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La presión era abrumadora.

Al llegar, mi padre tomó mi mano y la unió con la de Jeonghan, pronunciando unas palabras a las que él asintió en silencio.

—Buenas tardes, hermanos — saludó el sacerdote antes de comenzar con la misa.

El esmero de Yeji y mi madre en la decoración floral era evidente; el lugar lucía impecable, y Jeonghan, imponente.

—Joshua...— me llamó el sacerdote.

—¿Sí? — respondí, sumido en mis pensamientos.

—Los anillos y los votos — recordó.

Maldición, eran los que mi madre me había hecho aprender, pero los había olvidado. Esperaba que Jeonghan comenzara y eso me ayudaría.

—Hong Joshua... Nuestro encuentro fue casi mágico. Tal vez el destino ya había trazado nuestro camino. No pude evitar enamorarme al contemplar tus hermosos ojos cafes, tu sonrisa encantadora, tu inteligencia y carisma. Aunque mantener una relación a distancia no es sencillo, tú me enseñaste que cuando alguien te importa, la distancia es lo de menos. Estoy emocionado de embarcarme en esta gran aventura contigo. Por eso, como símbolo de mi compromiso, te entrego este anillo, que representa el amor, el respeto, el cariño y la fidelidad que te profesaré ante cualquier adversidad o enfermedad — concluyó, deslizando el anillo en mi dedo anular.

—Yoon Jeonghan, ¿qué puedo decir? Me has robado las palabras de la boca. Nuestra relación es, como bien has expresado, 'mágica'. La distancia ha sido solo un obstáculo en el camino que hemos decidido recorrer juntos. Muchos consideran que somos jóvenes, pero no comprenden el amor que nos une. La vida se vive una vez y estoy seguro de que quiero vivirla contigo. Por eso, con este anillo, reafirmo mi promesa de fidelidad, sinceridad, respeto y comprensión hacia ti, confiando en que superaremos cualquier dificultad juntos.

Coloqué ahora yo su anillo en su dedo, y algunos "awws" se escucharon entre los invitados. Miré de reojo y vi a mi madre y a Yeji secándose las lágrimas, a pesar de lo forzado que pudiera parecerles este matrimonio.

El sacerdote continuó hablando unos minutos más antes de proclamar: "He sido testigo del precoz amor entre Joshua y Jeonghan". ¿Cuánto habrán pagado para que este sacerdote recite todo esto?, pensé. "Así que lo que Dios ha unido hoy, el hombre no lo separe", concluyó, impartiendo su bendición. Luego añadió: “Jeonghan... Puedes besar a tu esposo”

Jeonghan y yo nos miramos. Con cámaras, personas conocidas y nuestras familias presentes, no había vuelta atrás. Se acercó y sus labios se unieron a los míos. No puedo negar que sus labios eran cálidos y suaves. Me gustan sus labios, no él. Que no se confundan las cosas.

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Después del beso, tomé su mano y nos dirigimos hacia la salida de la iglesia. Algunos periodistas nos rodearon, ávidos de fotos y preguntas. ¿Quién no querría saber sobre el matrimonio de dos grandes empresarios?

Permitimos que nos tomaran algunas fotos fuera de la iglesia y luego subimos al automóvil que nos llevaría a la recepción.

El silencio era incómodo.

—Así que... estamos casados — comenté con un suspiro.

—Sí, eso parece — me miró.

—¿Hasta cuándo tenemos que fingir? — pregunté.

Consultó el reloj del auto.

—Según tengo entendido, toda esta noche.

—Mañana Mingyu se unirá a nosotros.

—Excelente — guardó silencio por un momento —No es que no quiera hablar ni ser descortés, es solo que... aún no logro asimilar esto, tú y yo, ¿entiendes?

—Claro, lo entiendo.

Matrimonio Forzado - JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora