Matrimonio Forzado - Jihan

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Esa noche, juro que no pude conciliar el sueño y me quedé junto a mi amigo hablando sobre qué había sido de nuestras vidas.

— Bueno, a papá le fue muy bien. Es uno de los mejores empresarios en Washington, y mamá abrió una boutique que también le ha ido de maravilla — comentó Wonwoo.

— Me alegro, yo ya me graduaré de la universidad.

— ¡Eres un matado! — exclamó entre risas.

Después de algunos chistes, reímos demasiado, carcajeamos, y creo que fueron fuertes ya que Joshua salió súper enojado de la habitación.

— ¡Jeonghan! Estoy tratando de dormir. Fue un día muy agotador y lo único que quiero es... Oh, ¿tenemos visitas? Hola — saludó. Reí al ver su reacción tan bipolar.

— Wonu, él es Joshua. Josh, él es Wonwoo.

— Un gusto — habló mi amigo.

— Igualmente. Subiré a dormir, o eso trataré.

Subió muy apenado las escaleras y volví a lo mío.

— ¿Cómo te has enterado? — pregunté.

— Bueno, tu madre me llamó y me dijo que te casarías, así que me dije a mí mismo "¿Por qué no acompañarlo en el mejor día de su vida?", tomé el primer vuelo con destino a Corea.

— Muchas gracias, pero creo que tengo que explicarte las cosas — dije tomando seriedad.

— ¿Qué pasó?

— La verdad es que no me caso porque esté enamorado, o seamos novios, nos casamos por...

— Por...

— Nuestros padres nos obligan a casarnos, es un Matrimonio Forzado.

— Vaya...

Después de conversar más, descansamos un poco, ya que mañana sería otro día agotador.

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Me desperté gracias al despertador. Mierda, tengo sueño. Me levanté de mi cama y fui directo hacia el baño, hice mis necesidades y, claro, me metí a bañar. Al salir de la ducha me encontré con mi amigo Seokmin, mi madre y... La hija de mi papá.

— ¿Qué hacen aquí? — fue lo primero que se me ocurrió preguntar, estaba en toalla y ellos en mi habitación. Bueno, en realidad, sí sabía por qué estaban ahí. Solo mi madre y Seokmin. Ayer por la noche llamé a Seokmin para preguntarle si quería ser mi padrino, él aceptó, por eso estaba aquí.

— Elisa vendrá a peinarlos a todos — habló mi madre.

Tomé ropa y me vestí en el baño, salí y tomando a mi mamá del brazo la hice salir del cuarto.

— ¿Qué hace ella aquí?

— Hijo...

— No, mamá, no es justo que tengas que soportar a la hija de mi papá. ¿Qué hace ella aquí?

— Hijo, hablé con tu padre y llegamos a un acuerdo — mi madre hablaba, pero me es imposible no interrumpirla.

— Mamá, es injusto.

— Ella será una dama — habló con autoridad.

— No — respondí — No quiero a la hija de mi papá cerca.

— Hijo, hay otra cosa que debo decirte — volvió a un tono serio y frío, me miró directamente a los ojos y con una mano tomó mi hombro.

— Tu padre y yo nos divorciaremos, viviremos aún en la misma casa, cuartos separados, nadie lo sabrá. Acudiremos a fiestas sociales y de la empresa como pareja, para que la gente no haga rumores. Lo que más queremos es ser la comidilla de toda la sociedad. Por ahora está bien que hablen de tu boda. Nuestro divorcio lo hablamos anoche y comenzará el proceso en unos días.