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Desperté al sonar de la alarma, volviendo a la realidad. Era hora de ponerse a trabajar.

Descendí las escaleras, el alba apenas asomaba. Una de las chicas que nos ayudaba en casa ya estaba allí. No puedo negar que tiene una figura esbelta y juvenil. Pero primero, necesitaba desayunar; tenía hambre. Preparé un tazón de cereal y, siendo cortés, le pregunté su nombre. Era importante saberlo. Después de que me respondiera, revelando que se llamaba Alice, terminé mi desayuno y me dirigí a mi habitación para ducharme. Luego, me puse un traje, ajusté mi corbata, tomé mi maletín y salí hacia mi auto.

Subí al coche y conduje hasta las oficinas de "Y&H Corporation". Ya había estado allí anteriormente debido a un servicio que había realizado con mi padre para graduarme.

Me coloqué mi gafete que indicaba mi nombre y cargo, en este caso, "presidente". Entré en el ascensor y justo antes de que se cerraran las puertas, una mano las detuvo y entró un chico pelirrojo y encantador, claramente apurado. Presionó el botón varias veces, el mismo al que yo iba.

—Vamos, apúrate, cierra, cierra — murmuraba al ascensor mientras presionaba los botones.

—Creo que hablarle no hará que vaya más rápido —comenté.

—Cállate, voy tarde y hoy es mi primer día. Si no te molesta, debo dar una buena impresión al jefe.

—Entiendo.

El ascensor se abrió y él salió corriendo, justo en dirección a mi oficina.

—Señor Yoon — me saludó Ryan.

—Ryan... Me conoces, puedes llamarme Jeonghan.

—Todos estamos ansiosos por mañana. ¿Cena o almuerzo?

—Cena.

—¿Dorado o plateado?

—Dorado.

Él seguía tecleando en su iPad.

—Voy a mi oficina, cualquier cosa, habla con mi secretario — le indiqué a Ryan.

Él se encargaba de eventos sociales y logística en la empresa.

Caminé hacia mi oficina y saludé al chico que estaba sentado afuera, es decir, mi secretario. Él estaba ocupado en la computadora.

—Buenos días — saludé. Él levantó la vista.

—¿Tú? Si buscas al señor Jeonghan, no está aquí, es decir, ni siquiera lo conozco, pero no ha llegado. Si quieres, puedes esperar en la salita.

—Creo que no nos presentamos esta mañana en el ascensor. Soy Jeonghan — extendí mi mano y noté su sorpresa — ¿No te vas a presentar? — pregunté.

—Min Yoongi  — respondió — Disculpa... ¿Tú eres el señor Jeonghan? — preguntó con timidez.

—Creo que sí — respondí.

—¿Me vas a despedir? — preguntó nervioso.

—No, no lo haré. ¿Por qué debería hacerlo?

—Por... Por nada — se levantó de su asiento y se colocó frente a mí — Sígueme, te mostraré tu oficina — dijo mientras caminaba adelante. Entramos en la oficina, y me mostró todo el lugar. Tomé asiento y él me dijo que en un momento volvería con algunos papeles.

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—Yoongi, iré a almorzar, vuelvo luego, pero si no, mándame los documentos importantes a mi correo.

—Sí, señor, lo haré.

Eran la una y media de la tarde, debía ir a casa, ya que había prometido llevar a Joshua de compras.

—Hola — lo saludé al llegar.

—Pensé que no vendrías.

—Nunca rompo mis promesas. Anda, sube al auto.

Hizo caso y subimos al auto, conduje hacia el centro comercial.

—¿Hay trajes de noche aquí? — pregunté.

—No — respondió.

—Debes comprar uno. Mañana es mi entrega de presidencia y habrá una fiesta muy elegante con muchos de los inversores importantes del lugar.

—Claro…

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—Es que no hay nada de ropa — se quejó.

—¡¿QUÉ?! No hay nada de ropa y llevas —conté las bolsas— 27 bolsas llenas de ropa.

Él comenzó a reír. ¿Mencioné que me gusta su risa?

—¿Tienes hambre? — preguntó — Yo sí, y mucha.

Caminamos hacia un restaurante que estaba en el centro comercial y entramos. Pedimos una mesa para dos y 27 bolsas de ropa.

Matrimonio Forzado - JihanWhere stories live. Discover now