Capitulo 13

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Capítulo Trece

       No había mejor sensación que la de estar dormido. Creo que podía estar lejos de todos los problemas durante un corto periodo de tiempo, excepto las pesadillas, eran una cuestión a omitir que me llevaron a despertar, dentro del cuarto de un hospital. Mi cabeza me dolía y tenía puesto un collarín que me impedía mover la cabeza. Además de una intravenosa en mi mano derecha y un detector de pulso cardiaco. 

Suspire decepcionada. Observando donde había terminado, escuchando el odioso sonido del monitor cardiaco y lo inútil que había sido incluso para atentar contra mi propia vida. Ahora había quedado con el cuerpo adolorido y la vergüenza de no haber podido cumplir mi objetivo. Seguía atrapada aquí, en este terror que solo a mi me tocó vivir.

Y lo peor de todo es que se que él seguía aquí.
Él seguía aquí.

Con el pasar del tiempo y los 150 latidos que escuché y me tomé la libertad de contar, la puerta de la habitación se abrió y el doctor apareció entrando con unos papeles entre sus manos. Con su cabellera blanca y un rostro cansado respiro con lentitud y se acomodo sus gafas. Sonreí con amabilidad, saludándolo con la mirada.

—¿Como estás hoy, Delilah? Escuché que tuviste un pequeño incidente, tu esposo nos comentó lo que pasó así que no te preocupes, de hecho los estudios y los resultados son muy buenos, por fortuna estás a salvo y saludable. No tuviste ninguna fractura o algún daño que pueda perjudicarte de por vida, eso es algo muy bueno, ya que en la mayoría de los casos han habido resultados en donde el paciente obtiene daño cerebral de por vida —se detiene mirando pensativo las hojas, como si no esperara olvidar nada, después levanta la mirada sonriendo, —podrás irte hoy mismo a casa...

—¿Y mi esposo? —pregunto a duras penas con la garganta aún adolorida.

—No se preocupe por eso, él se encuentra por aquí. En un momento va a estar con usted. No necesita agitarse, recuerde que por el momento solo tiene que descansar, es su única prioridad ahora—dice acomodando las hojas dentro de la carpeta, —una de las enfermeras vendrá al cabo de varios minutos para revisar su estado. Le pido me disculpe, tengo que ir a atender una cirugía de emergencia en estos momentos —menciona escuchando el llamado de las bocinas del hospital pronunciando su nombre por altavoz.

—Adelante —dije sin mirar salir al doctor.

Me levante lentamente apoyándome sobre mis manos y moviendo mis piernas me intenté deslizar hacia la orilla de la cama pero me detengo mirando el suelo. Ahora estaba completamente desnuda. Solamente me cubría la bata del hospital. Y haciendo la peor de las muecas de disgusto toque el collarín e intente quitármelo pero me detuve gimiendo de dolor. Toque mi cabeza y exhale enojada.

—Puta madre —dije para mi misma al ponerme de pie, mi tobillo me dolía y además de encontrarse morado camine para recargarme en la pared mirando hacia la ventana del cuarto y me asome en ella mirando el exterior.

—Disculpe pero no debería de estar de pie usted—exclama alarmada la enfermera al entrar y verme de pie.

Ella me ayuda a sentarme e inmediatamente me revisa, y yo al no tener de otra dejo que me manipule mientras hace anotaciones en su tablilla. Yo trago en seco y la miro con pesadez.

—¿Usted sabe en donde está mi esposo? Peter...—pregunto por segunda vez consecutiva.

Ella sonríe y me mira de reojo revisando la aguja de encima de mi mano.

—De hecho se encontraba por aquí. Creo que estaba revisando los últimos trámites para darle salida el día de hoy a usted —responde amable, —de todas formas ya vendrá con usted.

|Darling, oh, darling|Libro#1| "Por siempre tuyo, tu novio"|Where stories live. Discover now