|Darling, oh, darling|Libro#1| "Por siempre tuyo, tu novio"|

Capitulo 3

Capitulo Tres

        Mi cabeza me daba vueltas después de haber abierto los ojos y tratar de mantener la calma aun con la vista borrosa. El sonido de alguien caminando es lo que me mantiene en alerta, siento mi cuerpo mas pesado de lo usual, una debilidad muy extraña que me lleva a moverme en donde me encuentro, una superficie blanda y muy suave, olía bien y sentí la calefacción encendida pero no podía abrir mis ojos.

—Delilah...

         Escucho la voz de Peter en la lejanía, recordándome de que aun estaba metida en esta pesadilla. Su voz poco a poco se escucha mas cerca, es cuando al fin abro mis ojos lentamente y aun por la luz naranja de una lampara trato de apoyarme con mis manos sobre la blanda superficie pero no puedo. Veo la silueta de Peter y a el sentándose en la cama, mi vista se aclara y cuando lo veo el me acaricia la frente y luego mi mejilla.

—Lamento haberte hecho esto, enserio—dijo avergonzado, el inmediatamente me retira lo que parecía ser una cadena de mi tobillo y la hace a un lado dejándola caer al suelo, —listo, ya nada te va a lastimar —sonríe.

          Yo, por otro lado me apoyo sobre mis manos y miro a mi alrededor, encontrándome adentro de una acogedora habitación de madera, sin ventanas, una sola puerta, mesitas de noche con lamparas, por ambos lados de la cama, un closet, un cuarto de baño con la puerta abierta, un escritorio con cajones, un desvan, una tele en la pared y un librero con muchos libros en el. Mi mirada se dirigió a Peter quien me miro preocupado, toco mi frente cerciorándose de que todo estuviera bien y después quito su mano comprendiendo mi mirada. Voltee a ver mis piernas, sintiendo en el tobillo izquierdo mas ligero después de que me quitara la cadena. La vestimenta de Peter seguía siendo la misma, esta vez su camisa tenia las mangas recogidas y parecía mas cansado de lo usual. En este momento sentí mi mundo caerse y derrumbarse completamente mientras cerraba los ojos fuertemente.

—Esto no sera permanente, creeme, es solo que es una medida de seguridad que tuve que tomar, al menos por un tiempo para que podamos conocernos lo suficiente, ¿no crees? Ademas, adecue toda esta habitación solo para ti, es muy grande y espaciosa, tiene todo lo que necesitas, no te va a faltar nada, todo es para ti... —dice muy orgulloso de su creación aberrante y monstruosa.

Pero ignore sus palabras, mirándolo a los ojos con rabia, —Peter, no era necesario que me encerraras en este confinamiento. 

—No tuve otra opción —responde triste, se sube a la cama y comienza a gatear hacia mi, —quisiera no hacerlo, pero se que vas a huir —continua acercándose hasta que termina encima de mi, con sus manos sujetándome de los brazos, —no sabes cuanto tiempo pase pensándote, deseándote, imaginando todo lo que haríamos si tan solo, otras hubieran sido las circunstancias... —suspira, —pero este simplemente no soy un ser humano normal.

—Por favor suéltame —vuelvo a suplicar ahora entre lagrimas y antes de que el tocara mi rostro comienzo a forcejear con el aplicando el doble de fuerza sobre mi, yo intente gritar pero tapo mi boca y beso mi frente mientras que con la otra mano me sostenía por la garganta sin apretarla solamente sintiendo mi piel. Sentir el miedo subiendo y bajando por todo mi cuerpo, la sangre congelarse dentro de mis venas y pensar constantemente en no querer morir, era lo único que hacia con el encima de mi cuerpo, silenciándome.

—Solo es cuestión de que te adaptes, tranquilízate, ademas no voy a hacerte nada que no quieras... Aunque lo deseo, pase tanto tiempo lejos de ti, que lo único que quiero al tenerte es que no me odies, así que no me obligues a usar la fuerza contra ti ¿Me entiendes? No voy a hacerte daño, esto es temporal, pronto podrás subir a conocer todas las maravillas que te esperan arriba, incluso afuera. Por el momento, quiero que comiences a sentirte como en casa, ahora, voy a soltarte lentamente y advertirte también, que aunque grites, ningún ruido podrá salir de estas cuatro paredes, así que si intentaras hacer algo, no lo conseguirás —vuelve a besarme esta vez en el cuello, —te amo, ¿ya lo sabes verdad? Te amo con todas mis fuerzas, Delilah.