𝐗𝐈𝐕

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Yuuji bostezo, recostando su cabeza contra el asiento, cerrando sus ojos y planeando descansar un poco, sin embargo, la voz de su hermano resonó dentro del auto e Itadori solamente abrió uno de sus ojos, observando al mayor.

"Oh, cara de papa, ¿tienes sueño?" Cuestionó el pelinegro, dándole a Yuuji un ligero golpecito en la pierna.

"Sí, tengo sueño..." Mencionó el menor, su voz aún sonando algo adormilada, formando un pequeño puchero. Anoche su hermano se había colado en la habitación que su padre le había dado, la cual sería su habitación ahora. Choso llegó sonriente y con un pote de helado, pidiéndole a Yuuji ver una película mientras ambos comían del helado, por ello, ambos terminaron durmiendo muy tarde. La noche se les fue rápidamente mientras hablaban, pues ahora Choso también sabía el porqué Yuuji había llegado ayer tan repentinamente. "Jamás volveré a dormir junto a ti, roncas como un oso."

Choso soltó una fuerte carcajada al escuchar la queja de su hermano menor, negando con la cabeza mientras reía. Si Choso hubiese sabido que sería tan divertido tener a su hermanito menor viviendo junto a el en la misma casa, desde hace tiempo atrás le habría convencido de mudarse junto a ellos.

"¿Y cómo sabes cómo roncan los osos?" Choso cuestionó, dándole una rápida mirada llena de curiosidad al menor.

"Pues no lo sé..." Yuuji se encogió de hombros. "Pero supongo que roncan como tú." Volvió a burlarse el menor, mirando a Choso, para después mostrarle la lengua, bromeando.

Choso volvió a soltar una ligera risa. Pronto, el auto ya estaba entrando al estacionamiento de aquel complejo de apartamentos. Lo único que Yuuji pensaba traer consigo era su computador, todos los materiales y libros de la universidad, y claramente, su ropa. Por suerte, no eran muchas cosas, por lo que podrían entrar y salir rápidamente de aquel lugar.

Ambos hermanos bajaron del auto, y rápidamente entraron al elevador. Yuuji pulso el botón y rápidamente el elevador se puso en marcha. Y ya estando ahí, en ese diminuto espacio, Yuuji comenzó nuevamente a sentirme nervioso, muy ansioso. Pudo sentir las palmas de sus manos sudar, y comenzó a secarlas rápidamente contra su pantalón, repitiendo está acción como si fuese algún tic nervioso. Choso, al notar aquel comportamiento, tomó una de las pequeñas manos del menor entre las suyas, apretándola suavemente, mientras le regalaba una sonrisa, un gesto silencioso que hizo que Yuuji recordara que no se encontraba solo.

Cuando el elevador llegó a su destino, y las puertas se abrieron, Itadori tomó un poco de aire antes de finalmente salir, sin embargo, antes de que doblaran en la esquina y dieran vuelta por el pasillo, pudo escuchar una voz conocida. Voz que le devolvió todo el sentimiento de ansiedad.

"No te hagas el tonto, sé perfectamente bien que tú sabes en dónde se encuentra Yuuji. ¡Así que dímelo!" Suguru gritó con furia al hombre de cabellos blancos que se encontraba de pie, en medio del marco de la puerta de su departamento.

"Oye, ya te lo dije. No sé en dónde se encuentra Yuuji." La voz de Satoru salió tan seria, casi como si el alfa estuviese tratando de mantener la tranquilidad en su voz. "Así que, por favor, vete de aquí, y no me hagas llamar a seguridad."

Yuuji pudo escuchar como Suguru seguía arremetiendo contra Satoru, y simplemente apretó sus puños a sus costados. No podía seguir soportando esto, así que, con seguridad en sus pasos, comenzó a caminar hasta donde Suguru se encontraba discutiendo con Satoru. Con Choso siguiéndole detrás.

El alfa el pelinegro se giró al escuchar pasos, y pudo observar como Yuuji se avercaba. Como se acercaba acompañado de otro alfa. Suguru solamente pudo observar aquella escena, y mostrar una sonrisita burlona, mientras apretaba los puños.

"Estoy aquí, Suguru... ¿Qué es lo qué quieres?" El menor cuestionó con la voz firme, y con la frente en alto, se posicionó delante de Suguru. "No entiendo porque sigues buscándome, así que escúchame bien, sea lo que sea que quieras decirme, simplemente no me interesa, así que por favor, retirate."

Sin embargo, la sonrisa burlona en el rostro de Suguru no desapareció, por el contrario, se hizo más grande al escuchar las palabras del menor. Era como si se estuviese burlando de Yuuji al verlo tratar de mostrarse fuerte.

"¡Ja!... Vengo aquí porque quería disculparme, pero mira... ¡Mira con lo que me encuentro! Viéndote llegar con otro alfa desconocido." Suguru soltó una carcajada sarcástica, mientras negaba. "No pierdes el tiempo, ¿verdad, Itadori? Y tienes el descaro de llamar zorra a Hayato... ¡Haa! La única zorra que veo aquí eres tú, Ita..." Sin embargo, Suguru ni siquiera pudo terminar de decir aquella frase, cuando ya se encontraba en el suelo, después de haber recibido un fuerte golpe en el rostro.

Yuuji abrió sus ojos con sorpresa al observar como Satoru había golpeado a Suguru en la cara. Pudo ver al alfa dominante respirando con dificultad mientras apretaba con fuerza los puños. Suguru se pudo de pie, sujetando su nariz, la cual sangraba, sin embargo, en cuestión de segundos, trato de regresarle el golpe a Satoru, pero el alfa dominante supo esquivarlo a la perfección, propinándole otro golpe al pelinegro, ahora en la quijada.

Yuuji se movió en su lugar, sin saber realmente como reaccionar. El menor trató de acerarse a Satoru y tomarle del brazo, sin embargo, justo en ese momento, Suguru lanzó otro golpe, que por poco, y golpeaba a Yuuji en el rostro. Choso tomó a Yuuji del brazo, y lo alejó, antes de el meterse en medio de ambos alfas, tratando de separarlos.

Yuuji tembló en su lugar, asustado, sin entender realmente bien que sucedía. Solamente quería que todos dejarán de golpearse los unos a los otros. Porque hasta este punto, incluso Choso se había llevado algunos golpes al tratar de separarlos.

"¡Ya basta!" El menor gritó con tal furia, que los tres alfas se giraron asustados, solamente para encontrarse con la imagen de Yuuji temblando, mientras lloraba. "Por favor, deténganse..." El menor murmuró con apenas un susurro de voz.

El corazón de Satoru dió un vuelco al observar a Yuuji en aquel estado, y finalmente soltó a Suguru, a quien sostenía contra el suelo, en dónde había estado dándole golpes en el rostro ya ensangrentado. Ni siquiera Choso había sido capaz de separar a Satoru de Suguru.

"Lo siento, Yuuji... No quise asustarte." El alfa dominante se acercó hasta el menor, con pasos lentos, como si dudara en acercarse al más bajito, quien aún se encontraba muy asustado. Satoru se maldijo a si mismo en su mente, odiándose demasiado por llegar a asustar hasta tal punto a Yuuji. El albino alzó sus manos, queriendo acariciar el bonito rostro del pelirosado, pero, inmediatamente al ver como estas se encontraban manchadas en sangre, las alejó rápidamente.

Yuuji respiró, tratando de calmarse a si mismo, mientras alzaba ambas de sus pequeñas manos, tratando de apartar a Satoru. Aún tenía en su mente grabada la imagen de Satoru golpeando con violencia a Suguru, notando aquella mirada oscura en el rostro del alfa dominante.

𝐸𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎𝑠 𝑦 𝑓𝑎𝑙𝑠𝑒𝑑𝑎𝑑𝑒𝑠. | 𝑮𝒐𝒀𝒖𝒖Where stories live. Discover now