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—Hola — saludé, ¿ya que más me quedaba?

—Hola — saludó de la misma manera, con una voz jodida.

—Aquí tiene, niño, una sopita para bajar el... ¡Santo Dios! ¿Usted también, joven Joshua? — dijo Rose, al vernos iguales a mi compañero. Creo que Jeonghan ya había pedido antes que yo.

—Por favor, Rose.

Ella desapareció de mi vista rumbo a la cocina. Tomé asiento frente a Jeonghan. Unos minutos más tarde, la puerta principal se abrió después de unos toques intensos e insoportables para mí.

—Buenos días, ¿cómo están hoy? — saludó Yeji, quien, seguida de mi madre, entraba muy animada.

—Mamá, no grites — habló Jeonghan. Sé lo que siente, mi cabeza igual explotaría.

—No estoy gritando.

—Niños — habló mi madre —, venimos a buscarlos porque hoy será la sesión de fotos.

¡No me jodan! Tengo resaca, estoy en un momento incómodo con Jeonghan y quieren que me haga una sesión con él... ¡No me jodan!

—¿No puede ser otro día? — preguntó Jeonghan — Enserio me siento muy mal.

—Lo siento, yo no te mandé a ponerte de borracho con Mingyu. Porque estoy más que segura de que fue con él — habló esta vez Yeji, cuyo comentario me hizo reír un poco.

—Arréglense, vendremos por ustedes en 20 minutos, bueno, por Joshua. Han, por ti vendremos más tarde, a él lo peinarán y maquillaran primero.

Nuestras madres hablaron un poco de lo que haríamos hoy y se fueron, así que subí a mi habitación, tomé una ducha y me cambié por algo fácil de quitar, ya que me irían a peinar.

Minutos después, mi madre y Yeji llegaron con una chica que traía algunos maletines. Fuimos a mi habitación. Comenzó con mi cabello, moviendo de aquí a allá mis mechones en busca de su lugar perfecto. No me negaré, me gustó mucho cómo quedó. Siguió con el maquillaje, todo fue muy hermoso en realidad. Elisa, así se llamaba la chica que me estaba arreglando, terminó de hacer su trabajo y podría decirse que estaba listo. Mi madre, luego de haberle pagado, ella se fue.

—Hemos traído el traje para la sesión de fotos — habló mi madre.

—¿Utilizaré otro en la fiesta? — pregunté.

—Exacto.

Coloqué el traje que me quedaba exactamente, era perfecto, se amoldaba a mi figura y me gustó, ya que era sencillo pero a la vez único y elegante.

Bajé de mi habitación con mi madre, ya que Gloria minutos antes bajó a ayudar a Jeonghan con su corbata.

—¿Están listos? — preguntó emocionada Yeji.

—Sí — dijimos secos y de mala gana Jeonghan y yo.

Subimos al auto los cuatro, y nuestras lindas madres nos sentaron juntos en la parte trasera. Gracias, madres, las amo. Nótese el ligero baño de sarcasmo en mis palabras.

—¿Debemos de actuar... Enamorados en esta sesión? — preguntó Jeonghan, interrumpiendo la cómoda conversación de nuestras madres.

—Lamento decirles que sí. No será tan malo — habló mi madre.

—Deben hacerlo, ya que algunas de estas fotos aparecerán en la fiesta, que es ya en una semana — siguió Yeji.

Seguida de algunas malas palabras provenientes de Jeonghan, dichas en un tono muy bajo, se acomodó e igual hice eso. Yeji conducía a las afueras de la ciudad en dirección a un rancho que es de mi padre. Solíamos venir aquí de vacaciones, pero después esa "tradición" se perdió.

Luego de un largo trayecto, llegamos. Bajé para poder estirarme.

—Hola, soy Jungkook, seré su fotógrafo esta tarde — se presentó un chico frente a nosotros — ¡Comenzaremos desde ya! Para poder aprovechar la luz del día.

Tomó a Jeonghan de una mano y a mí de la otra y nos llevó a un árbol.

—Perfecto, debes decirle algo al oído, alguna anécdota, algo que lo haga reír. Necesitamos naturalidad, abrázalo, hagan lo normal que hacen.

Jeonghan me quedó viendo y yo a él, y ambos teníamos la misma mirada de "¿Y a ti que se te ocurre?". Con cuidado me tomó y acercó su boca a mi oído y susurró: "Ríete por favor, no se me ocurre nada". Y era la verdad, Jungkook no tenía la culpa de que Jeonghan y yo no fuéramos nada, y él ni enterado.

Matrimonio Forzado - JihanWhere stories live. Discover now