Subimos al coche de Puck y Finn, mis guardias, que nos está esperando en la puerta. Se los presento a Brittany mientras nos llevan hacia mi casa en un barrio privado. No hablamos mucho durante el trayecto, aun estoy molesta por el estúpido planteo de mi celosa novia en medio del aeropuerto.
Al llegar, ambos nos abren las puertas. Bajo tomando mi bolso de mano buscando las llaves. Una vez que las meto en la cerradura noto que Brittany está detrás mío.
No se supone que no iba a bajar?. Mientras lo pienso una sonrisa de satisfacción se asoma por mi cara.
- Puedes borrar esa estúpida sonrisa. Lo hago solo porque necesito un baño con urgencia- me dice molesta.
- Por supuesto – le abro la puerta apretando mis labios para que no se me escape otra sonrisa. Me corro dejándola pasar y entra murmurando algo que no llego a escuchar. Cuando pasa por mi lado me inclino lanzando un beso rápido a su mejilla, aunque quedo en el aire.
Puedo notar que se queda parada en medio del salón observando todo lo que está a su alcance.
Despido a Finn y Puck después de dejar nuestras maletas. Cuando me giro ella esta parada con las manos en sus caderas.
- Y bien?
- Puedes usar este baño de aquí – le señalo a su lado- o puedes usar el de mi habitación que es mucho más amplio y bonito – le indico con la mirada hacia su otro costado donde están las escaleras.
- Ya te dije que no voy a entrar donde metías a todas tus conquistas.
No puedo evitar reírme ante su comentario.
- Bien, déjame contarte mis reglas Susan Pierce – digo acercándome sigilosamente hacia ella – Las condiciones para tener una fiesta aquí eran: nada de prensa y…la planta alta está completamente prohibida – le susurro en su oído.
- Se supone que debo creer que nunca llevaste a nadie a tu propia cama? – dice corriéndose para escapar de mi agarre.
- Brittany nunca metería una cualquiera en mi cama, quizá no quieras o necesites escuchar esto, pero si quería estar con una persona simplemente usaba mi habitación de aquí abajo. No soportaría dormir donde se haya acostado cualquiera!
- Y a que habitación entro yo? – dice mirando hacia otro lado intentando sonar desinteresada.
La tomo de la mano y la obligo a subir las escaleras conmigo. Pasamos algunas puertas sin sentido hasta que me paro frente a unas dobles. Me giro para sonreírle abriendo la puerta para ella.
La hago caminar hacia adentro revelando el contenido de la habitación/suite. Aunque sé que ella se quedo impresionada tanto como yo con la cama doble.
- Santana esta cama es el triple de grande de las que tenias en los hoteles! – me dice impresionada – Y como estoy segura que no me estas engañando? – me mira cruzándose de brazos.
Me acerco y enredo mis brazos en su cintura.
- Cambiare la cama o la casa si eso te hace sentir más segura. Pero créeme, nunca dormí con nadie aquí, no tendría por qué mentirte. Entiendo tu planteo, y si quieres que nos vayamos a otro lado lo haremos, pero me gustaría pasar unos días tan solo contigo lejos de todo. – me inclino para pasar mis labios por su cuello y la siento estremecerse – No necesitabas un baño? – le digo divertida mientras beso detrás de su oreja.
- Puede que haya sido una excusa – me responde aferrándose a mi espalda acariciándola de arriba abajo.
- Es importante que confíes en mi – le digo mirándola – Necesito que me creas.
