⇝14 ღ

20 5 0
                                    

—¿Estás bien? ¿Conoces a mi papá? — preguntó la niña, ya que claramente era menor que yo.

—Sí, es solo que... — mis palabras quedaron al aire al ver cómo las puertas de la biblioteca se abrían.

No dude ni un minuto y corrí hacia mi madre quien suponiendo que ya me había enterado, me dio refugio en sus brazos.

—Hijo, puedo explicarlo — hablo delicadamente mi padre mientras colocaba una mano en mi hombro, mano que por supuesto aparte. De un momento a otro por mis mejillas corrían lágrimas. ¿Qué si me dolía? ¡Claro que lo hacía! Tal vez no tanto por mí, sino por mi madre.

.
.
.
.
.

Llegue a mi casa como a las dos de la tarde, aún me estaba acostumbrando a las calles y digamos que ya me sé manejar por aquí. La casa se encontraba sola, a excepción de Rose, que es la señora que hace la comida.

—¿No ha llegado Joshua?

—Llego, pero se fue enseguida — dijo amablemente — ¿Va a comer algo?

—Por favor, sírvame algo, tengo demasiada hambre.

Rose me hizo caso y en menos de cinco minutos mi comida ya estaba frente a mí, comencé a devorarla mientras me preguntaba en donde se encontrará Joshua a estas horas.

.
.
.
.
.

—¿Cuántos años tienes? — pregunté con la voz más rota que me he escuchado, aún más rota que cuando me enteré de que estaba comprometido.

—Dieciséis — contestó la niña.

Bien yo tenía dos años cuando mi padre se metió con su madre, y tres cuando ella nació.

—¿Qué buscas aquí?

Me sorprendía que mi padre, que se encontraba presente, no me haya detenido con las preguntas, me dejó tomar el control, aunque eso me doliera más.

—Hace unos meses a mi madre le detectaron cáncer terminal y mínimo le dieron seis meses, mi madre falleció hace algunas semanas y por lo que ha pasado es que vine a buscar a mi padre, ya que no tengo más familia que él — mierda, diría que mi vida es una mierda, estaba confuso, faltaban dos semanas para mi boda, la cual no quiero del todo, los trámites para estudiar en casa, y ahora mi papá sale con que tiene una hija.

Tome mi bolso me pare del asiento y sin decir más me fui a mi auto, subí, salí de la residencia y me estacione porque quería llorar, y eso fue lo que hice. Me sentía traicionado, furioso, triste, engañado, todo y a la vez nada. Al calmarme conduje hasta la casa que compartía con Jeonghan, trate de verme "natural" y aparentar que no había llorado, pero mis ojos hinchados me delataban. Subí las escaleras para irme a mi cuarto, el apetito que tenía al llegar a casa de mis padres se había esfumado así que solo quería dormir, lamentablemente me topé con Jeonghan en el camino y no me pude salvar de sus preguntas.

—Hola, Josh... ¿Has llorado? — preguntó mirándome confuso.

—No... — dije, pero mi voz aún quebrada me delató.

En ese momento mis lágrimas amenazaban por salir en cualquier momento y mis piernas temblaban, de un momento a otro estas me hicieron una mala jugada y por impulso me abalancé sobre Jeonghan y lloré, lloré aún más de lo que ya lo había hecho. Desconozco en qué momento quedamos los dos en el pasillo en el suelo, él me abrazaba y sobaba la espalda mientras yo dejaba poco a poco de llorar.

—¿Quieres hablar de esto? — preguntó con tal delicadeza que me parecía difícil que haya salido de él.

—No — susurré al tiempo en el que negaba con la cabeza, metí mi cabeza en el hueco entre su cara y los hombros y me quedé ahí hasta que mi respiración se aclamara — Gracias — volví a susurrar apartando mi cara y mirándolo de frente.

—No es nada — dijo de la misma manera que yo, solo que esta vez él miraba mis labios, poco a poco se acercó a mí, hasta que decidí acortar el poco espacio entre nosotros formando un beso, el primer beso de verdad, sin que lo hiciéramos por qué la gente nos veía, esta vez fue algo... Inexplicable.

Matrimonio Forzado - JihanWhere stories live. Discover now