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Todos estábamos bailando cuando las luces del salón se tornaron tenues. De repente, todos se sentaron y pidieron que Joshua y yo nos quedáramos en el centro de la pista. Una manta blanca cayó frente a nosotros, y desde un proyector se inició una especie de "película". En ella, apareció primero mi amigo Mingyu.

—¿Ya está grabando? — preguntó, mirando hacia alguien detrás de la cámara. Todos rieron ante su ocurrencia. —Oh, hola. ¡Jeonghan! Ya estás viejo — bromeó, sacándome una risa involuntaria. —Quiero desearte lo mejor en esto, sé que podrás. ¡Joshua! — dijo dirigiéndose a la cámara, —Cuida mucho de mi hermano, es un tipazo — añadió con un guiño, provocando más risas. —Y a ambos les diré... Que en algún futuro, seré el tío Mingyu. Prometo enseñarles a hacer berrinches a sus hijos.

Luego, en la pantalla, apareció Seokmin, el amigo de Joshua. Él se tapó la boca en señal de sorpresa y ahora tenía una hermosa sonrisa en su rostro.

—Hola Shua, para esto deberíamos estar, creo, en tu boda... ¿Pueden cortar eso? — pidió al sujeto detrás de la cámara. Tras un breve momento, continuó con un tono más serio —Hola Shua, estoy muy contento por ti y por Jeonghan. Espero que sean felices juntos y... Y si no, recuérdale que sé dar buenos golpes — añadió con humor, provocando otra ronda de risas. —Te observo, Yoon — dijo haciendo señas con los dedos.

Pensé que ya era el final, pero en la pantalla aparecieron nuestras familias juntas: los padres de él, los míos y mi hermano.

—Hermano, cuñada, les deseo lo mejor en este gran día, y los que le siguen. Los aprecio demasiado y en serio quiero que esto funcione, les deseo lo mejor — dijo mi hermano Hyungwon. Volteé a verlo y con un gesto le agradecí.

Abracé a Joshua, ya que vi a mi madre hacernos señas. Lo tomé de la cintura y lo acerqué más a mí.

—Les deseamos un matrimonio lleno de amor — habló Juwon.

—Respeto —continuó Lia.

—Comprensión — dijo mi padre.

—Y fidelidad — terminó mi madre.

Ambas parejas mandaron besos y el video comenzó a proyectar un poco de nuestra sesión de fotos.

La música lenta regresó y, al ser los únicos en la pista, comenzamos a bailar. Otras parejas se unieron a nosotros y de repente, nieve artificial comenzó a caer por todas partes. Los invitados se asombraron y a mí me gustó la idea.

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—Amigo, está bueno el amigo de Jeonghan.

—¿Quién?

—Mingyu, dios, es tan...

—Vive en Los Ángeles.

—¿Cómo?

—Jeonghan nunca ha vivido en Corea, solo vino por el compromiso.

—¿Me lo juras?

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—Ya es hora — dijo Mingyu hablando a mí y a Jeonghan.

—¿Qué hora es? — pregunté.

—Son las cinco y media, y el vuelo sale a las siete, así que... Debemos hacer todas esas cosas de aeropuertos.

Después de despedirnos de los invitados y disculparnos, nos fuimos. Era una nueva vida, pensaba yo. Ahora desconocía cuándo volvería a ver a mi madre o a mi amigo, cuándo volvería a Corea.

Mi madre había hecho mi maleta y la verdad es que tenía miedo de lo que me había metido. Claro, estaría bien allá y compraría ropa, pero debía subsistir con lo que me había mandado.

—¿Estás listo? — preguntó Jeonghan.

Esa era la pregunta. ¿Estaba listo para esta nueva vida?

Matrimonio Forzado - JihanWhere stories live. Discover now