Capitulo 9

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Capítulo Nueve


La llamada era para alertar a Pearl de que sus padres habían tenido un fuerte accidente en su viaje de vacaciones a Roma. Tan pronto como la noche avanzó, ella hizo sus maletas entre lágrimas desesperada por la situación.

—¡No puede ser, Delilah! —exclama desesperada.

La abrace con todas mis fuerzas y ella lloro en mi hombro mientras yo la consolaba.

—Ve, Pearl. Ve ellos te necesitan, yo estaré bien, ¡vamos! Todo va a estar bien—la anime a levantarse del suelo y limpie sus lágrimas de su rostro. Rápidamente le ayude con sus maletas y salimos del departamento. Fui con ella en todo momento desde el edificio donde vivíamos hasta el aeropuerto, ella revisaba su documentación y sus pertenencias. Entendía como se sentía.

—Pearl, ellos van a estar bien, vas a ver. Te lo prometo... Yo voy a estar aquí esperándote. Hasta el día que decidas volver —dije limpiando su rostro con un pañuelo, —toma —dije quitándome mi pulsera roja y se la puse a ella sonriendo con cariño.

—No, no, es tuya —dice mirándola entre lágrimas, —Delilah...

—No, es tuya ahora. Si necesitas dinero o algo dime, te ayudo en lo que necesites...

—No, tranquila. Todo está en orden. Y por favor, cuídate mucho, Delilah. Me aterra dejarte sola, no quiero que te hagan daño...

Niego rápidamente, —no pienses en mi.

—Gracias, por estar conmigo.

—Gracias, por estar siempre conmigo —dije sujetando sus manos.

      Tan pronto como hicieron la primera llamada a su vuelo, camine con ella y me detuvieron antes de avanzar con ella, el guardia se hizo a un lado cuando Pearl me abrazo con todas sus fuerzas, le correspondo cálidamente.

—Por favor, llámame cuando estés ahí.

—Así será —dice corriendo de vuelta.

      Yo me quede de pie observándola con un nudo en la garganta. Suspire triste dándome la vuelta para irme de vuelta. Mis pasos eran lentos y no fue hasta que salí del aeropuerto en que pude tomar un taxi que aún estaba en servicio.

No entendía porque sucedía todo esto. Quizás era el cruel destino, pero fuera lo que fuera, rezaba por ella, rezaba por sus padres y su bienestar. Lo hice todo el camino, hasta que el taxista me dejó enfrente de mi edificio, de pronto la noche dejó de sentirse agitada, pero yo ya estaba tan cansada que cuando entré al edificio rebusque mis llaves dentro de mi bolso. Subí en elevador a el piso y al llegar, arrastre los pies hasta la puerta de mi departamento use mi llave y entre cerrando la puerta detrás de mi. En ese momento en que encendí las luces di un salto hacia atrás asustada, me di cuenta de que choque de espaldas con la puerta mientras miraba a Peter levantándose del sofá sosteniendo el cuchillo entre sus manos. Sonrió mirando de reojo el vestido.

—Vaya, entonces si que estás enojada conmigo... —dice con un tono de voz más diferente, —porque si estás enojada por ese vestido, puedo comprarte muchos más...

—No es por el vestido —dije, seguía dándome miedo, —es por lo que piensas que pudiste haber conseguido con ese vestido.

—No, la verdad no planeo conseguir nada, de todas formas ya eres mi esposa. Ya eres de mi propiedad y todo lo que vas que hacer, las personas que ves y las que vayas o no a conocer ¡me conciernen! Así que tendrás que aceptarlo como tu nueva realidad, o no hay nada —dice sacado de quicio, —no entiendo porque eliges siempre que tenga que usar la fuerza, Delilah. No eras así al principio, no entiendo que fue lo que pasó. Tu repentino cambio de humor es un reto para mi —juguetea con el cuchillo entre sus manos mirándome con desdén.

|Darling, oh, darling|Libro#1| "Por siempre tuyo, tu novio"|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora