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Han pasado dos días desde que Jules desapareció, y siento como si estuviera perdiendo la razón. He estado corriendo de un lado a otro, viajando a cada país donde Catalina podría haber llevado a mi hijo. He contratado investigadores privados, he puesto la cara de Jules en espectaculares, he hecho todo lo que está a mi alcance para encontrarlo, pero nada. Jules sigue desaparecido.

Estoy al borde del colapso, mi mente atormentada por la incertidumbre y el miedo. He llamado a Catalina, he implorado a la policía que investigue su paradero, pero todo es en vano. No encuentran ningún rastro de mi hijo, y la desesperación me consume.

Cada día se vuelve más oscuro, cada minuto que pasa sin noticias de Jules me lleva más cerca del abismo. Me siento impotente, perdida en un mar de angustia y desesperación.

Mi corazón se rompe en mil pedazos mientras miro la habitación vacía de Jules, esperando en vano que entre corriendo con su sonrisa traviesa. Pero no viene, y el silencio que lo rodea es ensordecedor.

No sé cuánto más podré soportar esta agonía, esta tortura de no saber si mi hijo está vivo o muerto. Pero mientras haya un hálito de esperanza, seguiré buscando a Jules, sin importar el costo, sin importar cuánto tiempo tome. Porque él es mi todo, mi razón de ser, y no descansaré hasta tenerlo de vuelta a salvo en mis brazos.

Estoy sentada en la estación de policía, con el corazón en un puño, esperando desesperadamente cualquier noticia sobre Jules. Cada minuto que pasa se siente como una eternidad, y el miedo me consume.

De repente, escucho las palabras que cambian todo

-Su hijo está en su departamento-

Charles y yo nos miramos con incredulidad, nuestras miradas llenas de esperanza y temor. Sin pensarlo dos veces, salimos corriendo de la estación de policía, con los oficiales detrás de nosotros.

Llegamos al departamento, y apenas tengo tiempo de abrir la puerta antes de que mis piernas me lleven corriendo hacia el sofá. Jules está sentado allí, ileso, con una expresión de confusión en su rostro.

-¡Mi amor, estás bien? ¿Te hicieron algo?- pregunto, mi voz temblorosa con la emoción contenida.

Jules me mira con calma y sonríe. 

-No, mami... tú me trajiste-, responde, su voz suave y reconfortante.

Mis ojos se llenan de lágrimas de alivio mientras lo abrazo con fuerza, sintiendo el calor de su cuerpo contra el mío. 

-Te extrañé mucho-, murmuro, mi voz ahogada por la emoción.

Entonces, me doy cuenta de que Charles está allí, observando la escena con una mezcla de alivio y alegría. Sin dudarlo, me vuelvo hacia él y lo abrazo también. 

-Papá, te extrañé mucho-, dice Jules, envolviendo a Charles en un abrazo sincero y lleno de amor.

La sala de estar del departamento está llena de tensión mientras los policías interrogan a Jules, quien está sentado junto a Charles, tratando de recordar los detalles de su captura y su liberación. Observo desde lejos, proporcionando más detalles sobre Catalina, cada palabra que sale de mi boca un recordatorio doloroso de lo que mi hijo y yo hemos pasado.

En medio de la tensión, la puerta se abre de golpe y entra George, su rostro pálido y sudoroso . Corre hacia mí y me abraza con fuerza, sus palabras llenas de alivio y emoción. 

-¡Regresó mi pedacito de cielo!-exclama, su voz temblorosa de emoción.

Sus palabras me reconfortan, pero la paz es efímera cuando saca una carta del bolsillo de Jules. La letra es de Catalina, y mientras la leo, siento un nudo en mi garganta y una oleada de rabia e incredulidad se apodera de mí. La carta dice:

"Querida Annia,

Durante años he soñado con tener la vida que tú tienes: un esposo amoroso, un hijo adorable. Pero en cambio, me has robado esa vida. No mereces la felicidad que tienes, no mereces a esa familia. Esa familia debería haber sido mía.

Te culpo a ti, Annia, por arrebatarme lo que siempre quise. Has sido egoísta, egocéntrica, y ahora pagarás por tus acciones.

Espero que algún día comprendas el dolor que has causado, y que te arrepientas de ello.

Con desprecio,

Catalina"

Mis manos tiemblan mientras leo las palabras llenas de odio y amargura. Mi corazón se encoge con la injusticia de las acusaciones de Catalina, pero sé que debo mantenerme firme y proteger a mi familia de cualquier peligro que ella represente.

George me mira con determinación, sus palabras son un bálsamo para mi alma herida. 

-Catalina es una loca. No le quitaste nada, ella lo dejó todo. Y sinceramente, eres mejor que ella, Annia. No dejes que sus palabras te lastimen, es una mierda- dice, su voz llena de apoyo y convicción. Me abraza una vez más, su calor y su firmeza me reconfortan en medio del caos emocional.

En ese momento, Jules corre hacia nosotros y se une al abrazo, sus brazos pequeños rodean a George con ternura. 

-George, te extrañé muchísimo-, dice, su voz llena de emoción.

George le devuelve el abrazo con amor. 

-Mi pedacito de cielo, te extrañé mucho también-, responde con cariño.

Mientras tanto, Charles y yo nos dirigimos a la cocina, donde podemos hablar en privado. Él tiene algo importante que decirme, algo que cambiará nuestras vidas para siempre.

-Annia, debes decirle...-, comienza Charles, su expresión seria.

Lo interrumpo con un gesto de la mano. 

-Lo sé... solo que quiero concentrarme en Jules"-respondo, mi mente aún procesando toda la información y las emociones que han surgido en los últimos días.

Charles me mira con preocupación, pero finalmente saca a relucir la verdad que ha estado guardando. 

-Annia... estás embarazada-dice, sus palabras llenas de seriedad.

Siento como si el mundo se detuviera por un momento. Mi corazón late con fuerza mientras asimilo lo que acaba de decir. 

-Sí, pero no sé si es tuyo o de George, y no necesito más trama- respondo con voz temblorosa, enfrentando la verdad con valentía y determinación.


Las palabras de Charles me sorprenden, su tono serio y decidido. 

-Annia... no quería hacerlo hoy... pero ya que nuestro hijo está con nosotros... quiero hacerlo bien, y quiero hacerlo casándome contigo- declara, mientras saca algo de su bolsillo.

Mis ojos se llenan de lágrimas ante la sorpresa y la emoción. No puedo creer lo que está sucediendo. Entonces, veo lo que sostiene en sus manos: un hermoso anillo.

Immortal She - CHARLES LECLERC -+18Where stories live. Discover now