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Me sumergí en la organización de los papeles en mi oficina, tratando de mantener mi mente ocupada y alejada de los problemas que me aquejaban. Sin embargo, el sonido del teléfono interrumpió mi concentración, y lo dejé pasar, priorizando mis tareas.

Fue entonces cuando vi a Charles entrar por la puerta, y no pude evitar comentar con una sonrisa sarcástica:

-La prensa se volverá loca al verte entrar aquí-

Él se acercó con una expresión tranquila pero determinada.

-Solo quería verte-, admitió con sinceridad, y sentí una mezcla de emociones al verlo tan cerca.

Levanté una ceja, tratando de ocultar mi nerviosismo mientras continuaba con mi labor.

-¿Nervioso por Bahréin?-, pregunté, intentando desviar la atención de nuestro encuentro hacia un tema más neutral.

Charles negó con la cabeza con confianza.

-No lo estoy-, respondió con seguridad, pero su cercanía me hizo sentir un cosquilleo en el estómago.

Antes de que pudiera responder, Charles tomó suavemente mi cintura, y su contacto me hizo sentir una oleada de calor que recorrió todo mi cuerpo.

-Te ves preciosa...-, susurró con dulzura, y por un momento, me sentí abrumada por sus palabras.

Antes de que pudiera reaccionar, mi teléfono volvió a sonar, rompiendo el hechizo del momento. Me alejé apresuradamente hasta mi escritorio y contesté, encontrándome con la voz de Catalina al otro lado de la línea.

La voz de Catalina al otro lado de la línea me tomó por sorpresa, y un nudo se formó en mi estómago al escuchar sus palabras cargadas de sarcasmo y reproche.

-Hay, hermanita, ¿Tanto te urgía mi partida? Ahora estás hasta con mi ex... ¿Te dijo algo? Ambos son tal para cual-, me dijo con una voz que me dejó helada.

Tratando de mantener la compostura y evitar que Charles notara mi nerviosismo, respondí con falsa calma:

-Llamaré en otro momento y lo atenderé-, antes de colgar bruscamente.

Cuando volví a mirar a Charles, noté que su mirada estaba llena de preocupación.

-¿Estás bien?- preguntó con suavidad, acercándose a mí con una expresión de genuino interés.

Asentí rápidamente, forzando una sonrisa para ocultar mis verdaderos sentimientos.

-Sí, todo está bien- respondí, intentando mantener la compostura a pesar de los tumultuosos pensamientos que corrían por mi mente.

Charles pareció notar mi incomodidad, pero optó por cambiar de tema.

-Vamos a comer, ¿te parece?-propuso, ofreciéndome una salida de la tensa situación en la que nos encontrábamos.

Agradecida por su gesto, asentí con la cabeza y le seguí fuera de la oficina, tratando de dejar atrás las preocupaciones y centrarme en el momento presente. Sin embargo, el eco de las palabras de Catalina seguía resonando en mi mente, recordándome que algunos fantasmas del pasado eran difíciles de ignorar.

Mientras nos dirigíamos hacia el restaurante, traté de apartar de mi mente el incómodo encuentro telefónico con Catalina y centrarme en el presente. Al llegar, mis ojos se encontraron con Carlos, el compañero y mejor amigo de Charles, lo que desató una mezcla de emociones en mí.

Charles se adelantó y saludó a Carlos con entusiasmo.

-Carlos, ella es Annia-, anunció con una sonrisa, presentándome con amabilidad.

Intenté mantener la compostura mientras extendía la mano hacia Carlos.

-Mucho gusto, Carlos-, expresé con cortesía, aunque por dentro me sentía un poco abrumada por la situación.

Carlos devolvió el gesto con una sonrisa amigable.

-Annia, mucho gusto. Charles no para de hablar de ti-, comentó con un brillo travieso en los ojos, lo que me hizo sonrojar ligeramente ante la atención inesperada.

La camaradería entre Charles y Carlos me tranquilizó un poco, pero aún así me sentía un poco nerviosa ante la perspectiva de ser el tema principal de conversación entre los dos. Sin embargo, traté de mantener una actitud relajada y disfrutar del encuentro con los amigos de Charles.

Después de las presentaciones, Carlos nos invitó a unirnos a su mesa, y Charles y yo aceptamos con gusto. Mientras nos sentábamos, Carlos y yo comenzamos a conversar, y rápidamente la plática tomó un giro inesperado hacia el tema de Michael Schumacher, del cual no sabía mucho.

Carlos me lanzó una serie de preguntas sobre la carrera y los logros de Schumacher, y yo me sentí un poco incómoda al no saber cómo responder. Intenté disimular mi falta de conocimiento con respuestas vagas, pero era evidente que no estaba muy versada en el tema.

Después de un momento, decidí que era mejor retirarme un momento para recomponerme.

—Disculpa, necesito ir al baño un momento—dije con una sonrisa, tratando de ocultar mi incomodidad.

Mientras caminaba hacia el baño, me reprendí por mi falta de preparación. Me detuve frente al espejo y comencé a retocarme el maquillaje, tratando de encontrar una manera de salir airosa de la situación cuando regresara a la mesa.

POV'CHARLES

Mientras veía a Annia retirarse hacia el baño, sentí que era necesario aclarar la situación con Carlos.
—¿Qué estás haciendo? Sabes que ella no sabe nada sobre lo de Schumacher, ni sobre los rumores—, le espeté con cierta molestia.

Carlos parecía sorprendido por mi reacción.
—Sí lo sabía Catalina, entonces ella también lo sabe —respondió con calma, pero su afirmación solo aumentó mi irritación.

—¡Ella no es Catalina! Ella jamás ha hablado sobre Schumacher y tampoco a confinado que el sea su verdadero padre—le repliqué, sintiendo cómo la tensión se acumulaba en mi interior.

Carlos parecía mantenerse firme en su posición.

—Entonces, ¿el secreto se lo llevó Catalina a la tumba? Por favor, Charles, ella lo sabe—me respondió con un tono de incredulidad.

Antes de que pudiera formular una respuesta, Annia regresó y preguntó con curiosidad:

—¿Saber qué?—

Me sentí momentáneamente abrumado por la situación, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicar la confusión que se estaba desatando. Sin embargo, en ese momento, me di cuenta de que era necesario abordar el tema de una vez por todas, aunque me resultara incómodo.

Al escuchar la pregunta de Annia, traté de intervenir con un tono de sarcasmo para aliviar un poco la tensión.

—Oh, es que Carlos piensa que sabes cosas sobre Michael porque tu padre es el famoso Mika Häkkinen— dije con una risa forzada, tratando de desviar la conversación hacia un terreno más ligero.

Annia se sentó con una expresión reflexiva.

—Pues mi padre no habla de eso...—admitió, dejando entrever que mi comentario no estaba tan alejado de la realidad como había intentado hacer parecer.

Carlos, sin embargo, persistió en su línea de interrogatorio.
—¿Y tu madre? ¿Eran amigos, no?—inquirió con curiosidad.

Annia pareció incomodarse ligeramente ante la pregunta.
—Bueno, mamá casi no habla de eso, tal vez por todo lo que rodea a Michael... Por respeto, creo—respondió con cautela, revelando una faceta desconocida de su relación con el legendario piloto

Immortal She - CHARLES LECLERC -+18Where stories live. Discover now