33. I get so close

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Mis dedos rozaron la fría sábana, y un escalofrío recorrió mi cuerpo al no sentir el calor de su abrazo envolviéndome. Un vacío se apoderó de mí, como si una parte de mi se hubiera ido con él al despertar.

Me incorporé en la cama, buscando ansiosamente su figura con la mirada, pero nada Travis no estaba.

De repente, mis ojos se detuvieron en los detalles que antes había pasado por alto. Noté los nuevos muebles, cada uno con su propio toque que reflejaba nuestras personalidades, y el papel tapiz tenía un color que me envolvía en una sensación extrañamente reconfortante. Era como si la habitación, antes solo un lugar para dormir, se transformara en un rincón que podría llamarse nuestro hogar, un espacio donde finalmente podíamos sentirnos completamente nosotros mismos.

Me sentí asombrada por este gesto. Era como si Travis hubiera estado trabajando en esto durante semanas. Quizás por eso él se resistía a volver a su hogar; no quería enfrentarse a estos recuerdos todos los días, recordando lo que pensó que había perdido.

La habitación irradiaba una sensación reconfortante, mostrando cuánto se había esforzado por convertir este espacio en un símbolo que podría representar nuestro futuro hogar.

La incertidumbre se apoderó de mí una vez más, y un nudo se formó en mi garganta mientras mis ojos recorrían la habitación en busca de algún rastro de su presencia. Recordé aquella pesadilla en la que me encontraba sola en mi antigua casa, sin Travis a mi lado, y la sensación de desamparo me invadió con fuerza.

¿Y si esta vez mi pesadilla se volvió realidad?

¿Y si lo que ocurrió anoche fue solo un sueño?

Entonces, de repente, mis dedos tropezaron con un pequeño bulto bajo la almohada. Un cosquilleo de esperanza recorrió mi cuerpo al encontrar el pedazo de papel cuidadosamente doblado.

Con manos temblorosas, lo desdoblé y leí las palabras que habías escrito:

"Mi amor, no quise despertarte. Te veías tan hermosa durmiendo y  te dejé descansar. Iré al supermercado para comprar algo para el desayuno. Te amo."

Una cálida sonrisa se dibujó en mis labios al leer su nota. La incertidumbre se mezcló con la ternura, y un sentimiento de paz me invadió.

Mientras esperaba ansiosamente su regreso, me dejé caer en la suavidad de la cama y cerré los ojos, permitiendo que una sonrisa juguetona se dibujara en mis labios.

Los recuerdos de nuestra noche juntos fluían en mi mente como un cálido y reconfortante oleaje. Sus besos ardientes, sus palabras y su mirada cargada de deseo me transportaban a un éxtasis que parecía eterno.

El amor entre nosotros parecía haberse intensificado, y mi corazón latía con una pasión desbordante, rebosante de un afecto más profundo y auténtico de lo que jamás hubiera imaginado.

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