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El destino de la sangre solo se cambia con la voluntad del corazón

-¡Hong JingPei! ¡Hong JingPei! ¿Aún no estás listo? - la puerta se abrió de golpe haciendo que el aludido diera un salto por la sorpresa.- La ceremonia es al atardecer y tú aún estás en esas fachas.

-Padre, por favor. Aún queda tiempo para prepararme... Déjame terminar de leer este libro... - Hong WanXia soltó un gruñido y se acercó a su hijo para quitarle el libro con gran enojo.- ¡Hey!

-¡Déjate ya de libros inútiles! Te vas a casar hoy, esto es una importante alianza para nuestro clan y-...

-Y debo asumir mi responsabilidad como futuro emperador y bla, bla, bla... - el joven rodó los ojos harto de la conversación.- Padre, me has repetido lo mismo desde que nací. Al menos deja que disfrute del poco tiempo que me queda antes de entregar mi vida a la realeza y a una chica que ni siquiera conozco...

-Escucha bien, Hong JingPei. Te dejaré con tus libros por el momento, pero procura no llegar tarde a la ceremonia y estar listo para entonces. - dejó caer el libro sobre la mesa.- Y por favor, date un buen baño con perfume. Vas a espantar a tu futura esposa con ese olor a viejo y esas manchas de tinta en tus manos.

-Oh, grandioso.- se quejó el más joven con sarcasmo y tomando el libro de nuevo.- Ahora no sé en qué página estaba...

El emperador de Huo soltó un suspiro de decepción mirando de reojo a su hijo y luego se retiró del cuarto con un andar solemne. En su mente se lamentaba de no haber tenido la suficiente mano dura para forjar un mejor carácter en quien sería su sucesor mientras caminaba por los pasillos de su palacio. Justo cuando bajaba las escaleras, uno de sus soldados se acercó a él a toda prisa, cubierto de sudor y casi sin aliento.

-M-... majestad... -se detuvo frente a este e hizo una reverencia temblando por el esfuerzo de la carrera y consternado por la noticia que traía.

-¿A qué se debe tanta urgencia? - el emperador se asustó de repente.- ¡¿Acaso ocurrió algún imprevisto para la boda?!

-N-no, mi señor... La noticia que traigo... no tiene que ver con la unión... prevista para hoy... - el soldado se limitaba a bajar la mirada aún en la posición de la reverencia.

-Entonces dime ya de qué se trata. ¿Qué te trae tan agitado? - más calmado porque sus planes estuvieran yendo bien, Hong WanXia levantó una ceja mirando con seriedad al agitado joven.

-Majestad... encontramos a uno... -susurró el informante.

-¿A uno...?

-A un sobreviviente... de los de sangre maldita...

El rostro del emperador se colmó de espanto y su piel palideció ante la noticia. El soldado tuvo que sostenerlo antes de que este cayera por las escaleras, pues, por un momento, quedó tan ensimismado que sus piernas dejaron de responderle.

(...)

-Oye... llevamos caminando un buen rato, ¿acaso no me dirás nada...? - preguntó Xen ShenTai algo más calmado.- Al menos quisiera saber tu nombre... o a dónde me llevas...

No hubo respuesta, solo los ligeros pasos sobre la hierba y aquella mano que lo sostenía. A juzgar por la altura de quien tiraba de él, el joven supuso que se trataba de un infante en comienzos de su adolescencia. Tal vez 12 o 13 años... un poco menos debido a su complexión delgada. Pero no sabía ni siquiera si se trataba de un niño o una niña, no había escuchado su voz aún. En más de una ocasión intentó hacerle hablar con ciertas preguntas, pero estas no fueron respondidas.

-¿No nos hemos alejado mucho de Huo...? No sé si lo viste, pero unos guardias se llevaron preso a mi sirv-... a mi amigo... y debo hacer algo para sacarlo de ahí... Comprar su libertad o algo así... No puedo dejarlo atrás.- los pasos de su joven guía se detuvieron en seco, lo cual él también hizo confundido.- ¿Qué pasa...?

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⏰ Last updated: Apr 17 ⏰

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Los ojos del emperador Where stories live. Discover now