Borrar heridas.

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Gabriela

Eran la 7:30 de la mañana cuando me despertaron los ruidos fuera de la habitación, parecía que había una banda tocando en el pasillo. Perezosa me levanté, y torpemente llegué hasta la puerta, cuando iba a girar el pomo, alguien desde el otro lado abrió con fuerza, el dolor en mi nariz se convirtió insoportable.

- ¡Por la diosa Luna! Le ruego me perdone, por favor - cuando abrí los ojos desde el suelo me encontré con una de las chicas de servicio de la casa, su cara reflejaba preocupación y pánico.

Hice un ademán con la mano mientras con la otra me sobaba, restándole importancia.

- ¿Por qué hay tanto ruido? - le pregunté mientras me incorporaba.

- Luna, hoy viaja el Alpha, y al ser un viaje tan largo hay que preparar muchas cosas - me ayudó con una mano a levantarme por completo - Justo venía a despertarla por orden del Alpha, tiene que preparase y desayunar, salen dentro de hora y media - se rascó la nuca, y miró mi maleta vacía, abierta de par en par en la cómoda - Oh, ¿quiere que le prepare la maleta? -.

- ¿Tienes buen gusto para la moda? - pregunté divertida - si es así, me harías un gran favor, ayer ni me acordé - miré el reloj de la mesilla, el tiempo por la mañana siempre vuela.

Me fui casi corriendo de la habitación dándole las gracias a la chica. Había mucho desorden en el pasillo, mas que un viaje parecía una mudanza.

Cuando llegué al comedor todos estaban en sus respectivos asientos. Me senté dando los buenos días y miré con ansias los pancakes con Nutella que estaban colocados en frente de mí. Jacob se tomaba su café como de costumbre mientras hablaba de la otra manada con Erick, mientras que Coral escuchaba un vídeo en el móvil de Erick. Cuando terminamos, fui la última en levantarme.

- Te veo en el hall dentro de 15 minutos - Jacob y su tono agrio hicieron eco en el comedor.

- ¿15 minutos? - casi grite, alterada porque no me daba tiempo, de hacer todo lo que me quedaba por hacer.

- Haberte despertado antes - Jacob pasó por mi lado sin mediar ninguna palabra más.

Habían pasado 30 min, desde la habitación podía oír el berrinche que tenía Jacob, ya ni quería bajar.

Me mire por última vez en el espejo y revisé que lo tenía todo. Mi aseo, mi ropa, mis libros... todo estaba en orden.

Uno de los mastodontes llevó mi maleta hacia el hall, apresurándose a mí seguramente con mas miedo que yo de Jacob. Sus ojos amarillos con destellos rojos me confirmaba lo enfadado que estaba, me agarró del brazo y casi que me arrastró al coche.

- Déjame, me estas haciendo daño - intenté zafarme - ¡Para joder! - se paró en seco delante de la puerta del coche.

- Si te digo una hora es una jodida hora - espetó - llegaremos tarde por tu culpa y esto es muy importante Gabriela, empieza a comportarte como la Luna que eres - se sentó enfadado en la parte del copiloto.

Erick conducía y Coral y yo íbamos detrás.

- Si te has levantado con el pie izquierdo no la pagues con los demás - me crucé de brazos, moleta.

Coral me miró con desaprobación , reclamándome por haberle hablado así a Jacob. Maldita chucha traicionera.

Durante el viaje en coche estuvimos en silencio, con las noticias en la radio, pero sin prestarle atención pues daba la sensación de que cada uno de nosotros estaba sumergido en sus pensamientos.

Cuando llegamos al aeropuerto, Jacob me agarro de la mano desde que nos bajamos del coche. Si todavía pensaba que me podía escapar, tenía razón, pues ganas no me faltaban. Mientras los chicos facturaban Coral y yo nos sentamos en los bancos frente a sus miradas.

- Últimamente ya casi ni hablamos - la miré.

- Ya, es que, con esto de la transformación y todo lo que ha pasado no se como sentirme - giré la mitad de mi cuerpo hacia ella, prestándole más atención - además de los problemas que tuve con Erick y sus celos infernales - miró hacía él, puso una mueca de tristeza - pero, ¿sabes? a pesar de ello, lo amo y me vuelve loca con solo mirarme, siento todo como la primera vez que lo vi y mas ahora que soy una mujer loba -.

En su cara se reflejaba la alegría y la tristeza a la vez, sin embargo, sabia que me estaba diciendo la verdad. Erick y Coral se aman, Erick la cuida más que a nada ni nadie y la consiente siempre que ella le pide algo. Miré a Jacob, cuánto me gustaría que el cambiara, que fuera mas atento conmigo y que no tuviera tantos cambios de humor. Aunque no podemos estar ni un día entero sin discutir, este lazo hace que lo quiera y que lo anhele.

Al sentir mi mirada Jacob me miró serio, con su semblante de siempre, nuestras miradas conectaron y sentí que con sus ojos me preguntaba que estaba pasando. Deje de mirarlo y volví mi atención a Coral.

- Sabes que puedes contar conmigo para lo que tu quieras, es bueno desahogarse para que los problemas pesen menos, ya sabes lo que nos enseñó abuelo - las dos sonreímos nostálgicas al recordemos nuestra infancia y aquellas tardes de historias en el banco de cemento que estaba hecho en el jardín de nuestra casa.

Ya en el avión, Jacob se sentó al lado mío y Erick y Coral hablaban animadamente en los asientos de al lado.

- No me has dicho ni a donde vamos - miré a Jacob.

- Vamos lejos de casa - abrió su ordenador y se dispuso a escribir sus asuntos.

- Ojalá me dieras la mitad de atención que Erick le da a Coral - me recosté dándole la espalda, hacia la ventana.

Escuché como resopló.

- Un día no quieres y al otro sí. Gabriela no hay quien te entienda - me agarró del brazo, esta vez suavemente, para girarme hacia él.

Cuando estuvimos casi frente a frente con su pulgar me acaricio la mejilla, este chico tiene unos cambios de humor dignos de estudio.

- Erick no siente por Coral ni la mitad de amor que siente un Alpha por su Luna - me atrajo mas hacia él, y recostando mi cabeza en su hombro se dispuso a volver a sus asuntos.

Caí rendida del sueño.

Jacob

Alemania no era mi viaje de ensueños. Mire a través de la ventaja el aterrizaje, los copos de la misma retrataban el frío bajo cero.

Gabriela se encontraba leyendo un thriller, estaba tan sumida en las letras que no se había percatado de que ya teníamos que salir.

- Gabriela - llamé su atención, ella asintió con la cabeza sin mirarme - ya vamos a bajar -.

Miró a su alrededor, Erick y Coral ya se estaban levantando para coger sus maletas de mano cuando Erick se golpeó con la puerta en la cabeza, Coral preocupada observó su herida la cual se curó al instante y ambos empezaron a reír.

Las palabras de Gabriela retumbaron en mi cabeza. Si tan solo supiera que por ella soy capaz de matarme a mí mismo.

El amor es extraño y nunca actúa de manera predecible, cada cuál vive su amor como lo siente y como es. Yo sé que ella busca un amor cálido, sin embargo, soy frío. El amor que siento por ella no ha podido borrar las huellas de mi pasado, los humanos son una especie destinada a la extinción por ellos mismos, son invencibles hasta que se topan con alguien como ellos.

Cuando mataron a mis seres queridos juré venganza, y la obtuve, pero ni eso ha podido eliminar el odio tan insaciable que llena de ira mi corazón. La aparición de Gabriela no estaba prevista, y menos aún que fuera humana.

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⏰ Last updated: Apr 16 ⏰

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Estúpida HumanaWhere stories live. Discover now