Tan cerca y al mismo tiempo tan lejos

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"...Antes de que este cuerpo desaparezca ahora, si mi deseo te alcanza,
por favor, abrázame fuerte una vez más.
Por favor, abrázame fuerte una vez más..."

-Last Song, GACKT.

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Beelzebub se dio de golpes mentalmente, llevaba gran parte del día buscando al bastardo de Buddha pero el infeliz era demasiado escurridizo.

Entre la frustración que estaba sintiendo por no encontrar al imbécil traga-dulces y el aplastante optimismo de su acompañante, la azabache se comenzaba a sentir asfixiada. Cansada mentalmente acabó recargándose en la pared mientras su compañera en aquella travesía tomaba asiento cerca de ella.

Igual de fresca que una rosa recién cortada, Zerofuku miraba curiosa a la chica vestida de monja, preguntándose de qué panteón era ya que su vestimenta parecía sacada de lo que los humanos llamaban "iglesia".

Beelzebub agradeció el silencio momentáneo que le brindó la diosa de la fortuna. Quizás era un buen momento para disculparse.


"No puedes cambiar nada de lo que hiciste, pero sí el cómo repercuten aquellas malas acciones en tu presente..."


-Necesitamos ayuda para encontrar al bastardo, ¿tienes amigos? Porque los míos sólo están en mi cabeza -Zerofuku ladeó la cabeza, soltando una pequeña risa por el peculiar comentario de la azabache. Si se lo proponía, la joven podía ser graciosa.


También mortífera, pero eso era algo que ella no tenía que saber por su bien.


-Hay siete dioses dispuestos a buscarlo si lo pido, pero no quiero que Siddharta sufra algún impacto de bala, a veces ellos se dejan llevar por ya sabes "Castigo divino" -Beelzebub tuvo que darle un punto por ello, quedándose quieta pensando en donde demonios podía estar el idiota de Buddha.


"Me llevo yo... Maldito infeliz"


Siguió meditando en silencio hasta que unos zapatos negros Giorgio Armani Oxford aparecieron en su campo de visión. Solo había conocido un alma que usaba ese tipo de calzado, sin embargo, la fuente primaria sólo había devuelto la vida de los peleadores. Así que se talla los ojos porque aquello era producto de su imaginación.


¿No es así?


"Satanás cada día eres más sádico con mis alucinaciones..."


-¡Bu-Bu! ¡Te hemos estado buscando! -Si el calzado Armani no le había removido nada, oír aquel sobrenombre vergonzoso le hizo sentir ardor en los ojos que derivó en lágrimas cuando Lucifer con una sonriente Lillith colgada del brazo aparecieron frente a ella.

-¿Beel? ¿Qué te pasó? -Lucifer se soltó del agarre de Lillith para agacharse y limpiar una lágrima que corría libremente por la mejilla de la azabache. El rubio sonrió retirándose los lentes oscuros antes de oír a Samael y Azazel peleando por comida.

Zerofuku miró emocionada como los recién llegados sepultaban a Beelzebub abrazándole.

-¿Son los amigos que estaban en tu cabeza? Siento que son reales y están felices de verte -Lucifer arqueó una ceja antes de que Lillith jalara juguetonamente a la joven diosa para abrazarla también.

-Es tan bonita Luci, ¿podemos tener una? Nuestro Beel también es bonita pero ella luce adorable~

-¿Cómo que inventos de tu cabeza? ¿No estás feliz de vernos? -Beelzebub contuvo sus ganas de llorar, sentía que aquella felicidad que estaba experimentado podía despertar a Satanás acabando con el efímero momento de placidez en su vida cargada de sufrimiento.

𝑺𝒉𝒐𝒘 𝑴𝒆 𝑳𝒐𝒗𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora