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Después de haber aclarado con Jeonghan los puntos en los que dejo en claro que no dejaría que él me tratase como quisiera, nos dispusimos a entrar al salón en donde la ambientada cena ya comenzaba. Muchas personas se acercaban a saludar y otras solo nos veían, murmuraban entre ellas debatiéndose el porqué de un supuesto matrimonio. Los rumores corrían muy rápido, ya que se supone que la razón de la cena aún no se revelaba, pero a pesar de todo aquello, nuestra actuación de felicidad era maestra. Caminamos hacia el encuentro de nuestros padres, quienes no ocultaban su felicidad para nada, ellos disfrutaban cada segundo de este momento. En el fondo extrañaba mucho ser el niño de papi, pues solíamos ser muy unidos, aunque a raíz de todo esto, la distancia entre nosotros ha sido kilométrica.

—¡Al fin llegaste! — dijo mi padre — ¿A qué se debe tu retardo?

—Tú, mejor que nadie lo sabes, papi, nosotros requerimos de mucho más tiempo para arreglarnos.

—Pues nos mantuviste un poco ocupados buscándote esta mañana por todo el club, has salido sin avisar...

—Creo que podemos discutir esto luego — sonreí falsamente — Hoy tenemos que celebrar, que los regaños vengan luego.

Todos reímos falsamente y es que el ambiente aún era tenso con nuestros padres. Jeonghan tomó mi mano dejando un beso en ella, y en serio se metía en su papel. Si de por sí las cosas no estaban del todo bien, la presencia de Kim Yewon simplemente no ayudaba y es que a ella no la soporto para nada y es así desde que tengo ocho años. A pesar de que mi madre me mandaba a clases de natación, yo no podía nadar, tal vez debido a un percance en mi infancia. Yewon se aprovechó de ello un verano que nos encontrábamos de vacaciones en la ciudad, debido a que hubo algo nacional y los trabajos se vieron afectados. En fin, esa perra me empujo a la piscina haciendo que todos se rieran de mí. Desde ese día no tolero ver a esa tipa, díganme inmaduro, pero con el tiempo lo único que ha hecho es amargarme la existencia. Y ahora se acercaba a mí, para no perder la costumbre.

—Hola, mucho gusto — extendió su mano de perra desesperada hacia Jeonghan — Soy Kim Yewon.

—No te preocupes, sé perfectamente quién eres — interrumpí su intento de ligar.

—Es obvio que no hablo contigo — me miro. — Es a tu amigo a quien hablo — regresó su mirada a Han.

Y era la primera vez que deseaba que ya anunciaran qué hacíamos aquí, a qué se debe la cena, porque aparentemente esta niña no había escuchado los rumores. Jeonghan le tomó la mano para saludarla, solo dejaré que lo haga para ver su cara de estúpida cuando sepa quién es.

—Veo que tú y Joshua son amigos — vió mi mano que estaba en unión al hueco que hacia su brazo flexionado. — Y también nosotros podemos serlo — sí que se rebaja demasiado — Tus padres habían venido antes, pero desconocía que tuvieran hijos, por lo que no teníamos el placer de conocernos. ¿A qué se debe que visiten la ciudad? — ya comenzó lo bueno.

—Sí, mis padres vienen regularmente por los negocios con los padres de Joshua — colocó su mano sobre la mía y me sonrió.

Jeonghan había notado sin duda que la presencia de Yewon no me agradaba y puedo presentar que ambos estábamos disfrutando de jugar un poco con este ratón.

—Pero lo que a mí compete, he venido a formalizar con Joshua y lo hacemos al estilo de la sociedad coreana.

—¿Formalizar? — Su cara no tenía precio, guardaré este momento para siempre — ¿Acaso ustedes dos se...?

—Sí, Yewon, se me olvidó presentarte a Jeonghan, mi prometido, pronto mi futuro esposo — volteé a Jeonghan, quien sonrió tiernamente.

—Así que tu padre te ha comprado un novio, ¿Tan bajo caíste? — Era una perra sin modales, sin duda alguna.

Matrimonio Forzado - JihanWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu