- Discusiones -

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¡Jódete, no voy a dejar que me embaraces! - Alastor gritó mientras le tiraba patitos a Lucifer.

¿Por qué no quieres un bebé? - Lucifer chillaba mientras corría de los libros que apuntaban directamente a su cabeza.

¡Porque eso no va a funcionar! Los dolores, el mareo, la leche, la comida, todo es tan doloroso y el único que va a sufrir con todo esto soy yo, tú solo te llevarás la satisfacción del resultado final - Alastor gruñó. No tenía nada en contra de tener un bebé; en realidad, cuando estaba vivo y era joven, tenía el deseo de formar una familia como la mayoría de los omegas de su época, pero en el infierno no era algo que quería hacer. No se sentía a salvo para un bebé.

Yo sé que eso no te molesta. Eres demasiado orgulloso como para que esa sea la razón. ¡Soy el más orgulloso de la historia de la creación, por favor! - Lucifer chilló mientras la mirada de Alastor lo hacía retroceder.

¡Eso no te incumbe, amante de lo ajeno! - Alastor se dio la vuelta y bajó sus orejas enfadado.

Lucifer se levantó del suelo, caminó lentamente hacia Alastor y puso sus manos sobre los hombros del demonio de la radio. Sabía que algo más estaba pasando y su cervatillo no se lo estaba diciendo.

Hey... algo estaba pasando por esa fabulosa cabezita tuya... algo que no me estás diciendo y que creo que deberíamos hablar - Lucifer tomó la mano de Alastor que tenía el anillo, y el demonio de la radio miró ambas manos con los anillos. Básicamente, estaban casados; así es como se hacía en el infierno, bueno, a menos que quieras conseguir a uno de esos curas lagartijas falsos, pero en todos los casos, nada se hacía en nombre de Dios.

No quiero un bebé, es mi última palabra - Alastor gruñó mirando a otro lado, sus ojos se llenaron de lágrimas que no salían de sus ojos, recordando a su madre. Claro que quería un bebé; pasó muchos años en el infierno leyendo libros de bebés y cómo cuidarlos, pero no iba a traer a un bebé al infierno. El demonio de la radio no tenía piedad, pero no diría que no, cuando las programaciones del domingo en la noche son canciones de cunas.

Está bien, no insistiré más - Lucifer se dio la vuelta y fingió irse de la habitación, pero se quedó del otro lado de la puerta, a nada de cerrar. Sabía que había algo más aquí.

Alastor miró hacia la puerta, no vio nada, así que suspiró, se dio la vuelta y caminó hacia su escritorio de trabajo. Lentamente abrió un cajón con llave, sacó un libro, "Cuentos para niños pequeños", aguantó un pequeño sollozo y abrió la tapa, pero dentro leyó "Para mi querido Alastor, felicidades por ser un hermoso omega, algún día usarás este libro en tu estación con amor, tu familia, firmado mamá". Debajo de eso, había pegada una foto, él y su madre, y los niños pequeños de la calle que ella adoptaba porque los abandonaban. Ella era... especial.

¡Ajá! - Lucifer salió de su escondite con una gran sonrisa, pero cuando Alastor se dio la vuelta sorprendido con lágrimas en su rostro y un sollozo atragantado, se arrepintió. - Ajá... - se le borró la sonrisa.

... - Ahora se preocupó más. A este punto, Alastor ya lo habría tratado de matar y estaría gritando, pero el labio del demonio de la radio temblaba, y la habitación se llenó del aroma de un omega triste.

No, no, lo siento - Lucifer se lanzó a abrazar a Alastor que sollozaba con los hombros temblorosos. - Lo que tú quieras, nunca más insistiré... - Lucifer no sabía cómo hacerlo callar y ya estaba afligido hasta la médula.

Yo... no es que no quiera un bebé, ¡por favor, a mi edad es lo que más me pide mi cuerpo cuando ya tengo una pareja! ¡Pero... será un príncipe o princesa del infierno, ¿sabes cuántos secuestros, cuántas miradas y toques de extraños, las risas! ¡Nadie se acercaba a Charlie después de su canción en la TV! y yo solo lo hice porque mierda, la niña tiene algo y a mí me encantan las canciones, ¡soy el jodido demonio de la radio! - Alastor se sentía demasiado vulnerable. - ¡Y tú deja de hacer eso! - Alastor le dio un almohadazo a Lucifer.

¿¡Qué pecado cometí ahora!? - Lucifer chilló mientras se cubría con la almohada.

¡Tu aroma! ¡Me está poniendo sensible! - Lucifer se olió, era como siempre, era Alastor el que estaba olfateando de más.

¡Lo siento! - Lucifer se forzó a abrazar a Alastor otra vez mientras el demonio de la radio se escondía en su hombro a llorar. - Hey, ¿crees que si tenemos un bebé permitiré que alguien le ponga un solo dedo encima? Pregúntale a Charlie, a ella jamás la llevan a las fiestas ni nada por el estilo. ¿Sabes...? - Lucifer no solía hablar de esto; Alastor levantó la mirada para escuchar atentamente. - Cuando yo era la mano derecha de... tú ya sabes, mi... progenitor, me llevaba siempre con los demás arcángeles a las reuniones, todos siempre mirándonos, tocando, haciendo que hiciéramos milagritos y cosas de payasos, nunca me gustó, pero los más grandes siempre decían: "Hey, tienes que ser un buen angelito", y nunca me defendieron así que decidí que sería mejor para Charlie. No dejaría que la tocaran y la hicieran sentir como una muñeca de exhibición. Ella es mi manzanita, sabes que no dejaré que nada les pase, ni a la manada, ni a ti, ni a nuestro bebé - Lucifer sonrió dulcemente.

Bien... pero llegará cuando tenga que llegar, me niego a entrar en campaña - Alastor se secó las lágrimas.

Tienes que dejar de tomar ese té - Lucifer besó la mejilla de Alastor, se sentía orgulloso; había ganado.

Pero adoro el té de ajenjo - Alastor se cruzó de brazos.

Bueno, puede ser... ¿café negro? - Lucifer sonrió.

¿Te lo dijo Husk, verdad? - Alastor levantó una ceja.

... Sí, una taza de café negro tibio, muy cargado, con media cucharada de azúcar y una onza de leche - Lucifer miró abajo.

¡ATRAPADAAAAA! - Escucharon el grito de Angel desde abajo. Ambos se miraron y comenzaron a reír.

El principe se enamoró. ¡DAM!¡BITCH! [OMEGAVERSE][TERMINADA][Corregido]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora