La cena

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Después de unos días las heridas se curaron, solo me traían la comida y no había visto a nadie más que a la sirvienta que se llama Laura. Ya me estaba empezando a desquiciar.

Jamás pensé acabar así, yo quería a mi príncipe azul no a un idiota que ni si quiera me habla ni se preocupa por mí.

He oído voces unas cuantas veces por el pasillo pero nada más allá.

Ni siquiera he vuelto a ver al jardinero por la ventana.

Me agobia no saber qué pasa a mi alrededor.

– Gabriela – me sobresalté, estaba tan absuelta en mis pensamientos que ni siquiera oí la puerta.

– Vaya, por fin te acuerdas de que me tienes encerrada – dije mirando la ventana sin siquiera girarme.

Carraspeó.

– Ya...bueno, te levantaré el castigo. Esta noche bajarás a cenar en la mesa. Te quiero ver sentada a las 9. – pasaron unos segundos en silencio – Gabriela contéstame y mírame cuando te hablo – me giré.

– Si señor ¿Desea algo más? Porque ya se puede largar – por un momento olvidé con quién estaba hablando.

Se fue sin decir nada, sin siquiera dirigirme una mirada de fastidio ni nada. Eso sí que es raro.

Miré la hora en un pequeño reloj en la mesilla de noche. Las 8, tengo el tiempo suficiente pensé.

Me duché en el pequeño baño que hay en la habitación, gracias a este he sobrevivido limpia. Y elegí un conjunto en el armario que solo tenía unas cuantas prendas: dos pijamas, dos camisas, dos pantalones y un vestido, además de la ropa interior. Aunque estos días he estado con el pijama.

Me decidí por el vestido rojo sencillo y las únicas sandalias que tenía aquí.

Miré de nuevo el reloj, 8 y media, bajé, ya que la puerta estaba abierta. Mierda, me perderé en esta mansión.

Hay unas escaleras hacia abajo y estás en un segundo piso, utiliza el sentido común estúpida.

Bajando por las escaleras me encontré con Erick, quien subía.

- Vaya Luna está muy bella- me dijo cortés.

Y solo podía pensar en dos cosas: Luna y mi prima Coral.

-Maldito hijo de puta ¿dónde está mi prima? ¿Que hiciste con ella?- Le agarré la muñeca y le miré fijamente esperando a que respondiera.

Él con toda la tranquilidad del mundo me respondió.

-Cálmate Gabriela, tu prima es la persona más feliz del universo, está abajo, estoy seguro que te espera. Ve - y con esto me dejó perpleja en mi lugar y se perdió por el pasillo.

Bajé lo más rápido que pude, encontrándome con el pasillo de la entrada. Pasé la puerta del salón y allí estaba ella ayudando en poner la mesa junto con las sirvientas.

- Coral - nuestras miradas se conectaron y sentí ganas de llorar, estaba muy preocupada por ella.

Dejó todo lo que cargaba en la mesa y se abalanzó sobre mí.

- Te he echado mucho de menos, el Alpha no me dejaba entrar a la habitación. No sabes cuanto le supliqué a él y a Erick, pero uno me dijo que tenías que cumplir tu castigo y el otro me dijo que solo cumplía órdenes por más que le doliera- dijo todo eso casi sin respirar - ¿cómo has estado? ¿super aburrido verdad? de verdad que he querido ir a verte y estar contigo- la interrumpí.

- Tranquila, te creo, lo importante es que ya estamos juntas- la volví a abrazar cuando unos gritos nos asustaron.

- ¡Te he dicho que no! y esa es mi última palabra-

Por las escaleras bajaba una mujer rubia, muy guapa y seguido de ella Jacob, bastante enfadado. Sin darme cuenta y sin explicación unos pequeños celos se instalaron en mí.

Mi prima se acercó a mí y me dijo bajito:

- Esa es su hermana, Anastasia, casi nunca esta aquí pero cuando está es un maldito grano en el culo para cualquiera- no pude evitar reír -y también odia a los humanos, según me dijo Erick, toda su familia odia a los humanos y que tú, la Luna de esta manada seas una, causa furor entre la manada y problemas con la familia-

- Espera, ¿ya lo sabes todo? ¿ya me crees cuando te dije que son hombres lobos?-

-Sí claro, ya Erick me lo ha dicho todo- su sonrisa fue más grande que su cara.

Jacob y Anastasia siguieron discutiendo pasando por el salón y saliendo a lo que creo es el jardín. Ni siquiera se inmutaron por mi presencia, ni me miraron.

De pronto empecé a sentirme mal, muy mal y al parecer Coral también ya que las dos caímos al suelo.

En nuestro campo de visión apareció un chico muy muy guapo, pelinegro y con ojos azules, una mirada muy intensa y profunda, una mirada que hechiza.

Relajó sus facciones y se empezó a reír, una risa sutil y burlesca.

- Supongo que por vuestra debilidad son humanas ¿verdad?- ya me sentía normal y éste estiró la mano para ayudarme, la cual acepté.

Hizo lo mismo con Coral, pero sin embargo ésta no la tomó y se levantó ella sola, dando una mirada de odio al chico, ¿por qué sera que la chica más simpática del universo haya hecho eso?.

Justamente apareció Erick ya vestido de formal y agarrando a su mate de manera posesiva en cuanto vio que el desconocido se encontraba presente.

- Veo que al final viniste Edward- dijo con repugnancia Erick.

Edward lo miró de una forma altanera y burlesca y luego dirigió una mirada seductora hacia mi.

- Como iba a perderme conocer a esta preciosa chica- me tomó la mano y la besó.

Automáticamente me ruboricé bajo la mirada de todos. Edward solo dejó ver una media sonrisa mientras seguía agarrando mi mano.

- Suéltala Edward - vociferó un muy enfadado Jacob a mis espaldas.

Estúpida HumanaWhere stories live. Discover now