Capítulo 18

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Capítulo Dieciocho


         El tiempo pasó como pasaba la lluvia.

Fumaba mientras caminaba por la calle, 1 cigarrillo a la semana como me lo había propuesto antes de terminarme toda la cajetilla entera para evitar la ansiedad que todavía me acechaba cada noche que me tocaba volver al departamento desde que pude recuperarme del pie y empecé a trabajar. Todavía hacía frío, todavía mi memoria no recababa los hechos que me llevaron a terminar de esta manera. Hoy había sido como cualquier día en la cafetería, usar el uniforme era tedioso, la falda hacía que se me congelara casi toda mi intimidad, pero había de ser honesta, al menos ahora podía ayudarle a Claire a pagar algunas cosas del departamento. Y no sería una carga para ella.

Era marzo. Casi tres meses después de lo que pasó.

Tres meses después...

Y no recordaba nada.

Llegue al edificio y entre a recepción saludando a George, el Lanlord del edificio. Un sujeto agradable y de mirada fuerte que tenía 38 años y vestía siempre de ropas de colores cafés y verdes. Un sujeto muy puntual a la hora de cobrar la renta cada mes.

—Hola, George. ¿Que haces? —lo salude deteniéndome un momento para acomodar mi gorra.

Él sonríe y se detiene antes de seguir revisando el área en donde colocaban el correo de los inquilinos. Después de que uno de ellos llegara borracho a media noche y terminara por romper uno de ellos con el puño. George chasquea la lengua después de ver que era irremediable su reparación.

—Creo que es evidente la respuesta —responde con sarcasmo, —este tipo va a pagarme hasta el último centavo por esto, lo juro por Dios.

—Amén —dije en un murmuró.

Él volteó a verme de reojo y sonreí.

—¿Y tu? ¿Escuché que trabajas en la cafetería a dos cuadras de aquí? —dice con un tornillo entre sus labios, —¿es cierto que siguen sirviendo esa odiosa sopa de pescado?

—Es cierto, y es asquerosa —respondí sin poder mentir.

—Maldición, que asco —exclama arrojando el tornillo a su caja de herramientas.

—¡Que asco! —exclamé marchándome al ascensor.

Mi travesía terminó cuando llegue a la puerta del departamento y al abrir me encontré con Claire terminando sus típicas llamadas de trabajo. Así que cerré la puerta tratando de hacerlo en silencio y Claire me saludó con gusto desde la puerta de su habitación, le correspondo al mismo tiempo dejando en mi habitación mi bolso, me quitó mi abrigo y lo dejo en la cama junto con mi gorro. Tomo del espejo de mi peinador una liga para el cabello y me recojo hasta la última hebra. Aún era corto y café así que fue sencillo tenerlo arreglado más tiempo. Me quite el uniforme y me puse ropa más cómoda, unos pantalones de tela y una sudadera holgada color negra. Salí de mi habitación y fui directo a la cocina con aires de chef. Alegre comencé a preparar la vajilla y a sacar de la nevera lo esencial para preparar la cena.

Claire colgó su llamada de trabajo e inmediatamente fue hasta donde me encontraba y me rodeó con su brazo por los hombros observándome picar algunas verduras.

—¿Que vas a hacer?

—Comida —respondí con sarcasmo.

Claire me miró cruzándose de brazos y antes de irse me reí.

—Claire, estoy haciendo el estofado que querías —dije entrelazando su brazo con el mío, —y ahora no te vas a ir, me vas a ayudar.

—¿Y a que? —pregunta desconociendo completamente lo que hacía.

|Darling, oh, darling|Libro#1| "Por siempre tuyo, tu novio"|Where stories live. Discover now