Capítulo 17: Jax preocupado

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—¿P-por qué viniste? —balbuceé, con un hilo de voz.

Jax me sostuvo la mejilla con delicadeza para que lo mirara a los ojos, cosa que me negaba al principio porque no quería que el hombre con el cual competía me viera así de destrozada como estaba, con el poco maquillaje posiblemente chorreado y vulnerable ante cualquier contacto físico que no fuera el de él.

Porque sus manos eran las únicas que me podían hacer sentir protegida. Jax creó esa protección en mi cabeza desde el momento en que cruzó esas puertas y me salvó de una inminente tragedia que me dejaría con secuelas traumáticas por el resto de mis días.

Sus ojos transmitían esa paz que necesitaba. Me envolvían dentro de una cálida manta invisible para que estuviera segura, el brillo de sus iris verdes fue lo que me obligó a quedarme hipnotizada y su boca levemente arrugada en preocupación hacia mí.

—Tenía un mal presentimiento... Sabía que no podía confiar en Richard, ¿no te lo dije? Era mejor haber cancelado su reunión —comentó, con una frustración notable—. Te juro que si lo hubiese encontrado en el acto contigo, obligándote, lo mato —expresó, entre dientes.

—Jax... No digas eso, te volverías un criminal —reproché, dudosa en cada palabra que salía de mi boca.

Definitivamente el susto que pasé me dejó mal porque yo no era de las que dudaba de sus oraciones. Toda mi vida hablé con firmeza, segura de mis palabras.

—No me importaría terminar en el mismísimo infierno por ti, Oriana —confesó.

La lujuria y determinación en su mirar me dijeron todo, que Jax era capaz hasta de enterrar bajo tierra a cualquiera que me hiciera daño. Esa confesión provocó que una curva ligera se formara en mis labios por la calidez que me brindó en el pecho, fue un sentimiento bonito, agradable y tranquilizador escucharlo decir eso.

—Me alegro que estés progresando con tus frases de ligoteo, esa me gustó muchísimo y puedo admitir que me llegó al corazón, Jax —respondí, un poco más calmada gracias a él.

—Oriana, no es un buen momento para bromear, en serio te quiero proteger. Eres muy importante para mí, más de lo que piensas —alegó, murmurando casi lo último.

Me dejó con algo de desconcierto, pero ignoré ese hecho.

—¿Podemos ir a casa? Me gustaría descansar... No quiero volver a estar en esta sala durante un tiempo —pedí, mirando a todos lados con nervios y recordando cada momento agonizante.

—Por supuesto, cancelé la reunión que me faltaba para venir a comprobar que todo estaba bien...

—Me mentiste, Jax. No habían guardias detrás de esa puerta, estuve sola ¿Sabes? —le recordé.

Porque por más que grité, no fui escuchada como él me lo había prometido antes.

—Lo sé, Oriana, y no te mentí. Al parecer todo fue un plan de Richard porque le dio información falsa a los guardias de que había un incidente en el estacionamiento. Pero no te preocupes que ya los despedí por incompetentes en desobedecer mi orden —aclaró, acariciando mi cabello con sutileza, a pesar de que estaba prensado en una cebolla.

—Pero él no sabía que yo me reuniría con él... —murmuré, hundiendo las cejas.

—Tal vez te mintió, Oriana. En cuanto me topé con los guardias que mandé a cuidarte, ambos me dijeron que Richard les comentó eso pero resultó ser mentira —resopló—. Últimamente me están desobedeciendo, voy a tener que ser un poco más mano dura con los empleados.

Me puse a pensar... No entendía, si Richard sabía que yo estaría en la sala ¿Por qué actuó como si no estuviera informado? Agh. Dejé los pensamientos que me atormentaban y decidí dejar de traer la imagen de Richard en cada momento porque me hacía sentir asqueada.

Salvada por el CEO [COMPLETA] Where stories live. Discover now