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—No tienes por qué pedir perdón — habló él.

Sabía que no estaba tan enojado, pero conocía un poco más de él y sabía que está frío; lo ocurrido claro que lo afectó.

—No somos nada así que... — dijo.

—En teoría, si somos algo, estamos casados — respondí.

—Sí, pero no hay sentimientos de por medio, así que todo esto no me afecta — agregó.

No dije nada más y el camino fue muy silencioso. Hoy es 14 de diciembre, exacto, 10 días más y será Navidad. Este año en realidad no sé qué haríamos, mis padres junto a mi hermano se van a Miami... Mamá insiste en que debo pasarla al lado de "mi nuevo esposo". Como si tuviera otro. Y no sé qué harán los papás de Joshua.

Llegamos a la nueva casa. Yo no la conocía, pero mis padres se encargaron de comprarla. Era una casa grande, para todo un buen empresario. Sin duda alguna este mes va a ser el más pesado, ya que el próximo viernes es mi fiesta de entrega de presidencia del edificio. Mis padres ya vivirán en Nueva York, así que, oficialmente, seré el que mande en las oficinas. Odio eso porque mi privacidad terminará un poco. Aquí en Los Ángeles, cuando eres importante, no importa en qué medio, tu privacidad deja de existir. Eres invitado a fiestas y cosas por el estilo. Lo sé porque todo esto lo vi con mis padres, solo que ellos sabían manejarlo todo. Yo ni siquiera sé decirle a Seungcheol cómo están las cosas.

Bajamos del auto y Roy ayudó a Joshua con su maleta. Entramos a la casa. Luego me daría el tiempo de conocerla mejor.

—Si quieres, duerme en el cuarto principal. Yo dormiré en el de huéspedes — dije.

—Gracias. Buenas noches — dijo él antes de desaparecer por las escaleras.

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Me levanté muy temprano a causa de que me caí de la cama. Estaba en mi lindo sueño y luego me encontraba en el suelo.

Tomé una ducha relajante y me dispuse a conocer esta gigantesca casa. Bajé las escaleras y caminé hasta encontrarme un extenso pasillo con diversas puertas. Abrí una y resultó ser una especie de oficina con biblioteca, muy bonita, con área de lectura. La segunda puerta que abrí sin duda fue la que más me gustó; era un área de películas que simulaba un cine, ¡con su propia máquina de palomitas!

Esto es la gloria.

La casa en total tenía la biblioteca, el área de películas, la cocina, un cuarto con juegos tanto de casino como de video, una hermosa y grande piscina, un desayunador enfrente de esta, lugar para parrilladas, una linda mesita especial para fogatas y una casa para invitados. Era tan grande y espaciosa... Sin duda alguna me enamoré de esta casa. Aunque pensándolo bien, es mucho el mantenimiento que necesita. No quiero verme mal, pero en serio espero que mi madre y Yeji hayan pensado en eso, y también en que no sé cocinar.

Tocaron la puerta y fui a ver quién sería a las diez treinta de la mañana.

—Hola, Seungcheol — dije sorprendido por su visita. Que yo sepa, nadie tenía la dirección del lugar.

—Hola, Joshua... ¿Está Jeonghan? — preguntó.

—Creo que sigue durmiendo... ¿Quieres que vaya por él? — respondí.

Su rostro dio un cambio enorme.

—Así está mejor. Si crees que puedes venir aquí y quitarme a mi novio, estás muy equivocado, porque no soy tonto y no me creo lo de “es un amigo” — me amenazó en voz baja —Yo sé lo que tramas, y te aseguro que... Buenos días, dormilón — corrió hacia las escaleras para abrazar a Jeonghan.

—¿Tienes mucho que llegaste? — preguntó él.

—No, de hecho, Joshua me acaba de abrir la puerta... ¿No es así, Joshua? — preguntó con una risita hipócrita.

—Sí, así es — respondí.

Matrimonio Forzado - JihanWhere stories live. Discover now