- Aroma -

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Lucifer se quedó en el hotel, ha estado por algún tiempo dando vueltas cerca de la zona de Omegas, pero no podía entrar porque aparecía Charlie y lo arrastraba lejos. Había pocas cosas que pedía, pero una regla infalible era la zona omega, alfa y beta.

- Y no ha salido de su cuarto desde su berrinche - Lucifer bufó mientras recibía alcohol de las manos de Husk.

- Bueno, yo no llamaría a eso un berrinche - Angel miró a otro lado con una sonrisa, eso había sido destrucción total.

- Sí, el jefe no saldrá en mucho tiempo, seguramente debe estar enojado haciendo algún programa de radio nuevo - Husk comenzó a limpiar un vaso cuando Angel comenzó a oler el aire.

Lucifer miró al amigo arácnido de su hija, el chico olía el aire, y luego miró al gato con una sonrisa; Lucifer olisqueó curioso, el gato tenía un aroma fuerte, era un alfa.

- Como siempre hueles bien, cariño. ¿Puedo preguntar por qué hoy te perfumaste? - Angel comenzó a perseguir al alfa por todos lados, Lucifer sonrió, claro que se gustaban, porque cuando Angel se comenzaba a alejar, Husk hacía que regresara tomando su pierna con su cola; Angel reía y regresaba a coquetear, suspiró.

¡Eso es! Se colaría en la zona omega, en el cuarto de Alastor, y dejaría su aroma por el lugar. Si atraía a Alastor con su aroma, tenía una oportunidad y como destinados, claro que funcionaría.

Ahora, solo tenía que pasar a la loquita y a la novia tuertita de su hija, de cualquier manera, solo tuvo que hacer un trato con el niño araña.

- Niño araña... ¿Quieres un trato con el amor del Inframundo? - Angel dejó de mirar a Husk y miró a Lucifer con una ceja levantada.

- Mi alma ya la tiene otra persona, no puedo dártela si es lo que quieres - Angel se rió y Lucifer sonrió.

- ¿Y si te digo que puedo recuperar tu alma para ti? - Angel se quedó quieto y miró al padre de Charlie.

- ¿Qué quieres de mí? - Angel se sentó al lado de Lucifer, mientras Husk se ponía detrás de él como respaldando al niño araña, ¡ja, tierno!

- Puedo darte lo que quieres - La mano de Lucifer se encendió en fuego dorado, ofreciéndosela a Angel Dust - Si me ayudas a distraer a Vaggie y en mis intentos de conquistar a cierto demonio de la radio - Lucifer sonrió como loco y Angel Dust tragó.

- ¿Solo eso? ¿Sin palabras raras ni condiciones extrañas? - Husk miró con la ceja alzada a Lucifer.

- Gato, si hubiera querido tener sus almas las habría tomado de las cadenas hace mucho, pero son la familia de mi hija, no puedo ni quiero hacerles daño - Husk y Angel se miraron, eso tenía sentido.

- Trato - Angel tomó la mano de Lucifer que sonrió - Ahora, será mejor que comiences a correr hacia la zona Omega, porque voy a empezar una pelea en la sala - Lucifer asintió mientras comenzó a correr; de inmediato escuchó sonidos de pelea detrás de él, algunas explosiones y a la novia de su hija gritando algunas maldiciones, lo cual es irónico, una ángel, ja.

Entonces llegó a la zona omega, su hija se había encargado de hacer que este lugar fuera realmente hermoso, cómodo y elegante para los omegas. En todo caso, al final del pasillo había algunas puertas, pero una roja, muy elegante, era la obvia razón. Ya había conseguido colarse aquí una vez, así que sabía que debía esquivar bien si le lanzaban a cierta loquita de un solo ojo.

Rápidamente corrió a la puerta antes de que alguien lo detuviera otra vez, y abrió la puerta cerrándola rápidamente detrás de él.

- ¡Alastor! - El demonio de la radio lo miró sorprendido desde su escritorio lleno de papeles para un programa de diario.

- ¿¡Se puede saber qué haces en mi habitación otra vez!? ¡Pensé que Charlie te había dejado muy en claro que solo los omegas entran aquí, eres un degenerado! - Alastor tomó su micrófono, listo para golpear a palos a cierto rey infernal.

Lucifer iba a retroceder y levantar las manos en modo de defensa, ¿pero qué demonios? Él era el rey del infierno, este era su Omega destinado, y el amor que había esperado por él es para salir de su horrible cuarto de patitos; era momento de abrocharse bien los pantalones, batir las alas y ser valiente, por algo era el orgulloso.

Lucifer se puso serio, y caminó hacia el demonio de la radio, que al ver al alfa tan serio se puso un poco incómodo, no pudo evitar bajar las orejas y retroceder, agarrando fuerte su bastón listo para lanzar algunas almas y demonios por si el rey lo atacaba.

- ¡Solo tienes que oler! - Lucifer miró a los ojos de Alastor mientras ponía sus manos a los lados de la cabeza de Alastor, sosteniéndose de la muralla.

El demonio de la radio ahora estaba confundido, tomó su bastón, y mientras Lucifer le soltaba su aroma por donde pudiera, listo para recibir un golpe de el micrófono se horroroso cuando se dio cuenta de qué estaba haciendo Alastor.

- ¡Espera! - Lucifer chilló alarmado.

- ¡Charlie, tu querido engendro demoníaco al que llamas padre está en mis aposentos en contra de las reglas del hotel! - Alastor habló para que se escuchara por todo el hotel gracias al micrófono.

- ¡Papá! - Charlie apareció en la habitación.

- ¡No, Charlie, tienes que escucharme, esto era necesario! - Lucifer fue agarrado por el cuello de la camisa y arrastrado por la joven con cuernos enfadada; los omegas se respetan.

Alastor se acercó a su puerta y la cerró ahora sí con pestillo. Luego, apoyó la cabeza contra la puerta, respirando profundo. ¿Ese sinsentido era su alfa destinado? No le gustaban los hombres más pequeños que él. El destino sí que era cruel con un demonio tan bueno como él.

- Huele bien... - Susurró el demonio de la radio mientras se sonrojaba. Suspiró, se pasó la mano por la cara y regresó al escritorio para seguir haciendo su programa, ahora más feliz y relajado gracias al aroma esparcido en la habitación.

El principe se enamoró. ¡DAM!¡BITCH! [OMEGAVERSE][TERMINADA][Corregido]Where stories live. Discover now