Destino Entrelazado. Parte 1: Vistazo a una vida pasada

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"...Desde ayer, está viniendo
Desde ayer, el miedo
Desde ayer, lo llaman
Pero el no quiere leer el mensaje..."

-From Yesterday, 30 Seconds To Mars.

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-¿No crees que fuiste muy impulsiva al decidir adelantar las bodas? -Hades miraba a la emperatriz de los hombres caminando a un lado suyo, podía admirar la fina figura de aquella mujer, siendo consciente de cada curva oculta en su vestimenta.

Qin se encogió de hombros deteniendo su andar.

-Sería la primer boda que puedo recordar -Qin acomodó su cabello, por primera vez sentía que se estaba involucrando en un evento que quedaría en su memoria por siempre.

Quiso reír por lo estúpido que sonaba, sin embargo, cuando hacía a recordar la única vez que se casó, no podía recordar nada. Ni siquiera a quién había desposado, como si hubiese sido un sueño borroso del que despertó después de beber jade con mercurio para la inmortalidad que terminó matándolo.

-Se supone los humanos recuerdan sus bodas. Llegan al lugar de reposo eterno con sus memorias intactas... -Hades tenía una pequeña molestia en su cabeza, había partes de su vida que tampoco podía recordar. Pero su caso no era tan crítico como el suyo.

A su memoria venía la única boda que tuvo. Perséfone había pedido que fuera al comienzo de la primavera en un sitio de crudo invierno para que juntos pudieran ver el mágico cambio de estación, como si aquello significara también el nacimiento de su matrimonio en la época donde todo florece y vive lleno de color y belleza.

Recordaba el chiton inmaculado de color blanco de la diosa junto a esa cascada de rizos castaños y la corona de flores hecha de oro cortesía de Hera para el momento, aún cuando Deméter no estaba de acuerdo con ello.

No obstante, tras pasar los siglos, ambos se dieron cuenta que aquello fue un fugaz enamoramiento que se encontraba agonizando día con día al punto de aborrecerse mutuamente.

Un dolor se instauró en su pecho de pensar que Qin pudiera sentirse estancada con él y al igual que Perséfone, buscara aquello que no podía darles.

Un heredero.

La voz de Qin interrumpió sus pensamientos por un momento.

-Yo no soy cualquier ser humano. Soy Qin Shi Huang, primer emperador unificador de China -Zheng sonrió coqueta dando un par de pasos para voltear de forma seductora y apuntar con sus dedos cubiertos por los Zhijiatao hacia adelante, más allá de la figura de Hades -Nadie se va a interponer en los deseos de la emperatriz. Ni siquiera los hermanos combatientes -Hades sonrió de lado negando con la cabeza, esa mujer conservaba esa confianza que pudo ver durante todo su combate, aún con los ojos vendados caminaba como si supiera exactamente hacia donde iba.

Ojalá le dijera a donde se estaban dirigiendo porque ni él sabía, pero era feliz siguiéndola.

-No dejas de sorprenderme. Eres una mujer intrépida... Me encantas -Qin sonrió avergonzada pero sintiendo que su ego aumentaba, sus mejillas terminaron de teñirse de carmín en cuanto acabó con la espalda recargada en la pared y una de sus piernas sobre la cintura del albino.

-A mi también me encantas, rey del Hellheim...-Sus labios recibieron gustosos los contrarios, dejándolos entreabiertos para dar acceso al dios de introducir su lengua y con ello profundizar el beso.

Hades sostuvo aquella pequeña cintura, deslizando una de sus manos por la abertura del qipao para deleitarse con la tersa piel de la emperatriz, soltando un suave suspiro en cuanto esas delicadas manos acariciaban su cabello hundiendo sus dedos en él para acercarlo más a ella.

𝑺𝒉𝒐𝒘 𝑴𝒆 𝑳𝒐𝒗𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora