𝐗𝐈𝐗

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Yuuji se removió suavemente, estando recostado encima del cuerpo de Satoru. El menor alzó la cabeza y se atrevió a dejar un pequeño beso en la barbilla del hombre, quien tenía los ojos cerrados y mantenía una expresión serena en el rostro.

"Debo regresar a casa temprano. Le prometí a papá y a Kaori que cenaría con ellos." Yuuji mencionó, con somnolencia reflejada en su bonita carita. "Pero... ¿Crees qué podríamos hacer una parada en tú apartamento antes? Me gustaría darme una ducha."

"Por supuesto, mi amor. Te llevaré a mi apartamento para que puedas refrescarte y estar listo para tu cena en casa." Respondió el alfa con voz suave, sonriendo con ternura mientras acariciaba suavemente el cabello de Yuuji.

El alfa dominante se sentó con cuidado, ajustando la ropa del menor, a quien sostenía en sus brazos, para posteriormente hacer lo mismo con la propia. Una vez arreglados, ambos tomaron sus respectivos lugares en el auto. Satoru empezó a conducir, mientras el menor encendía la radio y colocaba algo de música. Al regresar la vista hacia en frente, Yuuji pudo darse cuenta de que no estaban siguiendo el típico camino que los llevaba hasta el apartamento del mayor. Más bien, Satoru parecía estar conduciendo hacia otro lugar.

"¿A dónde vamos?" Cuestionó el menor, dedicándole una mirada de curiosidad a Satoru.

El hombre de cabello blanco solamente le dedicó una pequeña sonrisa, antes de regresar su mirada a la carretera y responder con voz tranquila:

"Es una sorpresa, Yuuji."

Yuuji se sintió intrigado por la respuesta enigmática de Satoru. La curiosidad se apoderó de él mientras observaba el paisaje pasar rápidamente por la ventana. La música llenaba el espacio entre ellos, creando una atmósfera de anticipación y excitación.

A medida que el auto se adentraba en un camino desconocido, Yuuji no pudo evitar  notar como los edificios altos iban desapareciendo poco a poco, y en su lugar, se estaban adentrando en una zona residencial con grandes casas rodeadas por un montón de árboles. La curiosidad de Yuuji se incrementó, preguntándose porque Satoru lo llevaba hasta aquel lugar.

Satoru sonrió mientras observaba la expresión curiosa de Yuuji. El auto pronto se estacionó frente a una bonita casa, con un enorme patio.

"Bienvenido a mi nuevo hogar, mi dulce Yuuji." El alfa pronunció con orgullo mientras abría la puerta del auto. Tomó la mano de Yuuji y lo guió hacia la entrada de la casa.

La casa era realmente hermosa y espaciosa, con un ambiente cálido y acogedor. Satoru llevó a Yuuji al patio trasero, donde había una piscina y una hermosa vista del jardín.

"Este es mi lugar favorito en la casa." Dijo el mayor mientras rodeaba a Yuuji con sus brazos. "Me encantaría venir aquí a relajarme y disfrutar de la naturaleza, contigo." Satoru acarició suavemente la mejilla de Yuuji y lo besó con ternura.

"¿Te mudaste?" La voz del menor tembló. "¿Por qué no me habías dicho nada?" Aquellos bonitos ojos color caramelo comenzaron a llenarse de agua.

Yuuji no pudo evitarlo, su mente comenzó a llenarse de viejos malos recuerdos. Satoru miró a Yuuji con preocupación, comprendiendo el impacto que su revelación había tenido en él. Su corazón se apretó ante la tristeza en los ojos de su pequeño omega.

"Lo siento, mi amor." Susurró Satoru mientras acariciaba suavemente la mejilla de Yuuji, tratando de calmarlo. "No quería preocuparte. Quería darte una sorpresa, por eso esperé hasta la casa estuviese lista y amueblada para traerte, cielo. Pensé que sería mejor así, pero me equivoqué. Debería haberte dicho antes."

Yuuji se sintió aliviado al escuchar las palabras de Satoru y suavemente apoyó su cabeza en el pecho del hombre.

"Además, todo este tiempo pude notar lo incómodo que era para ti el regresar a aquel viejo complejo de apartamentos... Sé que era por eso que me pedías que nos viéramos en otros lugares que no fuera mi apartamento, pequeño." El alfa dominante acarició los suaves cabellos rosados del menor mientras hablaba.

"¿Lo hiciste por mí?" Yuuji balbuceó, captando las palabras del alfa, y sin poder evitarlo, las lágrimas rodaron por sus mejillas, sin embargo, no era un llanto de tristeza. "Sí, era difícil para mí estar en ese lugar, me traía muchos malos recuerdos." Yuuji afirmó, aferrándose al cuerpo del alfa en un abrazo, sintiéndose comprendido y amado.

"Lo hice porque te amo, Yuuji." Susurró Satoru con voz suave. "Quiero que este lugar sea un refugio para ti, un lugar donde puedas sanar y encontrar paz." El alfa acarició suavemente la espalda de el menor, transmitiéndole todo su amor y apoyo. Satoru besó suavemente la frente de Yuuji, susurrando palabras de consuelo. "Nunca más permitiré que te sientas solo o herido. Eres mi prioridad, siempre lo serás."

Yuuji se estremeció ante las palabras y los gestos cariñosos de Satoru. Se sintió abrumado por el amor y la protección que el alfa le brindaba.

"Satoru... te quiero tanto. Gracias por estar siempre a mi lado y cuidar de mí." Suspiró, sintiendo cómo su corazón se llenaba de calidez y amor.

Satoru sonrió tiernamente y acercó su rostro al de Yuuji, rozando sus labios en un suave beso.

*** *** ***

El pequeño pelirosado se encontraba en la cafetería de la universidad, comiendo y disfrutando del delicioso almuerzo que Kaori había preparado para el con cariño. Había sido de mucha ayuda adueñarse del abrigo que Satoru llevaba aquella misma mañana cuando lo llevó a clases. Aquel abrigo estaba impregnado con las feromonas del alfa dominante, por lo que el menor podía comer felizmente sin sentir nauseas o perder el apetito.

Para el menor era extraño como incluso el aroma de otros alfas le causaban incomodidad, incluso náuseas. Yuuji ni siquiera soportaba el olor que desprendían las feromonas de su padre, Jin, ni tampoco las de su hermano, Choso. Sin embargo, el aroma de las feromonas de Satoru no le causaban ninguna incomodidad, sino más bien una sensación reconfortante y calmante. Le hacían recordar la presencia protectora y amorosa del alfa dominante.

Yuuji siguió comiendo, completamente concentrado en ello, que no pudo darse cuenta de como dos chicas se habían sentado junto a el en aquella mesa de la cafetería.

"Hey, Itadori." Saludó una voz femenina.

El menor alzó la mirada, encontrándose con sus compañeras, Maki y Nobara.

"Hola, chicas." Respondió con una sonrisa amistosa. Se sintió feliz de tener compañía en la cafetería.

Sin embargo, las sonrisas que Maki y Nobara le dieron de regreso fueron algo extrañas. Nobara se pasó los dedos por sus cabellos castaños, como un gesto nervioso, mientras Maki soltaba un pesado suspiro.

"Oye, Itadori... Bueno." La peliverde comenzó a hablar, aunque se mostraba bastante dubitativa al hacerlo. "Tú madre es un profesor que imparte la materia de contabilidad, ¿no?"

El menor, quien había estado comiendo tan animadamente, inmediatamente dejó caer la cuchara al escuchar la mención de aquel hombre, perdiendo todo el apetito. Itadori levantó la mirada, observando fijamente a la chica de cabellos verdes, mientras dudaba un poco sobre que debería responder. Después de un breve momento de silencio, Yuuji decidió responder con cautela.

"Sí, mi madre es profesor de contaduría." Admitió en voz baja. "Pero, ¿por qué mencionas a mi madre?" Su tono de voz reflejaba una mezcla de curiosidad y aprensión.

"Entonces, tu madre es el profesor Nakamura Hayato..." Nobara mencionó con cuatela, y cuando Itadori asintió, la chica de cabellos castaños le dió una rápida mirada a Maki. "Itadori, ¿no has visto todo lo qué han escrito en el foro en línea de la universidad?"

"No, no he visto nada en el foro en línea de la universidad." Respondió Itadori con cautela. "¿Por qué preguntan? Chicas, ¿qué ha sucedido?" Su tono de voz reflejaba una mezcla de preocupación y curiosidad.

Maki suspiró antes de sacar su laptop de la mochila, y mostrarle a Itadori la página del foro online universitario.

"Alguien anónimo subió un vídeo en dónde se ve a tú madre teniendo... Sexo con... Suguru." Maki habló con cuatela, tanteando las emociones del menor, quien simplemente mantenía la mirada fija en la pantalla.

Yuuji abrió sus ojos con sorpresa al mirar aquel vídeo. Era realmente explícito, y la calidad de la imagen era tan buena que, incluso aunque Suguru y Hayato lo intentaran, ninguno de los dos podría negar que eran ellos quienes aparecían en aquel vídeo.

𝐸𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎𝑠 𝑦 𝑓𝑎𝑙𝑠𝑒𝑑𝑎𝑑𝑒𝑠. | 𝑮𝒐𝒀𝒖𝒖Where stories live. Discover now