Capítulo 59: La Boda

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Íbamos en el auto de Jayce de camino al lugar en donde se llevaría a cabo la ceremonia. Estaba con los vellos erizados por los nervios que seguía sintiendo, por suerte no volví a saber nada de Richard y no me hizo esa tercera llamada que mencionó en el pasado.

Agradecía que ya no lo hubiésemos visto más, aunque su paradero era una total incógnita. Por suerte el vehículo era espacioso y cabíamos todos: Teresa, Jayce, Zoe, papá, Zack y yo.

Amaba el top de mi vestido que tenia forma de corazón porque resaltaba mis pechos, aproveché de ponerme el velo porque me avisaron que faltaba poco para llegar al terreno.

—¿Estás preparada? Nosotros saldremos primero, tú y tu padre se quedan hasta que Jayce les dé la señal ¿De acuerdo? Habrá una alfombra roja para cuando abran la puerta del auto —explicó Zoe en cuanto nos detuvimos.

Ella estaba de copiloto, por lo que se tuvo que voltear hacia atrás en donde estábamos nosotros.

—Te estaré esperando con los anillos, hermanita —me avisó Zack, sonriente y saliendo del auto.

—Yo estaré en el público, deseando lo mejor para mis queridos hijos —murmuró Teresa, con los ojos achinados y arrugados.

—Los quiero mucho —les dije, ya cuando ambos estaban afuera y se despidieron con un saludo.

—¡Bien, ya saben el procedimiento! —demandó Zoe—. Vamos Jayce.

Ambos salieron, dejándonos solos a mi padre y a mí. Apreté los labios porque el momento había llegado. Me asomé por la ventana cerrada y contemplé el lugar. A lo lejos habían unas cuantas sillas en dirección al arco nupcial en donde distinguí tres siluetas.

En medio de todo corría una alfombra roja, o bueno, noté que eran rosas pegadas al césped en forma de alfombra, llegaban hasta mi puerta. Inhalé hondo, viendo que los invitados estaban sentados, posiblemente esperando a la novia.

A mí.

—Oriana, todo va a salir bien ¿De acuerdo? —animó papá.

—Lo sé, es que esto es algo nuevo para mí, no sé muy bien cómo tomarlo —resoplé, con pesadez.

—Una boda sucede una vez en la vida, a menos que te cases varias veces pero la primera vez siempre será la más significativa —informó, sosteniendo mi mano.

—Bien, solo tengo que respiran un momento y estaré lista —acaté.

—Ahí viene Jayce, creo que ya es la hora —comentó, señalando la ventana.

En efecto, Jayce venía en nuestra dirección para avisarnos. Su traje era igual al que el de la mayoría de los hombres. ¿Por qué razón? Jamás lo sabría con exactitud, pero los hombres se vestían parecido al novio.

El pelinegro abrió la puerta trasera en donde estábamos nosotros y se inclinó para poder hablar.

—Todo listo, ya pueden salir. Recuerda, el padrino va del lado derecho de la novia —comentó, tocando el capo de su carro dos veces.

—Vamos, hija. Nuestro momento ha llegado —alegó papá, con entusiasmo.

Me bajé primero para que luego él pudiera hacer lo mismo. Jayce me regaló una última sonrisa de apoyo, con ambas manos en los bolsillos, para luego marcharse a su puesto.

Noté que ya Zack estaba posicionado cerca del arco nupcial para cuando fuera llamado. Tenía algo en las manos y supuse que eran los anillos.

—Te amo, papá, gracias por formar parte en este día —le hablé, mientras agarraba su brazo.

Salvada por el CEO [COMPLETA] Where stories live. Discover now