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Me despierto en medio de la noche y me doy cuenta de que Charles no está en la cama. Salgo de la habitación y lo encuentro en la sala, visiblemente ebrio, con una botella de whisky en la mano.

-Charles... no podrás correr mañana- le digo con preocupación mientras me acerco.

Él se gira hacia mí y me sonríe con una expresión lánguida. 

-Ven, mi amor, siéntate- murmura, abriendo sus brazos.

Dudando un momento, me siento en su regazo, pero su siguiente comentario me congela por completo. 

-Mírate, mi amor... eres preciosa, Catalina-, murmura, con la mirada perdida en el vacío.

La rabia y la incomodidad se apoderan de mí al escuchar ese nombre. Me levanto de un salto, sintiendo una furia ardiente en mi pecho. 

-¡No soy Catalina, jamás me digas así!- le grito, sintiendo el impulso de abofetearlo.

Charles se tambalea, sorprendido por mi reacción. 

-Annia... lo siento-murmura, con voz entrecortada por el alcohol. Intenta alcanzarme, pero me alejo de él, con el corazón latiendo con fuerza y la mente llena de confusión y dolor.


Charles me mira con ojos vidriosos, su semblante reflejando una tristeza profunda. 

-Creo que voy a estar enamorado de ella toda mi vida-, murmura, como si estuviera hablando consigo mismo.

Mis labios se entreabren en shock. 

-¿Es en serio?-pregunto, incapaz de ocultar mi sorpresa y dolor.

Él asiente lentamente. 

-Ojalá tú fueras ella... sí, me gustabas, pero yo la amaba a ella-, confiesa con sinceridad, sus palabras golpeándome como un puñal en el pecho.

Me quedo paralizada, sintiendo cómo se desmorona mi mundo. 

-Ve a dormir-, logro articular con voz temblorosa, incapaz de sostener su mirada por más tiempo.

Charles asiente y se dirige a la cama, ajeno al torbellino de emociones que me consume. Aprovecho ese momento para empacar en silencio, mis lágrimas cayendo sobre las prendas mientras las doblo con manos temblorosas. Escribo una carta para Charles, intentando plasmar mis sentimientos en palabras, pero antes de dejarla sobre la mesa, una oleada de desesperación me lleva a revisar su teléfono.

Lo que encuentro allí me deja sin aliento. Conversaciones, llamadas, mensajes con Catalina. Mi corazón se rompe en mil pedazos al descubrir la traición que se ha estado gestando a mis espaldas.

Con Jules en brazos, envuelto en una manta, tomo mi bolso y salgo del hotel, dejando atrás todo lo que una vez consideré seguro y familiar. Las lágrimas siguen cayendo, pero ahora no hay lugar para la duda o la indecisión. Es hora de alejarme y proteger a mi hijo, incluso si eso significa dejar atrás el amor que una vez creí que sería eterno.

POV'CHARLES

Me despierto con una resaca infernal, mi cabeza parece estar a punto de estallar. Parpadeo lentamente, tratando de enfocar mi visión borrosa, y me doy cuenta de que estoy solo en la habitación de hotel. Un escalofrío recorre mi espalda al notar el silencio que reina a mi alrededor.

Me siento en la cama y frotándome los ojos, intento recordar qué hora es y por qué todo está tan callado. Entonces, como un balde de agua fría, recuerdo que hoy es el día de la carrera. Salto de la cama, alarmado, y comienzo a buscar frenéticamente mi teléfono para verificar la hora.

-Annia, ¿estás despierta?-, llamo, mi voz sonando ronca por la resaca. Pero no hay respuesta. Mis ojos escudriñan la habitación, buscando alguna señal de ella, pero solo encuentro el vacío y el desorden dejado por mi descuido.

Me dirijo hacia la entrada de la suite, y mi corazón se hunde al ver una carta sobre la mesa, junto a mi teléfono. Un presentimiento de terror recorre mi cuerpo mientras mi mano tiembla al recogerla. Con manos temblorosas, abro la carta y comienzo a leer, cada palabra perforando mi alma como una daga afilada.-

-Charles...- murmuro para mis adentros, mi voz apenas un susurro cargado de desesperación. La realidad de lo que ha sucedido se hunde en mí como un peso insoportable, y una mezcla de culpa, arrepentimiento y angustia me consume por completo.

Charles,

No puedo quedarme más tiempo. No puedo seguir soportando este tormento emocional. Me duele en lo más profundo de mi ser descubrir la verdad, pero ya no puedo ignorar lo que he encontrado.

He sido testigo de las llamadas, los mensajes y las conversaciones que has mantenido con Catalina. Sé que todavía la amas, y eso es algo que no puedo cambiar ni superar. Me siento como una sombra en tu vida, una sombra de lo que ella fue para ti.

Aunque me duele, he decidido irme. No es justo para ninguno de los dos seguir fingiendo que todo está bien cuando claramente no lo está. Necesito tiempo para sanar, para encontrar mi propio camino lejos de esta confusión y dolor.

Jules y yo nos iremos juntos. No quiero que te preocupes por nosotros. Encontraremos nuestro propio camino y espero que puedas encontrar la paz y la felicidad que tanto mereces.

Por favor, no intentes buscarnos ni contactarnos. Necesito este tiempo lejos para poder sanar mis heridas y seguir adelante. No te culpo por lo que sientes, pero no puedo quedarme aquí y ver cómo te aferras a un pasado que ya no está presente.

Espero que algún día puedas encontrar la paz y el amor que buscas, incluso si no es conmigo. Te deseo lo mejor en todo lo que hagas.

Con amor y dolor,

Annia

Sin fuerzas para continuar, me dejo caer en una silla cercana, con la carta y el teléfono todavía en mi mano. Mis ojos se llenan de lágrimas mientras el vacío de su ausencia se cierne sobre mí con una dolorosa claridad.


POV'Annia

mientras observaba el festejo de George en el podio, traté de dejar de lado todo lo relacionado con Charles. Sonreí mientras cargaba a Jules, tratando de alejar de mi mente cualquier pensamiento que pudiera desencadenar el dolor que estaba tratando de superar.

Mick se acercó a mí, aparentemente asombrado por la situación. 

-No puedo creerlo...-, musitó. Mis labios se tensaron levemente, y respondí con firmeza, 

-No quiero hablar de Charles. Su nombre queda prohibido en esta conversación.-

Mick asintió con comprensión antes de cambiar de tema. 

-Entonces, ¿aceptarás regresar a la Fórmula E?- Su pregunta me tomó un poco por sorpresa, pero rápidamente me di cuenta de que era una oportunidad para dejar atrás este capítulo doloroso de mi vida. 

-Sí, esta noche me quedaré con George, y me iré mañana a Brasil con Jules-, respondí decidida.

Mick asintió nuevamente. 

-Está bien, Annia... Puedes llamarme, ¿de acuerdo?-Agradecí su apoyo con una sonrisa forzada y un asentimiento. Aunque mi corazón aún estaba herido, sabía que necesitaba seguir adelante, por mí misma y por mi hijo.

Mick me abrazó con preocupación y me susurró al oído: 

-No estoy de acuerdo con que te vayas con George para vengarte de Charles-. Su sinceridad me golpeó de lleno, pero mi determinación no vaciló. 

-Necesito esto...-, respondí con una mezcla de tristeza y firmeza en mi voz.

En ese momento, vi a Charles caminando hacia donde estábamos, pero varios miembros de seguridad del box lo interceptaron de inmediato.

-Señor Leclerc, queda prohibida su entrada. Regrese a su posición en Ferrari-, le dijeron con firmeza. Observé la escena con una mezcla de alivio y pesar mientras me despedía de Mick y me dirigía hacia mi auto.

Immortal She - CHARLES LECLERC -+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora