Capítulo 35: Planes

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—Veo que todo resulta justo como quieres, señor Brown —comenté, peinando mi cabello.

Estaba sentada en la orilla de la cama, Jax me había hecho una visita luego de haber hablado con papá y dejarlo en su habitación temporal para que descansara, porque viajar de una ciudad a otra debió ser un poco duro y diferente para él.

El hombre se encontraba echado en el colchón en una postura de lado, mirando el celular y lo que más me interesaba era el hecho de que no tenía camisa. Su torso estaba desnudo tal y como lo había visto la ves que tuvimos intimidad, de solo recordarlo provocaba una llama en mi interior y que me mordiera el labio inferior por instinto.

—Tienes razón. Te dije que serías mía, y lo fuiste. También que nos casaríamos, y mírate, estás decidida en llevar a cabo la boda sin que yo te obligue. Me siento el puto amo —comentó, sin dejar de mirar el celular.

Me reí porque a veces se le subían los humos a la cabeza, pero sabía que estaba bromeando un poco. Seguí alisando mi cabello con el peine, ayudándome con mis dedos para desenredar las partes más bajas.

—Que irónico, ¿no crees? —bromeé—. Yo tampoco me imaginaba casándome alguna vez, mucho menos con Jax Brown. Aquél joven que solían pasar por televisión cuando recién me mudé a la ciudad —agregué, haciendo un movimiento de "más" con las manos.

Dejé el peine en la mesita de noche en donde la lámpara estaba encendida y era lo único que nos alumbraba porque habíamos apagado la luz. Verifiqué la hora en mi celular antes de ponerlo en el mismo lugar.

Nueve de la noche.

Al parecer Jax planeaba dormir conmigo porque se acomodó desde que llegó. Pensé que sería una simple visita, pero el hombre estaba más que relajado.

—Siéntete afortunada de tenerme para ti sola, Oriana —Alzó el mentón para verme y me guiñó un ojo.

Sonreí como tonta.

—Ya empiezas con tus oraciones llenas de ego, creo que ya deberías dejarlo si ya me tienes para ti ¿No? —respondí.

Me subí por completo en la cama y tomé una almohada para acomodarme a su lado. Dejé caer mi cuerpo, o bueno; mi espalda en el suave colchón que me hundió los primeros segundos. Jax seguía concentrado en su celular, juraba que no escuchó lo que dije porque esperé unos minutos y no obtuve respuesta.

Miré de reojo la pantalla y parecía estar escribiéndose con alguien. ¿Un socio? ¿Un amigo? ¿Su amante? No, lo último no podía ser posible si le juró de rodillas a mi padre que jamás me haría daño engañándome Aun así, tenía un poco de dudas.

—¿A quién le escribes? Estás muy concentrado como para no prestarme atención cuando te hablo, Jax —añadí, me crucé de brazos viendo al techo.

—¿Celosa, princesa? Veo que me espera una larga vida llena de escenas de celos por tu parte —resopló, en tono dramático.

Pero dejó el celular a un lado y dirigió su rostro a mi dirección. Su cachete izquierdo estaba apoyado en su puño sobre la cama, mirándome con una expresión que en otras circunstancias me haría babear.

—No insinúes tales cosas sobre mí. Solo me molesta un poco que me ignores cuanto te hablo —bufé.

—Me disculpo. Estaba hablando con Zoe para que en tu próximo día libre, o sea; la siguiente semana, vayan a comprar el vestido de novia —informó, con una sonrisa de lado.

Mis ojos se abrieron.

—¿Tan rápido? ¿Pero no deberías decirle a tus padres primero sobre nuestro compromiso? —cuestioné, con la voz temblorosa.

Salvada por el CEO [COMPLETA] Where stories live. Discover now