23. Primer rechazo.

9.5K 843 499
                                    


Si quieren comenten, si les da la gana.

°°°°°°°°°°°°°°°

Pov Kendall O'connor.

No sé con exactitud cuanto tiempo llevo aquí, pero ya mis brazos empiezan a doler.

Sin embargo no planeo parar, si paro mi mente toma el control, y si mi mente toma el control...

Tonta...

Puño.

Estúpida.

Puño.

Jodidamente ridícula.

Puño, puño, puño.

Ilusa, eres tan malditamente ilusa, Kendall.

¿En que rayos pensabas?

Eres tan...

—Joven O'connor— habló la refinada voz que se la pasa merodeando por todas las pantallas de esta casa— Joven O'connor...— volvió a hablar, esta vez en un tono más cantarino.

—¿Qué sucede, Alex?—paro de golpear el saco de boxeo que está frente a mí para prestar atención.

La señorita Carmen está en la planta baja con uno de sus amigos, pregunta si puede dejarlo pasar.

—¿Cuál de ellos?— intento reprimir mis esperanzas, pero es inútil, obviamente desearía que se tratará de ella.

El morenito que siempre anda mostrando los brazos.

—Karim...—- susurro con decepción.

—¿Decir "morenito" es racista? Debería decir solo "Moreno" porque puede ser ofensivo, si es así, me disculpo, en mi sistema no esta ser...

—No quiero visitas— lo interrumpo antes de que empieza a divagar más y más.

—Se lo haré saber, Joven O'connor se despide alegremente.

Alex es un asistente virtual, un software diseñado por mamá que ayuda a todos en la casa con sus tareas, diría que la que más uso le da es Carmen para escuchar música y ver sus telenovelas mientras trabaja.

Alex puede andar por la casa conectado a cualquier dispositivo que utilice wifi y que le hayamos dado autorización, que son casi todas las habitaciones a excepción de la mía.

Su forma física permanece en el segundo piso, justo en el cuarto en el que fue creado por mi madre, y que ahora me pertenece.

—¡Buenas tardes!— mierda no.

—Dije que no quería visitas— vuelvo a golpear el saco, intentando a toda costa que Karim no vea mi rostro.

—Lo sé, pero llevo toda la tarde intentando hablar contigo y no contestas— se acerca— necesito que me acompañes a escoger un auto, quiero cambiar a tinto y... ¿qué rayos te pasó?— pregunta cuando ya está lo suficientemente cerca como para detallar mi rostro.

—Nada— intento ignorarlo— podemos ir otro día, hoy no...

—¿Estabas llorando?

—No.

No he llorado.

¿He tenido ganas? Sí.

Pero no lo he hecho.

Llorar es bueno.

Lo sé, pero me da pena.

—Tienes los ojos rojos, ¿por qué estás así?— pregunta preocupado acercándose más— Kendall, ¿qué sucede?— toma mi rostro entre sus grandes manos.

El desorden de ser Joven [+18]Where stories live. Discover now