⇝15 ღ

20 5 0
                                    

¡Tonto! ¡Soy un tonto! Es lo que soy. Me beso ¿Y qué hago? Salgo casi corriendo de ahí.

Al rozar sus labios con los míos, diré que fue tentador y lo besé, pero algo hizo que parara y saliera en dirección a mi habitación. Lo dejé ahí en el suelo, inconsolable, confundido.

Ahora estoy en mi habitación recostado sobre mi cama, mirando al techo. Tomé mi teléfono y llamé a mi amigo, quien se estaba hospedando en un hotel cercano. Accedió a venir a mi casa, ya que por mí estaba aquí. Minutos más tarde la puerta de mi habitación se abrió y Mingyu entró por ella. Me comentó que Rose lo había dejado pasar hasta ahí; claro que no había inconveniente, ya que él es como mi hermano.

—¿Qué pasa?

—Nada. ¿Te ha dado tiempo de conocer la ciudad?

—Ayer fui a un bar llamado "Margaritas" y tenían bebidas muy ricas con ese mismo nombre — comentó asombrado de lo que había descubierto, ya que era su primera vez en Corea.

—Son maravillosas — confesé.

—Propongo salir a algún bar por ahí. Aún no estás oficialmente casado hasta dentro de poco, así que... Podemos aún disfrutar de tu soltería — habló con una muy buena voz de convencimiento.

—Me agrada la idea, necesito despejarme.

—Yo invito los tequilas — dijo para luego seguirle con un gritito de emoción.

—Tenemos que llevar de esos a Los Ángeles. A los chicos les gustará. ¡Es adictivo!

—Amigo, recuérdame llevarte a alcohólicos anónimos después de todo esto, ¿ok?

—No lo sé, estaré muy borracho como para recordarlo, pero bueno.

Salimos en dirección al famoso bar del cual mi amigo se había enamorado. Mi hermano mayor se nos unió y los tres fuimos a divertirnos un poco.

.
.
.
.
.

Vergüenza, eso es lo que sentía. Lo besé y prácticamente me rechazó; nadie antes lo había hecho. Estoy hecho un desastre; mi vida es una mierda. Hoy el día no puede ir peor.

En estos momentos estoy acostado en mi habitación tratando de conciliar el sueño, pero es simplemente inútil. Tomo mi teléfono para ver la hora y me entra una llamada; una de las pocas llamadas que en serio necesitaba.

—¿Hola? — contesté.

—¿Shua? — preguntó aquella voz que tenía meses sin escuchar.

—¡Seokmin! — me emocioné — ¿Cómo estás?

—Llegando a la ciudad, ¿Y tú?

—¡Bien! ¡Dios! Necesito verte.

—Si, si quieres puedo ir a tu casa.

—Si, ya no vivo donde antes; ven, te mandaré mi dirección.

—Me parece perfecto Shua; llego en unos minutos.

Colgamos la llamada y la verdad estaba emocionado; mi amigo se había ido a vivir con su madre a Inglaterra, a raíz del divorcio con su padre; aun así lo extrañaba demasiado. Tenía mucho desde que no lo escuchaba, ya que las llamadas vía Skype se acabaron.

Le envié la dirección y minutos después tocaron la puerta. Le dije a Rose que me permitiera abrir y así lo hizo; me encontré con un hermoso y muy cambiado Seokmin.

—¡Dios! Has cambiado mucho.

—¿Me veo bien? — preguntó dando una vuelta.

—Hermoso — exclamé para luego abrazarlo fuertemente.

El Seokmin de cabellos castaños y de ropas muy holgadas se había ido; ahora había un hermoso y renovado Seokmin, de cabellos ahora rojos, ropa que favorecía a su cuerpo y con un piercing sobre su ceja derecha.

Subimos a mi habitación y al preguntarme por mis padres le dije lo que me había pasado; a él no le conté desde que me enteré a mis quince años, ya que a él lo conocí después y no se me hizo necesario contarle. Pero ahora donde era inevitable ocultarlo se lo dije, al igual que lo de mí "hermana" Eunchae.

Matrimonio Forzado - JihanKde žijí příběhy. Začni objevovat