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Juanjo suspiró pesadamente volviéndose a replantear su vida. ¿Qué cojones hacía estudiando ingeniería naval?

Querías mudarte a Madrid y era una de las carreras que no estaban en Zaragoza— le respondió su subconsciente y asintió para sus adentros. Si bien le gustaba su vida en Magallón y también en Zaragoza tenía muy claro que necesitaba salir de ahí al menos durante un tiempo y respirar otros aires, sabía que su familia y amigos del pueblo siempre iban a estar ahí para él y viceversa, por lo que decidió irse fuera a estudiar y así conocer a más gente, salir de fiesta por sitios diferentes y en definitiva empezar de cero tras dieciocho años viviendo en su pueblo, si bien aprovechar para bajar siempre que pudiese a ver a los suyos o hacer bolos catando que era lo que realmente le llenaba, total... casi nunca iba a clases.

—Bueno como ya sabéis este año tendréis las primeras prácticas de todo el grado. Estas empezarán después de los exámenes finales, es decir, a partir de febrero y las haréis aquí mismo en la facultad, en el canal que muchos de vosotros ya habréis visitado en años anteriores. Durarán aproximadamente dos semanas y media y recordad que tras ellas deberéis entregar un trabajo explicando todo lo que hayáis ido aprendiendo que contará el 80% de la nota de la asignatura de Prácticas, el otro 20% como os estaréis preguntando corresponderá a la asistencia de las mismas.

La gente de clase se agitó al escuchar esto, dos semanas enteras sin clases jugando a los barquitos fue como un sueño para la mayoría, excepto para Juanjo a quien le apetecían aún menos que toparse con Martin después de lo que había sucedido la última vez que se vieron. Esa misma mañana cuando había entrado a su piso se encontró con Álvaro y con Bea que estaban tomando el desayuno en la cocina y al verlo llegar con la ropa del día anterior comenzaron a hacerle un montón de preguntas sobre dónde y con quién había pasado la noche. Preguntas que trató de evadir con su típico mal humor, pero tras media hora de insistencia decidió contarles algo solo para que no indagaran más en el tema y terminó diciéndoles que había quedado con una chica de su clase y que se habían liado, lo cual aumentó las ganas de saber quién era la chica misteriosa y le insistieron en que querían conocerla. Juanjo se sintió mal consigo mismo por mentir, ¿por qué lo había hecho? Podría haberles dicho que había ido a hablar con Martin y había terminado quedándose frito viendo una serie, no habría sido nada del otro mundo, de hecho ya le había pasado en varias ocasiones con amigos suyos y no había nada raro en ello.

Excepto por el hecho de dormir bien juntitos, abrazados.

Sin embargo, en ese momento le pareció que mentir sería la opción más indicada, pero eso solo hizo que aumentar un sentimiento de culpa en su interior como si dentro de él estuviese escondiendo algo y no entendía exactamente el qué.

—Juanjo te has empanado, vamos a tomarnos algo al bar de la esquina, ¿te vienes? —dijo su amiga Irene al ver que el maño era el único que no había recogido sus cosas cuando de normal le faltaban segundos para hacerlo antes que el profesor terminara la clase.

—¡Claro! —añadió con su característico acento—Si ya sabes que solo he venido para veros y tomarme una cerveza con vosotros.

Ambos rieron y Juanjo recogió a toda prisa el portátil que traía para tomar apuntes y que ni si quiera se había molestado en encender y se reunieron con el resto del grupo que les esperaba fuera de clase.

Finalmente, lo que era una cerveza rápida se convirtió en un par y de eso a una comida y parte de tardeo. Esto era lo que realmente le llenaba a Juanjo de su vida en Madrid, los planes improvisados con sus amigos, si bien la carrera no le gustaba, la gente que había conocido en esta era maravillosa, eso sí no tenían nada que ver con Álvaro y con Bea, eran personas totalmente opuestas.

Dale Miénteme - JuantinWhere stories live. Discover now