𝐈𝐕

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"Quiero que me quieras de esta manera.
Necesito que necesites que me quede.
Si dices que no sientes nada.
Si no lo sabes, déjame ir."







Yuuji abrió los ojos, e inmediatamente los volvió a cerrar, sintiendo como la luz del sol que se colaba por la ventana le molestaba. Soltó un gemido al mismo tiempo que se restiraba en la cama, y luego de algunos minutos de haber permanecido quieto, recostado en posición fetal, Itadori se levantó de la cama, arrastrando sus pies hasta el baño. Necesitaba de una ducha para despertar completamente.

Itadori, todavía algo adormilado, llegó al cuarto de baño y accionó el interruptor de la luz. La brillante luz fluorescente lo cegó por un momento, momentáneamente bloqueando su vista. Al momento de recuperarla, caminó hacia el tibio caudal de agua que salía del cabezal de la ducha. Agarrándose con fuerza al mango de una toalla, apretujó con movimientos fuertes y constantes mientras el agua caliente empapaba su cuerpo, hilvanando una sensación de confort y sosiego.

Del pequeño bote de jabón líquido corporal, Itadori extrajó un absuelto rocío y comenzó a frotar su cuerpo, desprendiendo fragmentos de su cansancio del día anterior. Acarició con dedicación especial sus pechos sensibles y sus cálidos genitales, notando cómo el contacto del jabón sobre su piel resbalaba con un efusivo efecto masaje. La textura áspera hizo que un ligero espasmo lo recorriera, causado por la audacia de esta autosatisfacción. Sin embargo, de un momento a otro, la calentura de Yuuji se vió reemplazada por la tristeza. Hacía demasiado tiempo que había compartido un momento íntimo con Suguru. Yuuji observó su cuerpo, acariciando su vientre plano, admirando sus tonificadas piernas, y una duda se asentó en su mente. ¿Acaso ya no era atractivo?

Itadori, viendo cómo su tristeza había reaparecido después de un breve parpadeo de felicidad, decidió continuar con su rutina, tratando de concentrarse en la sensación del agua caliente recorriendo su cuerpo. Mantenerse ocupado era crucial para mantener sus pensamientos en orden y alejar la tristeza que crecía en su interior.

Itadori salió de la ducha, ya cambiado y secándose el cabello con una toalla pequeña. Caminó hasta la pequeña mesita de noche que se encontraba al lado de su cama y tomó su teléfono, revisándolo, luego lo arrojó a la cama, con una mueca dolorosa dibujada en su rostro. Hoy era su cumpleaños número veintiuno, y muy estúpidamente pensó que tendría algún mensaje de Suguru felicitándole e invitándole a salir. Claramente no fue así.

Itadori, sintiendo el peso de la decepción, se recostó en la cama y notó cómo un nudo de angustia se formaba en su garganta. Su cumpleaños estaba siendo una porquería desde temprano, sobre todo considerando que eso podría haber sido un momento perfecto para hablar con Suguru sobre su relación.

Pronto, el teléfono de Yuuji comenzó a sonar, y el pequeño peli rosado casi se cae de la cama debido a la sorpresa, rápidamente tomó su teléfono para poder revisar quien le estaba llamando. La tristeza dibujándose de nuevo en su rostro al ver el nombre de la persona que lo estaba llamando. Itadori Jin. Su padre.

Itadori Yuuji fue producto de una relación extramatrimonial. De una aventura. Su padre omega, a quien le gustaba llamar "mamá", conoció a su padre alfa cuando esté ya se encontraba casado, y tenía ya un hijo pequeño de dos años. Su madre era tan solo un adolescente de quince años cuando resultó embarazado. La relación de sus padres no funcionó por obvias razones, así que su padre omega fue quien terminó haciéndose cargo de su crianza. Aunque, realmente Yuuji siempre fue dejado a cuidado de niñeras y guarderías, todo esto debido a que su padre omega siguió esforzándose para estudiar la universidad y graduarse. Y ahora su padre omega era un profesor muy reconocido, sin embargo, y aunque Itadori aún vivía con su padre, realmente lo miraba muy poco, ya que su padre omega se la pasaba trabajando.

𝐸𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎𝑠 𝑦 𝑓𝑎𝑙𝑠𝑒𝑑𝑎𝑑𝑒𝑠. | 𝑮𝒐𝒀𝒖𝒖Where stories live. Discover now