Capitulo 10

16 1 0
                                    




Capítulo Diez


       Ni siquiera pude dormir mirando un pequeño aparato parpadeando en la ventana de la habitación. Luz verde, luz roja. No podía más que suponer sobre qué sería, quizás un aparato de sensor de apertura o algo sumamente inteligente que a él se le ocurrió. Así que me quede sentada en la cama observando con ironía. En medio del silencio y del ruido de mis pensamientos escuché la puerta abrirse lentamente.

—Delilah...

Volteó hacia atrás y lo miró. Esta vez no traía playera y solamente sus pantalones de tela color negros. Él se acercó a la cama y se acostó a mi lado.

—¿Que sucede ahora? —pregunto dándole la espalda.

—No quiero dormir solo... Quiero estar contigo.

—Puedes quedarte, si quieres. Pero yo no puedo dormir.

—Intenta hacerlo —dice acariciando mi espalda por encima de mi suéter, —recuéstate conmigo.

Me recosté a su lado mirando en su dirección. Sus ojos azules miraban a los míos con cariño, pero ahora mismo me era imposible sentir algo por el. Mi cuerpo pedía a gritos estar lejos de él, de su cuerpo, de su vista, de él.

—Trata de dormir, luces cansado.

—Tu también.

—Soy más que un búho. Me gusta más la noche que el día—susurre.

Peter sonrió mostrando su sonrisa más amplia, —¿nunca haz pensado que tenemos cosas en común? —pregunta acariciando mi rostro.

—Tal vez —respondí levantando la sábana para taparnos mutuamente, —... hasta hace meses me prometí a mi misma no tomarle mucha importancia a conocer a nadie. Quizás he perdido la práctica. Quizás por eso no me he puesto a pensar mucho en eso.

—Yo creo que si tenemos cosas en común.

—¿Ah, si? ¿Y como que?

—Pasamos por lo mismo, por eso terminamos juntos, por algo más que el destino. Y yo te quiero tanto... Por eso quiero que me perdones por todo. Se que no te gusta estar aquí, pero jamás podrás encontrar a nadie que te quiera tanto como yo te quiero, nadie te va a tratar como yo. Tan apasionadamente atado a ti —susurra mirando mis labios, —al principio me producía escalofríos estar cerca de ti, porque en cierto punto me daba miedo pensar que podías ser peor que yo. Incluso, el día que me dijiste todo eso enojada por la falta de explicaciones que no te di, sentí miedo por tu mirada. Jamás había conocido a una mujer tan fría y dura como tú. Sin miedo a ponerle una mano a algo o alguien.

—Se lo debo a mi padre —dije mirando fijamente mis manos, —mi padre así es, es un maldito. Y mi madre me lo recuerda cada vez que me enojo, dice que soy igual a él. Y fue peor, el día que golpee a una chica con tanta furia, que tuvieron que detenerme entre dos personas, incluso llegó la policía y mi padre se enojo tanto que me dejo toda la noche durmiendo afuera en el patio... —me reí entre dientes, —dijo que me estaba comportando como un perro, así que me trato como uno.

—¿Que? —pregunta en shock.

Y antes de que se levantara lo detengo y niego lentamente, —eso fue hace años, ademas, no se compara contigo. Tu fuiste un maldito conmigo, que yo hubiera sido capaz de haberte enterrado el cuchillo en los ojos y dejarte ciego, encerrado en la habitación hasta dejar que te desangraras... Solo que no alcancé el cuchillo. Por eso no te hice nada.

Peter me miró por un momento con una expresión en blanco.

—... Pero no temas. Se supone que no debes de temer —susurre, —aunque queramos, ya no podemos cambiar lo que hicimos. Ahora descansa, yo estaré aquí contigo —suspire cerrando los ojos.

|Darling, oh, darling|Libro#1| "Por siempre tuyo, tu novio"|Where stories live. Discover now