|Darling, oh, darling|Libro#1| "Por siempre tuyo, tu novio"|

Capitulo 4

Capitulo Cuatro

      Despues de aquel incidente, Peter se distancio un poco. Si, el me había traído un calendario y un reloj cuando se lo pedí. De eso fue exactamente ya hace más de 10 días. Ya había pasado tanto tiempo que para cuando ideé un plan de escape, sentí que ya era demasiado tarde, cuando Peter, como si hubiera leído mi mente, coloco una cámara de seguridad en una de las esquinas inferiores de la habitación. Justamente en la esquina frente a mi cama. Un panorama perfecto para ver todo lo que hacía en la habitación.

Claro que había empezado a usar el cuarto de baño. Me duché y me puse ropa de la que Peter había conseguido, un vestido negro largo y por encima una sudadera blanca, claro que mi cabello no podía sujetarlo con nada así que improvisé un cordón hecho con un pedazo de tela de la sábana de la cama. Lo único que hacía era repetitivo. Usualmente veía la tele, pero acostumbraba apagarla después de las 9 de la noche. Peter venia esporadicamente pero desde aquella ocasión en la que forcejeamos el ya no ha hablado conmigo, simplemente se limita a venir, dejar la comida o lo que necesitaba y después se marchaba. Sin embargo, estaba aburrida y cansada. Lo único que hacía era dormir y tratar de olvidar durante un segundo que aún seguía encerrada aquí en este pozo. Me quede sentada junto al escritorio mirando fijamente al reloj, ya iban a ser las 7 y se que Peter entraría por esa puerta, dejaría la comida y después se iba, pero yo mire hacia mi escritorio y observé los escritos que tenía en las hojas blancas, estoy yacían debajo de la mochila pues los ocultaba para que él no los viera. En cuestión de segundos, Peter entró por la puerta y yo me quede en la misma posición sentada en la silla observándolo dejar la bandeja de comida sobre una de las mesitas de noche debajo de la lámpara encendida y me levante. Cuando llegue a el, me senté en la cama y lo mire esperando a que dijera algo. Él me dio la espalda y antes de que se fuera lo tome de la ropa y se detuvo al instante en que sintió eso. Pero permaneció dándome la espalda. Yo suspire y rodee los ojos.

—¿Que tienes, Peter? No haz mencionada desde hace mucho tiempo —dije fingiendo cariño, Peter volteó a verme a regañadientes, —ven aquí—digo atrayéndolo, se sienta a un lado mío y yo sonrió codeandolo del brazo, —ya no estes enojado, tu fuiste quien me trajo aquí, mínimo dame el privilegio de ser yo quien esté furiosa—dije tocando su cabello removiéndolo de su frente, —tu quieres que yo sienta algo por ti y ni siquiera te haz tomado el tiempo de convivir conmigo... —mencionó con un tono melancólico.

—Te había dicho que no quería forzarte a nada. Quiero darte tu espacio el tiempo que sea necesario para que entiendas que te quiero de la forma más correcta posible...

—Bueno, esto no es correcto—dije sarcástica, suspiro de nuevo mirando a la nada, después a él, resignándome a darle lo que él quería, quizás, con un toque de suerte algún día podría salir de aquí, así que lo tome de la mano y entrelace la mía con la suya, —no vuelvas a dejarme sola, si no estás tú aquí, se siente más solo de lo usual... —murmure con cariño.

—Jamás, vida mía —contesta abrazándome en ese momento, me abraza fuerte y le correspondo acariciando su espalda, —te amo, Delilah. Desde el primer día que te vi en aquel restaurante, cuando toda mi vida se estaba convirtiendo en un maldito infierno, se que no lo entiendes aún, pero la soledad es cruel, la soledad es un castigo injusto, contigo aquí conmigo puedo sentirme lleno de nuevo, no necesito nada solo a ti, aprendí todo de ti, eres una parte fundamental en todo esto.

—Si, pero yo no sé nada de ti...

—Todo a su tiempo, cariño.

     Me quedo sentada en la cama y sonrió señalando la cena, —cocinas muy bien —lo elogie y el sonrió asintiendo, —yo aprendi a cocinar desde que tenia 13 años. Casi cualquier comida, porque me quedaba sola la mayor parte del tiempo.