encontrar a Adam o a Sera, para pedir que enviaran el regalo con un mensaje de su parte, pero no estaban para nada. Aunque vio unas alitas revoloteando cerca de las flores, sonrió.

-Emily - La voz de Dios resonó, pero de inmediato la chica se dio la vuelta con una gran sonrisa, dispuesta a ayudar como siempre.

Buenos días, Dios - Emily hizo una reverencia y luego se acercó feliz.

¿Sabes dónde están Sera y Adam? - Emily lo miró y su mirada cayó.

Están discutiendo sobre el exterminio. Lucifer envió una carta diciendo que no "jodieran más porque pondría una barrera y no podrían bajar más si no se detienen". Ellos quieren hacerlo antes para que no se den cuenta - Emily miró al piso.

¿Qué es el exterminio? - Dios no tenía idea de qué era eso; él no había permitido ningún "exterminio".

Sera y Adam dijeron que lo sabías - Emily miró a los ojos de Dios confundida.

Explícame - Dios se sentó y le apuntó una silla a Emily.

Cada cierto tiempo, los ángeles exorcistas, bajo el mando de Adam, bajan a exterminar a algunos demonios para que el infierno no tome más poder, así controlan la sobrepoblación. Me enteré hace poco porque era secreto. Le dije a Sera que era cruel, pero... dijo que fue orden directa - Emily bajó la vista.

Dios apretó el regalo en sus manos hasta destruirlo.

Emily, ¿los regalos y mensajes que he enviado han llegado al destinatario? - Dios sonrió con calma y Emily lo pensó un poco.

¿Estos regalos? - Emily voló hacia un mueble y al abrirlo cayeron regalos y notas de eones.

Dios estaba furioso, apretó un botón; necesitaba tener a Adam y Sera aquí. Les había permitido carta blanca, pero interferir entre su relación padre e hijo con su estrellita no era algo que permitiría.

¿Sí, mi señor? - Un querubín entró haciendo reverencia.

¿Dónde están Adam y Sera? Los quiero aquí - Dios gruñó y Emily dejó de volar y se quedó en el piso, un poco asustada.

Ellos, ellos se fueron, camino al infierno, dijeron que no usarían portales porque se darían cuenta o algo así, mi señor - El querubín retrocedió ante la señal de Dios.

¿Puedo preguntar qué pasa... Dios? - Emily se sentó mientras trataba de arreglar el regalo con sus poderes.

Ellos hicieron esto sin mi autorización, no le han dicho a Samael que su castigo fue revocado hace eones, no le han dado ninguno de los regalos y ahora seguramente mi hijo me odia hasta la muerte - Dios se pasó la mano por la cara. ¿Por qué él tenía que pasar por todo esto? ¡Era el jodido Dios!

Bueno, tengo entendido que Luc-Samael dividió el infierno en ciudades y anillos - Emily sonrió - ¿Por qué no esperamos a que lleguen al infierno y vamos para que se detenga todo?

Eso... es una buena idea - Dios dio palmaditas en la cabeza de la joven - Él siempre fue el preferido de mis hijos. Sabes, cuando él hizo la rebelión se paró frente a mí, y me dijo, "haré una rebelión". Era el primer adolescente, así que no sabía que solo tenía que calmar sus inseguridades. Me reí de él, porque fue tan tierno, pero... parece que solo creó una brecha entre nosotros. Luego, con la caída, no me di cuenta de que había roto sus alas, y... nunca me disculpé - Dios suspiró.

Oh, pero... Samael fue un ángel, dentro de él existe el perdón... Dios - Emily le dio ánimos al Dios, que sonrió. Dios bajaría muy pronto al inframundo.

El principe se enamoró. ¡DAM!¡BITCH! [OMEGAVERSE][TERMINADA][Corregido]Where stories live. Discover now