Dale Miénteme - Juantin

29

—Ya lo he echado—dijo Ruslana tras volver a su habitación donde se encontraban Martin y Chiara con una caja de pañuelos autoconsolándose.

—Bien, he deserves it—dijo la menorquina mientras se sorbía los mocos, aunque trató de utilizar un tono de enfado.

—Ahora vamos a pasar un día de puta madre los tres, ¿me ois? Que les den a esos dos, que no valoran lo que tienen delante.

Y así fue, Martin, Chiara y Ruslana pasaron aquel domingo los tres juntos sin separarse por más de tres minutos. Estuvieron en la habitación de la pelirroja escuchando música mientras jugaban a probarse su ropa haciendo las combinaciones más estrafalarias que se puedan imaginar y al menos hacer el tonto como si no hubiese mañana les sirvió para olvidar sus problemas amorosos. Pero entorno a la hora de comer Martin recibió varios mensajes y cometió el error de mirar su móvil.

JJ Bona Muah

Martin
Por favor, ¿podemos hablar?

Martin se quedó mirando la pantalla del teléfono con las manos temblorosas y el corazón bombeando con fuerza, no sabía que responder. Sabía que en algún momento tendría que hacerle frente pero no estaba preparado para ello en ese momento. Sin embargo, el chico debió verle en línea y que no respondía porque siguió mandandole mensajes.

Venga por favor
Solo te pido que me des dos minutos
Y no te molesto más

Kiki vio como las lágrimas afloraban de nuevo en los ojos de su amigo y le cogió el móvil para apagarlo. Pensó que en este momento lo mejor sería hacer bomba de humo, si no veía lo que el maño le escribía podría evadirse de lo sucedido. Sin embargo, pese a que Martin intentaba hacer verdaderos esfuerzos por conseguir no pensar en ello, la imagen de esa misma mañana se le había quedado grabada a fuego en su cabeza. Le había dolido mucho más de lo imaginado y a su vez se sentía mal consigo mismo por ello.

Juanjo y él habían acordado no tener nada serio, por lo que ambos podían hacer lo que quisiesen con otras personas sin estar traicionandose, y sin embargo sentía un dolor en el pecho solo de pensarlo. Él no quería estar con nadie más, y había llegado a pensar que se estaba convirtiendo en alguien importante dentro de la vida de Juanjo, pero al parecer no era así. Además el chico no solo se había acostado con otra persona, sino que además y en parte fue lo que más le dolía había olvidado su quedada (porque se negaba a llamarlo cita a partir de ahora) y todo por un polvo.

A la mañana siguiente Ruslana le despertó para ir a clase, puesto que no se había sentido con las fuerzas suficientes para encender su teléfono y volver a esa realidad que tanto le asustaba. A lo largo de la tarde y tras reflexionar con sus amigas, Martin había tomado una decisión. Hablaría con Juanjo y cortaría de raíz aquello que se llevaban entre manos puesto que Martin se estaba enamorando del maño a una velocidad sorprendente y lo último que necesitaba en su vida era meterse en problemas amorosos que terminasen por fortalecer aún más si cabe sus traumas y pensamientos intrusivos tales como que nunca sería suficiente para nadie.

Así pues, trataría de distanciarse de Juanjo como había hecho Kiki de Violeta, al menos durante un tiempo. Era consciente de que compartían el mismo grupo de amigos por lo que sabía que no iba a ser fácil evitarlo siempre y no quería joder su amistad con Bea y Álvaro quien en poco tiempo se habían convertido también en apoyos fundamentales en Madrid.

Ese día Martin disfrutó y aprovechó las clases al máximo, pues le vino bien tener la mente en otro lugar. Estuvieron ensayando para el musical y pese a que las primeras clases de baile fueron un poco caóticas para la mayoría tanto él como Ruslana destacaron sobremanera. Ambos eran capaces de captar en seguida la coreografía, el ritmo y quedarse con todos los movimientos integrados en su cuerpo por lo que al terminar la clase Vicky les dijo que los había visto muy bien y que estaba encantada de contar con ellos en las clases. También les tranquilizó diciéndoles que confiaba plenamente en ellos para que llevasen los papeles principales del musical.