Estaba en nuestro destino

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Jacob


Erick y yo nos miramos mutuamente sin saber que pasaba ¿por qué lloran? ¿acaso se conocen?.

La abuela se hizo a un lado, haciéndonos pasar. Tuve que darle un empujoncito a Gabriela para que dejara de llorar y de mirar a la abuela.

La abuela estaba en el centro del salón, y Coral junto con Gabriela en frente. Le hice una seña a Erick para que no interrumpiera, quería saber qué tanto misterio había.

- Abuela...- Gabriela fue la primera en abalanzarse  sobre ella. Por un momento pensé que se caían al suelo, pero la abuela es fuerte.- ¿Que haces aquí?¿Y el abuelo?- La abuela no dijo nada, solo miró al suelo y después de unos segundos a las chicas.

Éstas se miraron y empezaron a sollozar cuando la abuela habló por primera vez.

- Es mejor no hablar de eso niñas, estaba en el destino que las cosas sucedieran así y les debo explicaciones- se sentó en uno de los sillones e hizo señas a todos los presentes para que se sentaran.

Cuando ya todos estábamos sentados mire a Gabriela, pude sentir su dolor a través de la marca, pero ella es muy fuerte y su carácter no permite demostrarse débil así misma, a pesar de que llorar no es de débiles.

- Bien, primero que todo, soy una bruja- Las chicas se sorprendieron, a diferencia de nosotros que ya lo sabíamos desde hace tiempo. A decir verdad no pensé que la abuela Sauce fuera quien crió a mi mate- y no soy su abuela, aunque el cariño que les tengo me diga lo contrario- las chicas fruncieron el ceño, miré a Erick quien se mostraba preocupado por su mate.

Gabriela

Todo esto es como un balde de agua fría, primero nos la encontramos en la manada, segundo nos dice que es bruja y para rematar nos confiesa que ni siquiera es nuestra abuela.

- La Diosa Luna fue quien me pidió que cuidara a las mates de los chicos más importantes de la manada, ella misma mediante visiones me dijo que ustedes tenían que criarse como niñas normales, sin saber nada acerca de este mundo- hizo una pausa y me miró- aunque ella no contó con que tú, Gabriela fueras tan curiosa - se rió mínimamente, como extrañaba su risa-mis esfuerzos por hacerte creer que todas esas historias eran simple fantasía fueron en vano, hasta que finalmente vuestros mates os encontraron- ahora miró a Coral, se levantó y se acercó a ella.

Sabía que Coral se aguantaba las ganas de llorar, al igual que yo, pero fue cuandpo la mano de la abuela rozó su mejilla cuando la gota colmó el vaso.

- Mi pequeña niña inocente, siempre fuiste la más tranquila, la más bondadosa y la más sosegada pero también tienes tu carácter y ahora es el momento para sacarlo a la luz. En mis predicciones está que te conviertas en una hermosa loba blanca- ¿qué?¿ Coral es una mujer loba?. Erick se levantó se su silla desconcertado y la abuela le puso la mano encima, ordenandole con la mirada que se calmara.

- ¿Cómo va a ser eso posible?- dijimos Erick y yo al mismo tiempo. Miramos a la abuela quien se dio la vuelta y se dirigió hasta una estantería llena de libros. De allí sacó una especie de álbum.

Lo abrió, por una página marcada y nos lo mostró. Había una foto de una mujer, una hermosa mujer con un extremo parecido a Coral, por no decir que eran la misma persona.

Coral se levantó de su sitio y se acercó lentamente. La abuela le dio el álbum y ella frunció el seño pero al instante suavizó la expresión.

- ¿Ella es mi madre? - Coral no dejaba de mirar curiosa la foto, me dieron ganas de abrazarla, mi primita era una mujer loba. Erick se me adelantó y se sentó junto con ella.

- Y tú, pequeño trasto- me reí pues sabía que mi abuela se dirigía a mí- aunque tu no seas una mujer lobo, eres la Luna de esta manada, y sé que vas a cumplir como la reina que eres. Sabes que eres muy fuerte, muy luchadora, además de tener un carácter duro como el sauce del que vengo. Tu personalidad te va a conceder ser dueña de algo muy grande que tú y Jacob vais a construir. En mis predicciones está, que esta manada se convertirá en una más poderosa de lo que es, pero sobre todo será una manada unida, como sus fundadores.

No entendía lo que decía, pero algo en el pecho me decía que así iba a suceder. Abracé a la abuela cuando de repente la puerta se abrió de golpe. Un chico delgado y morocho se acercó agitadamente a Jacob y le susurró algo al oído que solo Erick pudo escuchar.

-Chicas- la abuela se dirigió a nosotras- creo que es momento de marcharse. Recuerden no dejarse llevar por la ira, y también recuerden estar unidas como siempre-.

Las dos la abrazamos y cuando Jacob y Erick se despidieron nos marchamos a la mansión. Ninguno decía nada, podía sentir la tensión de Jacob

Al llegar, intente hablar con Jacob pero él no hacia mas que ignorarme. Cuando subimos a la segunda planta los dos se fueron al despacho. Coral y yo nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones molestas por la actitud de nuestros mates.

Llene la bañera de agua, me quite la ropa y deje que el agua envolviera. Hoy ha sido un día lleno de sorpresas, al final ni vengarme pude. Supongo que Coral necesita estar a solas después de la noticia de lo que realmente es y de su origen.

Después de media hora, salí, me vestí con un pijama de algodón puesto que al caer la
noche las temperaturas bajaron demasiado, se nota que se acerca el invierno.

Bajé a la cocina donde estaban Betty y Jacob hablando, algo dentro de mí me pedía arrancarle los pelos falsos a Betty pero me contuve, pensé que mi indiferencia le dolería más a Jacob.

Entré y sentí la mirada de los dos, además dejaron de hablar. Abrí la nevera y cogí un zumo y unos huevos. Empecé a batir los huevos cuando sentí una mano en mi brazo.

- No hace falta que hagas eso, la cocinera te lo hará solo pídeselo- Jacob intentó quitarme la varillas de las manos pero no le dejé y le miré desafiante.

- Quiero hacerlo yo, gracias - me volteé y seguí con lo mío.

- Vamos a mi despacho a hablar Betty - soltó Jacob después de haber suspirado de frustración.

Al final me dolió más a mí su indiferencia. Solté la varilla y los seguí, dispuesta a pedirle una explicación.

Justo llegué cuando cerraron la puerta.

- Entonces, ¿que harás con ella? Es frágil y débil, no está preparada para lo que se viene encima - si se refería a mí, quería matarla.

Me acerqué más a la puerta.

- La llevaré al apartamento de New York, bajo vigilancia estará segura hasta que todo esto pase - sentí que sea acercaba y escuché la silla rodarse.

- ¿De verdad tú la quieres Jacob? Es tu mate pero se que nunca la quisiste encontrar y que además, no soportas su presencia por ser humana, te queman demasiado los recuerdos- algo de mí tenia miedo a su respuesta y aún más a que fuera sincera.

- Si la quiero, nuestro lazo va más allá del amor que ella conoce, pero tienes razón, a veces me cuesta la vida soportar su condición y quizá muchas veces rechace estar con ella, pero muchas otras veces mi lobo me pide que me sacie de ella y de su frágil cuerpo - y como un balde de agua fría que cayó sobre mí. Por segunda vez, algo dentro de mí se rompió.

- Oye ¿no hueles a quemado? - dijo Betty.

Cuando quise reaccionar ya estaba en el suelo ya que Jacob abrió la puerta abruptamente.

Me miró fríamente y bajó rápidamente a la cocina, cuando recordé que había dejado el aceite en el fuego.

- Eres un desastre estúpida humana - y como si no estuviera pasó sobre mi, pisándome la pierna.

Me levanté y bajé corriendo las escaleras, cuando vi el horrible espectáculo quise que la tierra me tragara.

Estúpida HumanaWhere stories live. Discover now