Cuando regreses... A mi [Camren]✔️

Capítulo 29

Título: ~Recuperar mi vida.

Pov Lauren

¿Cómo la vida se te puede ir de las manos como agua?

Eso tiene una explicación muy sencilla. Después de llegar a altas horas de la noche (9:00PM) de la reunión con mis amigas yo iba a intentar restaurar de a poco mi vida por si Camila algún día regresa. Pero llegó ese problema, tocando mi puerta, ese problema que se venía anunciando hacía ya varios meses y ese que debía eliminar de raíz aunque no tuviera ni idea de cómo afrontarlo.

Siento que tocaron el timbre de la puerta y es algo extraño ya que no me fue anunciada ninguna visita por el guardia. Observo por la mirilla y puedo ver su rostro, incluso así conserva esa maldita expresión de superioridad, yo casi en contra de mi voluntad abrí la puerta.

—Mi amor —su cinismo es tanto que incluso se atrevió a abrazar mi cuerpo mientras yo me mantenía estática —Por fin te puedo tener.

Yo lo aparté de mi cuerpo como pude —Tu no me tienes Aarón Milton, yo todavía no te pertenezco —no tiene idea de cuanto lo odio.

—Me dejas pasar aunque sea —su falso tono de amabilidad me corroe los nervios —Ya pronto lo serás, no hay prisa.

Él entró como si fuese su casa y acomodó su maleta frente al sofá.

—Todavía me quedan unos días... yo —no sé si pueda pero no es mucho lo que me falta y yo hoy he decidido que lucharé, por mí libertad, esa que estoy perdiendo sin siquiera haber cometido algún delito y por mí princesa, porque sé que ella algún día regresará a mi —Disfrutaré de ver tu horrible cara cuando te devuelva cada centavo de esa maldita deuda de mis padres, ya verás.

Él comenzó a reír como su hubiera dicho la mayor de las tonterías —Y ¿de dónde? —se sentó en mi sofá y creo que cuando me deshaga de Aarón, también me desharé del sofá y cualquier cosa que esté en contacto su asquerosa presencia —Dime ¿Cómo conseguirás medio millón de dólares en menos de una semana? Dímelo.

Su pregunta me molestó tanto de abandoné mi propia sala y me fui a encerrar en mi habitación pero él gritó desde el piso de abajo —¡Vas a ser mía Lauren y nada lo podrá impedir!

Dos días, así fue como supe que el verdadero infierno se puede vivir en este mundo sin necesidad de ser juzgados en el juicio final. Aarón se convirtió en un martirio y no quería ni siquiera salir para no enfrentar a mis amigas y que lo viesen, no contesté las llamadas de Vero pero le envié un mensaje diciéndole que todo estaba en orden; por otra parte mi cabeza estaba en una encrucijada "¿como conseguiría ese dinero?"

Hoy es 13 de febrero del 2021, es de mañana y he tratado por todos los medios realizar mis actividades diarias evitando a toda costa a Aarón pero es como mi maldita sombra.

Nuevamente tocaron la puerta y creo que se está haciendo una costumbre que no me avisen que alguien viene. Con poco ánimo fui a abrir la puerta

Mi corazón paró y volvió a bombear sangre de vuelta como si volviera a vivir, al fin mis pulmones tomaron oxígeno, mis ojos por fin pudieron apreciar la aparición del sol después de tanta tormenta. Sentí una alegría explotar dentro de mi y con miedo de que fuese un sueño comencé a hablar al ver a Camila del otro lado de la puerta.

—Camila —no fue una palabra, fue un susurro lo que salió de mis labios —Camila ¿eres tú?

—Lauren... —Al escuchar su voz sentí como si me quitaran el peso del mundo de encima de mis hombros.

Ella me abrazó y es tan reconfortante para mi ser, el saber que está aquí me hace olvidar mi alrededor, estaba desesperada por este momento y por fin se hizo realidad mi mayor sueño, deseo y anhelo.

—Pequeña... sentí que moría sin tí —sus bellas palabras se delizaron con la dulzura de la miel —Amor... —ella hizo un intento fallido de separarme de su cuerpo, yo no lo permití, no la quiero soltar nunca más en la vida
—Amor ¿estás bien? —solo ella sabe lo que me sucede con solo mirarme.

—Sí... yo —mi cuerpo emitió un pequeño temblor que al parecer ella captó.

—Lauren... amor, ¿quién era...? —y así como subí al cielo volví inmediatamente al infierno como si yo hubiera cometido el peor de los pecados y no mereciera ni la más mínima gota de dicha.

Aarón apareció y con brusquedad me apartó de los brazos protectores de Mi Camz, sentí que moriría en ese instante, no es justo para un ser humano tocar la gloria y de forma tan súbita arder en las llamadas del Inframundo.

—¿A..amor? —esa fue la palabra que salió de la boca de Camila mientras daba un pasó hacia atrás, sé lo que está pensando en estos instantes y nada es real.

Me solté de los brazos de Aarón y cogí el brazo de Camila que caminaba en reversa.

—¡Suéltame! —gritó rasgando su garganta, pero no hice caso a su orden.

—No es lo que estás pensando —caminé junto con ella —Espera... ven aquí Camila.

—Yo no pienso nada Lauren, justo ahora lo menos que puedo hacer es pensar —ella comenzó a soltar grandes lágrimas que me estaban ardiendo en el alma.

Ella hizo una fuerza y se soltó de mi agarre, nadie se imagina lo imbécil que me siento por estar tan débil en estos momentos, ahora que necesito tener mi energía a mil.

—¡Camila ven aquí! —grité cuando la vi correr y encerrarse en el elevador al cual no pude llegar a tiempo.

¡Maldita sea!¡Piensa Lauren!¡Vamos piensa!¡¿Qué hago?! Y como por obra de arte me vino a la cabeza "las escaleras de servicio" Eres una genio.

Mientras llegaba a la entrada de las escaleras escuché a Aarón —¿A dónde vas?.

—A recuperar mi vida y tu no cabes en ella —dicho eso salí corriendo bajando de dos en dos las escaleras, ahora me acabo de dar cuenta que soy fanática a las zapatillas deportivas.

Corrí y sentía que me faltaba el aire pero seguí y seguí, mi vista se nubló un poco por la escasez de oxígeno pero tenía claro una cosa "Esta vez nadie me va a detener para recuperarte, no cuando regreses a mi"

Cuando ví el fin de las escaleras abrí la puerta y la ví salir corriendo con su abrigo y no me importó que solamente llevará un suéter negro puesto, yo también corrí hasta alcanzarla antes de que pudiera subir a su BMW.

La cogí por el brazo con una fuerza que no sé de dónde salió, o creo que sí, sí sé,
de la desaparición de poder perderla cuando ni siquiera la he podido recuperar.