𝐗𝐕𝐈

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Satoru sintió cómo Yuuji lo rodeaba con sus delgados brazos, y su cuerpo reaccionó instantáneamente a la cercanía del pequeño omega. El alfa dominante sintió como su erección reaccionaba ante la presión del bonito trasero del menor, poniéndose más duro al sentir el remolino de Yuuji sobre su regazo, y un gemido escapó de sus labios.

Al notar la mano de Yuuji deslizándose bajo sus pantalones y acariciando su trasero húmedo, Satoru no pudo contener más su deseo. Sus ojos azules se llenaron de lujuria mientras miraba el bonito rostro de Yuuji.

"Déjame cuidar de ti, Yuuji." Murmuró el alfa con voz ronca.

Satoru acarició con suavidad el trasero del pequeño pelirosado. Pudo observar, fascinado, como el pequeño omega intentaba desesperadamente de meter sus pequeños dedos en su apretado pero húmedo agujero, queriendo deshacerse a toda costa del inmenso calor que sentía. La mirada de Yuuji estaba perdida, e incluso había comenzando a babear mientras seguía removiéndose contra la dura erección de Satoru. El peliblanco chasqueo la lengua, y maldijo por lo bajo, apretando con fuerza las caderas del menor, tratando de detener aquellos movimientos que seguían torturando a su adolorida polla, aún atrapada dentro de sus pantalones.

Satoru bajó una de sus manos, tomando la del menor para quitarla de en medio, y una vez tuvo el camino libre, sus dedos tantearon suavemente la humedecida entrada, jugueteando un poco primero, para finalmente introducir uno de sus largos dedos. Su polla se removió dentro de sus pantalones al sentir como aquella estrecha cavidad apretaba su dedo medio tan exquisitamente. La excitación se apoderó de él mientras imaginaba todas las formas en las que podía complacer al pequeño omega.

Yuuji dejó escapar un gemido ahogado cuando Satoru tomó su mano y la apartó de su agujero ansioso. Sintió cómo los dedos del alfa tanteaban su entrada, provocando una mezcla de placer y anticipación. Cuando finalmente introdujo un dedo en su interior, Yuuji arqueó la espalda y gimió más fuerte, sintiendo cómo su cuerpo se estremecía con cada movimiento. Sus ojitos lloraban de placer, y volvió a rodear con sus brazos el cuello del albino, aferrándose con fuerza al alfa, deseando más de sus toques.

Satoru sonrió con satisfacción al escuchar los gemidos de placer que escapaban de la bonita boca del menor, y con cuidado, introdujo otro dedo en su interior, moviéndolos en un ritmo lento pero constante. El alfa pudo sentir como el pequeño cuerpo de Yuuji se tensaba y se estremecía bajo sus caricias.

"Joder... Yuuji, estás tan apretado y caliente." Susurra Satoru con voz ronca.

Satoru continuó estimulando el interior de Yuuji, buscando ese punto de máxima sensibilidad. Sus movimientos se vuelven más intensos y rápidos, provocando que Yuuji arquee la espalda y gima aún más fuerte.

"Mira cómo te haces adicto a mis dedos..." Murmura Satoru con lujuria.

Yuuji se mordió el labio para contener los gemidos que amenazaban con escapar de su boca mientras Satoru introducía otro dedo en su interior. La sensación de plenitud y el roce de los dedos en sus paredes sensibles hacían que su cuerpo se estremeciera de placer. Las palabras roncas de Satoru solo aumentaban su excitación, y Yuuji podía sentir cómo su punto más sensible era estimulado de manera intensa.

Los movimientos rápidos y profundos de Satoru hicieron que Yuuji arqueara la espalda y gimiera sin restricciones, entregándose por completo al placer que el alfa le estaba brindando. Su cuerpo se volvía más receptivo, anhelando más de las caricias y estímulos de Satoru.

"Por favor.... Más." La excitación, en lugar de disminuir, no hacía más que crecer dentro de su acalorado cuerpo. "Te necesito, Satoru... Por favor, tómame." El menor le habló a aquel alfa dominante que lo tocaba con manos expertas, mirándole con sus ojitos llorosos por el placer.

Satoru sonríe con satisfacción al escuchar las suplicas de Yuuji. Con cuidado, retira sus dedos del interior del menor y lo coloca en una posición más cómoda, recostando su pequeño cuerpo sobre el sofá.

"Por supuesto, mi omega. Te daré todo lo que necesitas." Murmuró Satoru con voz ronca mientras se colocaba entre las piernas de Yuuji. "Te tomaré y te haré mío."

Satoru, habiendo liberado de una vez por todas a su endurecida polla, penetró a Yuuji con suavidad, sintiendo cómo el cuerpo del menor se tensaba y se estremecía bajo su peso. Con movimientos lentos pero firmes, comenzó a embestir al menor, buscando ese punto de máxima sensibilidad.

El menor, preso de la calentura y excitación del momento, ni siquiera prestó atención a la forma en que Satoru lo había llamado. "Mi omega."

"Oh, mierda, Yuuji, estás tan apretado... Eres delicioso." Gimió el alfa dominante mientras aumentaba el ritmo de sus embestidas.

Continuó embistiendo a Yuuji con fuerza y pasión, provocando que el menor gimiera y se estremeciera bajo su cuerpo. Con cada embestida, el alfa dominaba al omega, llevándolo al límite del placer.

Yuuji dejó escapar un gemido ahogado cuando Satoru lo penetró suavemente, sintiendo cómo su cuerpo se tensaba y se estremecía bajo el peso del alfa. Los movimientos lentos pero firmes de Satoru lo llenaban de una sensación de plenitud y deseo. Cada embestida golpeaba ese punto de máxima sensibilidad, haciendo que Yuuji arqueara la espalda y gimiera sin control.

Las palabras de Satoru resonaban en sus oídos, alimentando aún más su excitación. El alfa dominante lo llevaba al límite del placer con cada embestida, y Yuuji se entregaba por completo a la pasión y la fuerza que emanaba de Satoru. Los gemidos y los estremecimientos se entrelazaban en una danza de deseo y sumisión, mientras el menor se dejaba llevar por el placer abrumador que solo Satoru podía proporcionarle.

Satoru sonrió con satisfacción al ver cómo Yuuji se entregaba por completo a su dominio. Sus embestidas se vuelven más intensas y rápidas, llevando a aquel pequeño cuerpo al borde del éxtasis.

"Eres mío, Yuuji, completamente mío." El alfa dominante gruñó mientras continuaba embistiéndolo con fuerza.

Sus manos se aferraban a las caderas de Yuuji, controlando cada movimiento, cada embestida. El alfa se deleitaba con el placer que le estaba dando al pequeño omega, sintiendo cómo su propio deseo se itensificaba.

"Gime para mí, Yuuji. Quiero escuchar tu voz llena de placer." Susurró Satoru con lujuria. El placer volviéndose abrumador para ambos. "Eres mi omega, y te haré venirte una y otra vez."

Yuuji se dejó llevar por las embestidas de Satoru, sintiendo cómo el alfa dominante lo reclamaba como suyo. Sus caderas eran controladas por las manos de Satoru, cada movimiento y embestida llevándolos más cerca del éxtasis. El deseo de Satoru era palpable en el aire, y Yuuji no podía resistirse a sus demandas.

Los gemidos escapaban de los labios del menor, llenos de placer y entrega. Cada embestida era una descarga de éxtasis que recorría su cuerpo, y Satoru lo saboreaba con lujuria. El placer se volvía abrumador, envolviéndolos en un espiral de deseo y pasión.

"Sí, Satoru... soy tuyo." Susurró Yuuji entre gemidos, su voz llena de placer. "Hazme llegar al orgasmo una y otra vez... Quiero sentirte dentro de mí, haciéndome tuyo." La sumisión de Yuuji se mezclaba con su deseo, entregándose por completo a Satoru, sintiéndose seguro entre sus brazos.

𝐸𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎𝑠 𝑦 𝑓𝑎𝑙𝑠𝑒𝑑𝑎𝑑𝑒𝑠. | 𝑮𝒐𝒀𝒖𝒖Where stories live. Discover now