- Anidación -

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Alastor miraba a todos los lados de su cuarto. La cama, como siempre, era uno de los mejores lugares para anidar, pero, por otro lado, las esquinas eran las mejores para sentirse protegido por los lados. Además, el sofá también podía unirse a su nido, pero eso podría ser muy molesto para su espalda.

Entonces, su ventana se abrió de repente y apareció Lucifer con una gran sonrisa y una cabeza de ángel en la mano.

¿Cómo consigues meterte aquí? ¿Necesitas que llame a Charlie? - Alastor suspiró mientras movía su cama con sus poderes hacia un lado.

¡Pero claro que consigo entrar, soy Lucifer! ¡Te traigo un regalo de cortejo! - Lucifer levantó la cabeza del ángel.

Me tientas, Lucifer, pero no, no voy a aceptar ese regalo - Alastor puso sus mantas sobre la cama; ahora sí le gustaba el lugar para anidar.

Pero... pero busqué a un ángel solo para ti - Lucifer hizo un puchero.

No me interesa - Alastor miró al rey mientras se subía a la cama y comenzaba a ubicar las mantas y la ropa de la forma que más le gustaba.

Vamos, ¡oh! - Lucifer esquivó un tentáculo, sacó sus alas y comenzó a volar esquivando todos los tentáculos que Alastor le lanzaba - No te enojes, lo siento, espera, espera - Lucifer no pudo esquivar uno que lo agarró de la pierna mientras lo lanzaba contra una muralla.

No me molestes, estoy anidando, tal vez deberías aprender de Zestial, él es todo un caballero - Alastor miró molesto al rey del Inframundo.

Los celos ardieron dentro de Lucifer; su ojo se movió en una especie de tic, la sonrisa de Lucifer apareció y los tentáculos de Alastor se quedaron quietos con un solo chasquido de dedos.

A Alastor no le gustó eso; se dio la vuelta para darle una mirada enfadada. No le interesaban estos juegos y solo quería un poco de calma y privacidad, pero Lucifer se le lanzó encima.

¿¡Qué se supone que haces!? - Alastor comenzó a forcejear con el rey del Inframundo; ninguno cedía ni un centímetro de distancia. No tenía intenciones de dejar que... no tenía idea de qué quería, pero no lo permitiría.

¡Solo tienes que dejarte querer! - Lucifer gritaba mientras peleaba con el omega, pero no podía apretar más porque el aroma del omega lo volvía loco.

¡Charlie! - La boca de Alastor fue tapada por los labios de Lucifer; Alastor abrió los ojos sorprendido, enano de mierda.

Shhh... solo tienes que callarte y disfrutar - Lucifer lamió los labios de Alastor.

El demonio de la radio se enfadó, abrió la boca y... le mordió la lengua al rey del Inframundo.

¡Ay, Ay! - Lucifer se lanzó hacia atrás y se cayó de la cama mientras se cubría la boca con las manos - ¡Tú me mordiste! - Lucifer miró feo a Alastor, que se frotaba muy fuertemente los labios contra su muñeca para limpiarse.

¿Qué está pasando? - Vaggie entró y vio la escena; Lucifer le sonrió mientras comenzaba a sudar.

Ey, ey, podemos tener un trato, te puedo dar lo que tú - Lucifer se detuvo ante el grito de la novia de su hija.

¡Charlie, tu papá se metió otra vez! - Charlie apareció enfadada en la habitación.

¡Papá otra vez! - Charlie gruñó tomando a Lucifer de su corbata y arrastrándolo.

¡Regresaré, pimpollo! - Lucifer chilló antes de que Vaggie soltara un suspiro y cerrara la puerta del cuarto de Alastor.

Alastor miró enfadado su nido; ¡este enano quería guerra entonces guerra era lo que iba a tener!

Solo tenía que encontrar una forma de hacer que todo estuviera a su favor. Alastor se levantó y comenzó a revolver papeles; entonces lo vio, la invitación para los tiranos del inframundo. Sonrió, miró su teléfono antiguo y movió la ruedita marcando el número, luego esperó que le contestaran.

¡Alastor, qué bueno que me hablas, estamos eligiendo atuendos para la gala! - Rosie sonrió desde el otro lado de la línea.

Bueno, yo me preguntaba si Zestial y Carmilla - Alastor sonrió.

¿Vas a venir aunque estés cerca del celo? Atrevido, hablaré con Zestial, sabes que es protector, nadie se acercará a nosotros durante la gala; es bueno para disfrutar antes de entrar al celo, cariño - Rosie rió.

Bueno, entonces te veo ahí mañana - Alastor cortó.

Esto es la guerra, Lucifer - El omega abrió su armario listo para elegir un buen atuendo.

¡Manzanita, te juro que no hice nada malo! - Lucifer corría por los pasillos del hotel escapándose de su hija.

Mientras tanto, en el cielo, Dios estaba tratando de hacer un buen discurso de disculpa para su hijo.

Emily, repíteme una vez más por qué no bajamos ahora mismo - Dios miró a su serafín.

Porque, si bajamos antes de tiempo y Lucifer no acepta tus disculpas, nos perderemos al ejército de Adán y Sera, y si exterminan a su gente después de que trates de pedir perdón, creerá que lo estás castigando otra vez y entonces la brecha entre ustedes dos se romperá completamente - Emily lo dijo todo y tomó aire para recuperar el aliento.

Bueno, está bien - Dios miró hacia la tierra para entretenerse un poco.

¿Qué pasa, Dios? - Emily se sentó al lado del señor del mundo.

Es solo... mira esto - Dios subió una burbuja con imágenes, donde había una pequeña niña peleando con sus progenitores.

Qué linda -

Así era mi Samael - Dios rió; ambos miraron la escena de la burbuja.

¡Te odio, papá! ¡Voy a irme de casa! - La pequeña lloró.

Oh... pero, ¿te irás de casa sin despedirte de mami y papi? Solo calmémonos, cariño, podemos llegar a un acuerdo - La madre abrazó a su hija.

Sí, cariño, qué tal esto, ¿una página de tarea es igual a una galleta? - El padre rió cuando su pequeña sonrió y fue levantada en sus brazos riendo.

Samael fue el primer adolescente; todos los hijos se revelan. Yo debía hacer eso; en su lugar, lo alejé más, lo incentivé a no confiar - Emily miró a Dios.

Tal vez, aún hay eones para buscar la reconexión; ya no somos humanos, señor -

Tienes razón, pequeña niña -

El principe se enamoró. ¡DAM!¡BITCH! [OMEGAVERSE][TERMINADA][Corregido]Where stories live. Discover now