Capitulo 11

14 1 0
                                    





Capítulo Once


Después de que hubiera amanecido, baje a ver a Jamber, quien movió la cola al verme y me senté en el suelo jugueteando con él arrojando su pequeña pelota amarilla. Entonces aproveche a curiosear con mi mirada para ver si había algo de interés. Jamber ladró varias veces mirándome sostener su pequeña pelota así que la lancé y me levante del suelo después de un rato con él siguiéndome mientras buscaba entre las cosas, pero no encontré nada. Deje a Jamber en la cochera y salí encontrándome a Peter esperando afuera.

—Hola, ¿que haces? —pregunta recargándose en la pared.

—Nada, solo lo visitaba —respondí cerrando la puerta, me acomode mi vestido rojo y mi suéter verde, Peter llevaba unos pantalones azules y una sudadera gris. Y sus tenis blancos. Pero usualmente llevaba esa vestimenta cuando estaba haciendo algo, en este caso limpiaba, así que supuse que se detuvo un momento de su rutina solo para venir a saber que era lo que estaba haciendo.

Continué mi camino con él detrás de mi.

—Quería preguntarte algo sobre lo que dijo ayer la terapeuta —dice mientras me sigue hasta la sala en donde me siento en el sofá, —... ¿que opinas sobre la idea que dijo? —pregunta con curiosidad.

—Ya lo pensé bien y no, no voy a viajar a ningún lado. No tengo ganas, y prefiero quedarme aquí —respondí decaída, —... no lo tomes a mal, es solo que no tengo ganas.

—Delilah, se que estas así por lo que te hice y por lo que paso, pero quiero compensarlo de alguna manera, ademas, te llevaría a donde tú quisieras, tú elige el lugar, yo me encargo del resto —insiste inclinándose de rodillas en el suelo tocando mis rodillas, —... confía en mi.

Mire hacia mi regazo, deslice mi vista a sus manos y después a su rostro, sus ojos azules brillaban más este día y desplegó una sonrisa que inmediatamente pidió a gritos ser observada. Pero termine negando. Con la mirada puesta en otra parte pensando en todo menos en... esa idea.

—Lo siento, no puedo —dije de nuevo.

—Delilah, no tienes nada que temer... —menciona frotando mis rodillas.

Los nervios se fusionaron con mi miedo, así que antes de que pasara algo sostuve sus muñecas.

—¡Solo déjame en paz! —exclamé enloquecida.

Lo empuje y comencé a correr lejos de él, subí por las escaleras y corrí hasta la habitación en donde me quedaba y cerré la puerta con seguro, después como si fuera poco me encerré en el cuarto de baño con Peter tocando la puerta y llamándome. Comencé a llorar deslizándome de espaldas por la puerta, solloce desconsolada observando a la nada, tocando mis piernas y tapando mis oídos desahogándome lentamente en medio de mi frustración y mi agonía en donde volvía a ese momento... Con mis manos atadas y mi boca tapada, mis gritos jamás fueron escuchados. Y él repetía el infierno una, otra y otra vez... Aprovechando cada segundo para hacerme sentir miserable y sucia.

¡Delilah! ¡Delilah abre la puerta ahora mismo! —exclama Peter desde el exterior preocupado.

—¡Vete! —grite continuamente hasta quedarme sin aire, —¡solo vete! —me levante del suelo y comencé a caminar de lado a lado tallando mi cabeza tratando de ignorar todos esos recuerdos, hasta que escucho a Peter abrir la puerta con un gran golpe, entonces comienzo a negar rápidamente, hasta que la puerta del baño se abre fuertemente y Peter entra caminando hacia mi sujetándome de los brazos y abrazándome con fuerza, —¡no me toques! —gruñó entre dientes forcejeando con el.

—¡Delilah! ¡Escúchame un momento por favor! —dice entre forcejeos.

      Me detengo cuando se acerca más a mi cuerpo y me mira arrepentido. Suelta mis brazos y vuelve a abrazarme tocando mi cabeza y mi espalda.

|Darling, oh, darling|Libro#1| "Por siempre tuyo, tu novio"|Where stories live. Discover now